Rafa Nadal debutó a lo grande en el presente Roland Garros. No sólo por la contundencia de su victoria inaugural ante el australiano Sam Groth (6-1, 6-1, 6-1 en 1 hora y 20 minutos), sino por un punto que se ha hecho viral nada más ser ejecutado. Ocurrió en el sexto juego del tercer set. Entonces, el manacorense, que servía para ponerse 5-1, se sacó de la manga un asombroso e imparable golpe entre las piernas para devolver un globo de Groth. La ovación fue instantánea, al igual que la aparición de la jugada en las redes sociales.
Nunca tuvo el mallorquín una entrada en materia en la tierra batida parisiense más sencilla de la que vivió este martes en la pista Suzanne Lenglen. Tan fácil que no sirve para sacar ninguna conclusión. "Estoy muy contento de estar aquí en Roland Garros otra vez. Este es el torneo más importante de mi carrera y es muy emocionante para mí", aseguró, en francés, el español, aclamado por ello por el público.
Nadal destacó la importancia de los primeros partidos y se mostró "muy contento" de haber ganado en tres sets. "Voy a poder descansar mañana (por el miércoles) y preparar la siguiente ronda", dijo. Groth, 100 del mundo a sus 28 años, conocido por tener el récord de velocidad en el servicio, hizo acto de figuración en la pista y apenas opuso resistencia.
Sobre la arcilla, donde sólo ha ganado un partido de cinco, su servicio se reveló como un arma de fogueo y sus continuas subidas a la red como un coladero para el juego de Nadal, poco acostumbrado a rivales de esa entidad. El australiano multiplicó los errores, hasta 28 acumuló en el encuentro.
La victoria 71 de Nadal en París no pasará a los anales de la historia por su belleza, ni por su sutileza técnica o táctica. Sólo porque fue uno de sus debuts más fáciles en un Grand Slam. En París hizo recordar al de 2014 contra el estadounidense Robby Ginepri. Entonces, en una jornada que amenazaba lluvia, el mallorquín se dio prisa para pasar el trámite contra el 246 del mundo, que duró 1 hora y 42 minutos y que acabó con un contundente 6-0, 6-3 y 6-0.
El duelo frente a Groth tuvo la misma historia, la de un tenista sin movilidad, tosco en los golpes e incómodo en una pista lenta. Apenas hizo emplearse a un Nadal que buscaba sensaciones, aunque el español no estará descontento de haber superado sin problemas su debut, un asunto siempre espinoso. Además, lo hizo con un golpe que a buen seguro también resultará histórico.