Guillermo Amor, responsable de Relaciones Institucionales y Deportivas del Barcelona y uno de los portavoces más activos del club catalán, aseguró tras el partido de Liga ante el Deportivo, el último de los culés antes del Clásico, que ellos no harán el pasillo al Real Madrid el próximo sábado porque "nosotros lo hacemos cuando participamos en esa competición".
El exjugador del Barça, 37 veces internacional con España, argumentaba así la negativa del equipo catalán a hacer el pasillo a su eterno rival en el Clásico del 23 de diciembre, el partido que cerrará el año para ambos equipos y que coincide con la victoria del Real Madrid en el Mundial de Clubes. La tradición es que el campeón de una competición reciba el pasillo de su siguiente rival en un gesto de respeto y homenaje por el último título consecutivo.
Erenesto Valverde, en cambio, lo dejó claro: "Haremos lo que diga el criterio del club", afirmó el entrenador culé. Como ya se sabía, confirmó que lo que hagan los jugadores serán lo que decidan los de arriba. "No estoy en condiciones de analizar cuestiones de cara a la galería", añadió Valverde, que ya hizo un pasillo al Barcelona cuando era técnico del Villarreal.
Pero el Barcelona, por razones de rivalidad, ya ha confirmado que no lo hará. La imagen de aplaudir al Madrid en el Bernabéu sería muy potente y, al igual que ya pasó con el pasillo de 2008, quedaría como instantánea para recordar durante muchos años. El Barça tiene todo el derecho a negarse a hacer el pasillo ya que no hay ninguna norma que les obligue. Es, sencillamente, una decisión que sale del propio equipo, un gesto que se ha ido haciendo en el fútbol español para reflejar la salud deportiva de todos los equipos.
El Barça contradice al propio Barça
El Barça romperá este sábado con esa norma no escrita y lo hará con un argumento que su propia historia lo contradice. "El pasillo lo hacemos cuando participamos en esa competición. Ahora no es el caso. Es una cosa que se suele hacer en el Barcelona. Si es una competición en la que nosotros participamos, lo hacemos, pero este no es el caso", comentó Guillermo Amor. La historia, en cambio, echa abajo su teoría.
El Barcelona hizo pasillo al Sevilla en 2006 en el Sánchez Pizjuán cuando el cuadro andaluz venía de ganar la Copa de la UEFA, un torneo en el que el Barcelona no había participado. Además, el cuadro culé recibió honores en forma de pasillo por parte del Villarreal en 2009 (con Valverde como técnico) y del Betis en 2015 cuando ganaron el Mundial de Clubes. Sus rivales no habían participado en esa competición y ninguno en el Barça se negó a que se lo hicieran por la razón que hoy esgrime.
Además, el Barcelona siempre se ha caracterizado por ser el club con más valores del mundo. Durante una etapa, la entidad se presentó con ese discurso que le hacía ser el equipo más especial y más deportivo del mundo. La palabra 'valors' fue, junto a 'Mes que un club', el lema oficial del Barça. ¿Y qué son los 'valors'?
Según la propia entidad, "el respeto, el esfuerzo, la ambición, el trabajo en equipo y la humildad son los cinco principales valores que describen el espíritu del FC Barcelona". En el apartado de respeto, el club recoge que "es necesario disponer, por encima de los reglamentos y normas, de este valor que garantiza las interrelaciones personales, cordiales y correctas".
Esta última frase representaría muy bien lo que tocaría el sábado. No hay ningún reglamento y norma que obligue a un pasillo, pero por encima de ello está la cordialidad en el deporte. El pasillo es una señal de respeto, humildad y felicitación al rival. Es un valor que también refleja la grandeza de un equipo, aunque es verdad que en un país tan polarizado por el fútbol y con tanta rivalidad, el sentido del pasillo se ha distorsionado y se lleva por la visión de la humillación para el que lo hace cuando en realidad es un ejemplo de deportividad.
En las redes sociales, varios aficionados madridistas recordaron el gesto que tuvo el Real Madrid con Abidal cuando éste era jugador del Barcelona. Los jugadores blancos salieron al campo en un partido ante el Málaga en 2012 con una camiseta de 'Ánimo Abidal' cuando el futbolista iba a ser sometido días después a un trasplante de hígado, un gesto deportivo que nada tiene que ver con el asunto actual pero que refleja que los valores están y se llevan a la práctica en otros equipos.
El Barça, además, querrá que cuando gane un título sea homenajeado por el siguiente rival que tenga. Por ejemplo, si este 2018 gana la Champions y por ello participa en el Mundial de Clubes, y gana este torneo, también sería lógico que en el siguiente partido su rival le haga el pasillo, sea el Real Madrid o el Levante. Es un gesto de honor que el club culé ya sabe lo que es, ya que le hicieron pasillo en 2009 y 2015 después de ganar el Mundial de Clubes
El Barcelona tiene toda la libertad del mundo en elegir no hacer el pasillo a su rival, no es ningún delito y no será ni el primero ni el último que tome esa decisión, pero explicarlo con un argumento equivocado ("solo lo hacemos cuando participamos en esa competición") y ser el equipo que durante más años se presentó como el que más valores tenía, deja claro la idea inicial (y lícita) que está detrás de su decisión actual: no se hace por un asunto de rivalidad.
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