Argentina siempre vuelve, y quiere una despedida a la altura de las circunstancias para su generación dorada. Su pundonor y su coraje, cargados de mucho talento, le hicieron tumbar a toda una anfitriona olímpica, Brasil, en el torneo masculino de baloncesto. Y de qué manera, pues hicieron falta dos prórrogas para acabar con su gran rival sudamericano (111-107). Eso sí, la vida es mucho más fácil cuando dos de tus jugadores, Nocioni y Campazzo, superan la treintena de puntos. Con 37 de uno y 33 del otro, la canasta argentina pudo resolver a su favor un partido más que complejo.
Y eso que con la garra de jugadores como 'El Chapu' se puede ir hasta el fin del mundo. Vaciado como el que más en la cancha del Carioca Arena, sus triples señalaron el camino a todo un país volcado con su selección baloncestística. Fue el líder deportivo y espiritual, sin perder la templanza en ningún momento. Además, no sólo anotó, sino que también reboteó (11 capturas).
Nocioni protagonizó una de las jugadas del partido: el triple que mandó el duelo a la primera prórroga. Sin embargo, la acción con mayúsculas no le perteneció a él, sino a Campazzo. Suyos fueron el rebote ofensivo y la asistencia (acabó con 11) que permitieron el posterior lanzamiento exitoso del '13' argentino desde el 6.75. También los puntos clave de la albiceleste para darle la vuelta al encuentro en el segundo tiempo añadido.
Todo terminó como empezó, ya que Argentina logró un 28-19 favorable en el primer cuarto. Sin embargo, Brasil acabó metiéndose en faena gracias al tiro exterior de Benite, la definición de Marcelinho y los puntos interiores de Nené. Tanto como para llegar a contar con hasta 10 puntos de renta en el tercer período, mandando en el electrónico desde mediados del segundo.
Y tanto como para amenazar con regresar al liderato del partido durante los dos tiempos extra. De ello tuvo buena parte de culpa Leandrinho Barbosa, desaparecido durante los 40 minutos anteriores pero capaz de convertir hasta 11 puntos en el momento de la verdad.
Sin embargo, la capacidad de reacción argentina nunca debe ser puesta en entredicho. A pesar de dos mazazos tales como fallar la última posesión de la primera prórroga (Ginóbili es humano) o dos tiros libres decisivos en la segunda (Delfino también), todo lo pudo la valentía. La de Ginóbili, capaz de capturar el segundo lanzamiento fallado por su compañero y de salir vencedor desde la línea de personal. La de todo un equipo fervoroso creyente en sus posibilidades.
También a partir de su talento, esta Argentina debe servir de inspiración a España en su importante compromiso ante Lituania. De momento, la otra gran generación dorada baloncestística de estos Juegos sí cumple con los pronósticos: líderes del grupo B (tres victorias y una derrota) y con el aura campeona intacta.