Melbourne

“Empecemos con un segundo saque a la zona del revés”. El martes por la mañana, Mark Philippoussis se pone a las órdenes de Carlos Moyà en una de las pistas cubiertas del National Tennis Centre. El australiano, ex número ocho mundial, es el eje sobre el que gira el entrenamiento de Rafael Nadal porque su poderoso servicio encaja a la perfección para preparar el enfrentamiento del miércoles contra Milos Raonic, el rival del mallorquín por el pase a las semifinales del Abierto de Australia.

Philippoussis, que juega el torneo de leyendas con Moyà en Melbourne, saca tres veces por encima de los 200 kilómetros el día anterior (208, 213 y 220) en el primer partido que ambos disputan contra Henri Leconte y Wayne Ferreira. Aunque tiene 40 años y lleva casi una década retirado, al australiano sólo le separan 16 kilómetros de velocidad del servicio más rápido del torneo, en posesión de Raonic (los 236 que alcanza en la segunda ronda contra Gilles Muller). En consecuencia, es el sparring ideal para que Nadal pueda ensayar lo que le espera en los cuartos de final.

Así, el australiano va cogiendo pelotas de un cubo azul que está a su espalda y poniendo a prueba la capacidad al resto del campeón de 14 grandes. Philippoussis, que tarda un rato en entrar en calor (“Perdona Rafa”, le dice después de estrellar dos saques consecutivos contra la red), va cambiando las direcciones según lo que le pide Moyà, que empieza suave y acaba por todo lo alto. “Ahora con primer saque y a cualquier lado”, le dice el mallorquín a Philippoussis, que efectivamente obliga a Nadal a restar bombas una y otra vez, intentando que se acostumbre a la lluvia de misiles que deberá superar si quiere llegar a sus primeras semifinales de un grande desde Roland Garros 2014.

“El saque de Raonic es bastante imprevisible”, cuenta Moyà, que conoce de sobra el mejor golpe del canadiense después de pasar un año sentado en su banquillo. “Siempre hay pequeños esquemas. Por ejemplo, si saca abierto y Nadal le resta bien cambiará de posición luego”, sigue el mallorquín.

“Todo el mundo tiene un servicio favorito, pero Raonic es un gran sacador y tiene bastante variedad”, añade, acordándose irremediablemente del encuentro que a Nadal se le escapó hace unas semanas en Brisbane. “Cambiaría poca cosa de ese partido porque Rafa estaba en una situación bastante favorable. Tiene que mantener la intensidad, y sobre todo estar estable y agresivo”, apunta el entrenador mallorquín.

Nadal en pleno golpeo contra Monfils. Jason Reed Reuters

“En Brisbane llevaba bien el partido, pero en un momento dado dejé de jugar igual de agresivo 15 minutos, me rompió dos veces mi saque y me fui a casa”, le continúa el número nueve del mundo, que llegó a mandar 6-4, 2-2 y 15-40 en ese duelo. “Al margen de que saca fantásticamente, posiblemente el segundo que mejor lo hace en todo el circuito, desde el fondo juega bien también. Tengo que estar agresivo en todo momento, mentalizarme de eso”, insiste. “En Brisbane me puse a restarle siete metros atrás y me fue fatal. Bien al comienzo, pero luego no había opción. Lo iré decidiendo según vaya el partido, pero de entrada no tengo esa intención”.

Ante Zverev, en la tercera ronda del torneo, Nadal se fue más atrás que nunca para escapar del campo de visión del alemán, intentando así que perdiese la referencia a la hora de poner la bola en juego. Contra Monfils también lo repitió, aunque fue variando su posición al resto, montándose encima de la línea, quedándose a media distancia y echándose atrás. ¿Seguirá esa estrategia del despiste el miércoles ante Raonic?

“Soy partidario de ir cambiando, de ir probando cosas”, reconoce Moyà. “Si algo le funciona muy bien se queda con eso, lógicamente. El problema es que si a Raonic le das el mismo punto de referencia cada vez se acomoda. Es importante ir cambiando un poco la distancia, que vea algo distinto al otro lado de la red”, se despide el mallorquín, que como el resto del equipo de Nadal sabe de la importancia del encuentro.

Raonic es el examen final del español, un rival que marcará su nivel actual y su futuro en el torneo. Hasta ahora, el canadiense ha disparado 93 aces, ha ganado el 79% de los puntos con su primer saque y sólo ha cedido seis veces su servicio. En el mejor momento de su carrera, Raonic viene de crearle muchos problemas al mallorquín en el pasado y de ganarle hace nada en Brisbane. A todo eso, y posiblemente a mucho más, se enfrenta Nadal en un partido para presentar su candidatura definitiva a la copa de campeón.

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