El Gran Premio de Singapur arrancó con un accidente del alemán Nico Hulkenberg nada más encenderse el semáforo que obligó al saefty car a salir a pista. Los monoplazas circularon durante casi tres vueltas a la estela del coche de seguridad hasta que Dirección de carrera consideró adecuado reanudar la prueba.
Sin embargo, hubo un comisario que se retrasó en las labores de limpieza de los restos del coche de Hulkenberg y a punto estuvo de ser arrollado por el Mercedes de Nico Rosberg. El empleado del circuito de Marina Bay pareció no enterarse del aviso de regresar al muro y tuvo que sprintar sobre el asfalto para evitar una posible catástrofe.
En la jornada del sábado, durante los terceros entrenamientos libres, un enorme lagarto cruzó la pista mientras Max Verstappen completaba su vuelta. "Hay un dinosaurio en la pista, un lagarto gigante, y no es broma", exclamaba el piloto belga a su equipo por radio. Por su parte, los ingenieros de Red Bull bromearon diciéndole que estaba "cara a cara con Godzilla".