Fernando Alonso volvió a explotar, pero no es la primera vez ni será la última. Lo hizo en McLaren. Y en Ferrari. Y otra vez en McLaren. Y allá donde ha estado. Sin embargo, en esta ocasión, sus palabras sonaron a hartura y frustración. “Me están pasando como a un GP2”, gritó por la radio de equipo durante la carrera de Suzuka. Y se explicó ante los medios después: “Que te adelante Ericsson (Sauber) es muy duro. Ser undécimo no es para estar satisfecho después de ganar dos veces el Gran Premio de Japón”.
Su enfado, lejos de ser un capricho, responde a una situación que se explica con unos números casi inexistentes: ninguna victoria, ninguna pole y un quinto puesto como mejor resultado de la temporada. Eso sí, tal situación no le parece suficiente a Ron Dennis, director ejecutivo de Mclaren-Honda, que criticó a Alonso tras sus palabras: “Creo que él mostró su frustración. Pero no creo que fueran necesarios sus comentarios; no fueron particularmente constructivos”, sentenció.
Eso sí, tras la regañina de Ron Dennis, el piloto español volvió a explicar la situación a través de Twitter y, aunque no se desdijo, sí que matizó sus palabras, reconociendo que jamás ha pensado en abandonar McLaren a pesar de que Flavio Briatore, director deportivo de Renault entre 2002 y 2009, lo insinuara esta semana en una entrevista con el diario El Mundo.
No obstante, no es la primera vez que el asturiano se queja después de una carrera. Ya en el Gran Premio de Canadá, por la radio, Alonso cargó contra la estrategia de su equipo: “¡No, no quiero, no quiero seguir pilotando así, parezco un amateur!”, estalló el español por la radio ante la sugerencia de que ahorrase combustible. Mientras, Hamilton volvió a ser primero y avanza sin frenos hacia su segundo Mundial consecutivo, con 48 puntos de muro sobre Rosberg. Su victoria 41, con la que alcanza a su ídolo: Ayrton Senna.
Enfados en McLaren y Ferrari
Esta rajada de Alonso no es nueva. Ya en 2007, en Mclaren-Mercedes, el asturiano tuvo sus más y sus menos con Hamilton. Entonces, dos días después del GP de Montreal, también cargó contra la escudería: “Estoy con un compañero de equipo inglés, que va muy bien en un equipo inglés y sabemos que todo el apoyo y las ayudas son para él”, afirmó tras un decepcionante séptimo puesto. Ese día, Ron Dennis insistió en que ambos recibían el mismo trato.
Sin embargo, aquel primer incidente desembocó en otro el 4 de agosto de 2007, cuando en la clasificación del Gran Premio de Hungría, Hamilton contradijo una orden de equipo para favorecer al español, bloqueándole el camino e impidiéndole firmar una última vuelta rápida, con el consiguiente resultado: el asturiano fue penalizado con cinco posiciones en la parrilla de salida. ¿Resultado? Dos meses después, Alonso anunció de “mutuo acuerdo” su marcha de McLaren-Mercedes.
Tras su paso por Mercedes, Alonso volvió a Renault y después fichó por Ferrari. Y, de nuevo, los enfados fueron constantes. Llegó en 2010 para tratar de reconducir a la escudería italiana, pero sin un buen coche, el bicampeón del mundo no pudo cumplir su misión. La ruptura entre ambas partes germinó en el GP de Hungría, cuando Montezemolo, presidente de La Scuderia, se molestó por unas declaraciones del piloto español en las que se quejó sobre el trabajo de sus compañeros: “Tengo que ir esperando y recogiendo lo que me dejan los demás”.
Aun así, la ruptura llegó cuando el entorno de Montezemolo filtró que Alonso sería intercambiado por Vettel. Fue el último capítulo de un desencuentro que acabó con el asturiano fuera del equipo y vuelta a empezar, de nuevo, en McLaren-Honda, en este 2015. Y no tiene pinta de que vaya a acabar mañana…