Stoffel Vandoorne ha llegado a la Fórmula 1 y especialmente a McLaren gracias a su talento al volante, como así sucedió con Lewis Hamilton hace justo diez años. Al contrario que el británico, el piloto de Kortrijk (Bélgica) ya sabe lo que se siente al estar bajo la piel de Fernando Alonso al volante de un Fórmula 1. El año pasado, tras el dramático accidente que sufrió el asturiano en el Gran Premio inaugural de la temporada, fue precisamente el piloto belga quien reemplazó al español en Bahrain. Allí finalizó duodécimo, dos puestos por delante del experimentado campeón del mundo Jenson Button.
El joven talento llega a la nueva Fórmula 1 de 2017 como rookie para batirse contra un Fernando Alonso mucho más grande que el que luchara contra Hamilton diez años atrás. Para el piloto belga, la rivalidad con Fernando Alonso es algo positivo que considera “bueno para mi carrera” y quiere un compañero de equipo “fuerte”, toda una declaración de intenciones que marca el espíritu con el que abordará su primera temporada en la máxima categoría.
De un estudio de arquitectura a la F1
Vandoorne tuvo su primer contacto con las cuatro ruedas por casualidad, cuando su padre, de profesión arquitecto, fue contratado para realizar el restaurante de un circuito de karting en el que el dueño le regaló su bautismo en pista.
Desde entonces, ha vivido una carrera ascendente a golpe de talento hasta llegar a la órbita McLaren en 2013. Ha tenido que esperar cuatro años para hacer realidad su sueño, a pesar de las prisas que Toto Wolff metía a los británicos para hacer debutar antes a su nueva perla en la máxima categoría.
Final de ciclo para Alonso; futuro para Vandoorne
Fernando Alonso afronta su último año de contrato con el equipo con el que esperaba culminar su tercer título. Con una estructura renovada, los británicos, en colaboración con Honda, tratan de mirar al futuro. La llegada de un joven talento respaldado hasta por los pesos pesados del paddock, competencia incluida, representa las ambiciones de la escudería por volver a ser protagonistas del Mundial.
En esta tesitura, Stoffel Vandoorne es consciente de que para ganarse un puesto en la retina de los aficionados ha de superar el nivel de excelencia que Fernando Alonso aporta durante un fin de semana de Gran Premio. La lucha en la Fórmula 1 es siempre contra tu propio compañero y después contra el resto, con lo que el objetivo del belga debe ser superar en todo momento al piloto español si quiere ser considerado el Verstappen de 2017.
Por su parte, Fernando Alonso es consciente de contar con la experiencia de una carrera enorme donde ha vivido absolutamente de todo. Incluida una guerra psicológica, política, de intrigas palaciegas y deportiva contra un joven recién llegado, como le ocurrió en 2007 con Hamilton.
Este año, Alonso debe decidir su futuro no sólo respecto a McLaren, sino con la propia Fórmula 1 a la que ama, pero que no le convence. Tener un hueso duro de roer con todo el mundo por delante será un obstáculo más en la carrera del asturiano, que se ha caracterizado siempre por el espíritu de superación del ovetense.
Que la relación eche chispas o transcurra como la seda tendrá que ver mucho con la gestión del equipo por parte de la nueva cúpula, en la no estarán ni Ron Dennis ni Jost Capito. También con las auténticas prestaciones del MCL32. Un proyecto nuevamente fallido puede evitar tensiones entre pilotos, pero también provocar el desánimo de un Alonso con fin de contrato a la vista frente a un joven Vandoorne con el ‘hambre’ como impulso vital.
“Yo soy Vandoorne, no Hamilton”
Stoffel Vandoorne, por el momento, elude las comparaciones con Hamilton a pesar de que usará el número dos en su monoplaza, el mismo que el británico hace una década: “Yo soy Vandoorne, no Hamilton, y daré todo lo que esté en mi mano”. Así de claro zanja la polémica el joven de 24 años, a la vez que tira el guante no sólo a Fernando Alonso sino al resto de la parrilla.
Respecto a su convivencia con el piloto español, Vandoorne asegura que “no me espero nada”, aunque reconoce que tanto Alonso como Button le ayudaron con sus consejos en 2016.
Como piloto titular, las tornas han cambiado y ya no se siente un novato con todo por aprender. El piloto belga quiere luchar por la victoria y se siente “capaz de luchar por el título” con la idea de no regalar ni un sólo segundo ni metro de pista ni a Fernando Alonso ni al resto de pilotos.
Por su parte, el nuevo jefe de McLaren, Zak Brown, no para de elogiar a su nuevo piloto. “Está en la categoría de Schumacher, Hamilton y Senna”, afirma, anunciando que “como compañeros de equipo Stoffel y Fernando sorprenderán a muchos”. Está por ver a quiénes.