Después de perderse tres carreras tras lesionarse hace 28 días en el segundo entrenamiento libre del Gran Premio de Japón, el pasado 18 de octubre, Dani Pedrosa ha anunciado que volverá a subirse a su Honda RC213V para disputar la última cita de la temporada en el circuito Ricardo Tormo de Cheste, donde los días 15 y 16 todos los pilotos de MotoGP rodarán con las monturas de la próxima temporada. El piloto español, uno de los que más lesiones ha sufrido a lo largo de su carrera deportiva, se fracturó en cuatro partes su clavícula derecha y, poco después, se conoció que también tenía una fractura en el peroné derecho y en el cuarto metatarso de su pie izquierdo. Además tuvo que someterse a la reconstrucción de la cicatriz de la zona clavicular debido al deterioro de la piel por intervenciones anteriores porque en Le Mans, en 2011, también se fracturó la misma clavícula.
“Estas últimas tres semanas no han sido fáciles tanto por el dolor, especialmente tras la operación, como por perderme varias carreras en alguno de mis circuitos favoritos. De todos modos, al empezar con la rehabilitación, las cosas empezaron a ir mejor día a día y la idea de intentar estar recuperado para Valencia ha sido un estímulo que me ha ayudado en los momentos más difíciles”, explica Pedrosa a través de un comunicado remitido por el equipo Repsol Honda.
El español, que se encuentra en Milán para la presentación de los nuevos modelos de la marca del ala dorada en el Salón EICMA, asegura que, pese a acudir al Gran Premio de la Comunidad Valencia, no sabe cómo responderá su cuerpo. “Aún no estamos seguros de cómo me sentiré encima de la moto, pero estoy contento de volver a competir. Me encanta el circuito Ricardo Tormo, tengo unos recuerdos fantásticos allí y me gusta la idea de volver a rodar delante de mis seguidores”, asegura el único piloto de la historia capaz de ganar, al menos, una carrera de MotoGP a lo largo de 11 años seguidos (2006-2016) después de imponerse en Misano esta campaña.