Justin Gatlin sigue sin librarse de la sombra del dopaje

Justin Gatlin no logra dejar de lado su faceta de campeón bajo sospecha. Tras sus sanciones por dopaje en 2001 (positivo por anfetaminas cuando aún era júnior) y 2006 (dos años después de ser campeón olímpico en el 100 en Atenas 2004; positivo por testosterona), una nueva polémica a este respecto envuelve al vigente campeón del mundo en 100 metros lisos.

El Daily Telegraph ha llevado a cabo una investigación en la que el atleta estadounidense y su entorno vuelven a quedar en entredicho. Varios periodistas del diario británico se hicieron pasar por representantes de una compañía cinematográfica y contactaron con el equipo de Gatlin. Necesitaban entrenar a un actor en las mismas condiciones que un velocista.

A través de una cámara oculta, grabaron al hasta ahora entrenador de Gatlin, Dennis Mitchell, y a su agente, Robert Wanger, admitiendo que usan sustancias prohibidas de forma habitual. Para que el supuesto actor con el que trabajaban los falsos representantes pudiese preparar su papel como atleta a la perfección, ofrecieron testosterona y hormona para el crecimiento.

Estos productos dopantes habrían sido suministrados por un doctor en Austria, a un precio de 213.000 euros. Según reconoció el técnico de Gatlin, su pupilo los utiliza para mejorar su rendimiento. De ahí que la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) haya abierto una investigación nada más salir a la luz la exclusiva del Telegraph.

Además, el último oro mundial en 100 metros ha negado todo lo revelado y ha despedido a su entrenador. De momento, no hay sanción para Gatlin, pero ahí está la evidencia. Por tercera vez, vuelve a quedar señalado. Por tercera vez, las trampas se asocian con su nombre. Por tercera vez, su crédito queda muy dañado.