Por primera vez desde el Conde de Godó de 2012, Fernando Verdasco jugará las semifinales de un torneo de la misma categoría (500), casi cinco años después de hacerlo sobre la tierra batida de Barcelona. El jueves a mediodía, el español superó 6-3 y 7-5 a Gael Monfils en los cuartos de Dubái y se citó con Robin Haase (6-2, 4-6 y 6-4 al bosnio Dzumhur) por una plaza en la final. El español, que ya jugó a principios de temporada las semifinales en Doha (perdió con Novak Djokovic desaprovechando cinco puntos de partido), intentará este viernes asaltar el duelo decisivo para darle continuidad a una semana que debería impulsarle antes de la gira estadounidense por Indian Wells y Miami, los dos primeros Masters 1000 de la temporada.
“Sinceramente, creo que jugué un partido casi perfecto”, se arrancó el número 35 del mundo, que había caído en los tres encuentros anteriores con Monfils, pese a ganar la primera manga en los dos últimos (París-Bercy 2010 y Winston-Salem 2013), ambos sobre pista rápida. “Tal vez podría haber sido un poco más agresivo con mi saque, pero eso habría reducido mi porcentaje de primeros servicios, obligándome a jugar con muchos segundos. No habría sido una buena idea contra él”, prosiguió el español. “Así que aposté más por un buen porcentaje con mi primer saque y traté de jugar con mi derecha todo lo que pude. Y funcionó. Ha sido el partido soñado”.
Como explicó con precisión ante los periodistas, Verdasco basó su victoria en un porcentaje alto de primeros servicios (84%) para mantener alejado a Monfils al resto, quitándole la posibilidad de jugar con su velocidad de bola habitual, que es altísima. Sin opción de discutir los saques de su contrario, el francés solo pudo ganar 15 puntos sobre el servicio del español (disputó 57) y se quedó sin nada que decir. Aunque su cobertura de la pista fue la de siempre, fantástica y sólida, Verdasco la destruyó utilizando con inteligencia la derecha, hasta que el número 12 se quedó seco y puso rumbo al vestuario derrotado por primera vez ante el español.
“Unas semifinales nunca son fáciles”, avisó Verdasco justo tras la victoria. “Haase tiene un buen servicio y también una buena derecha”, añadió sobre su contrario, con el que tiene empatado (3-3) el cara a cara. “Lo más importante es que estoy muy contento de estar aquí y lógicamente voy a hacer todo lo posible para ganar un partido más y estar en la final”.
Por llegar a esa final siguió peleando Andy Murray, el número uno del mundo. En cuartos de final, el británico fue capaz de salvar siete puntos de partido (¡siete!) en un tie-break de 31 minutos (¡31 minutos!) que acabó ganando por 20-18 (¡20-18!) para sobrevivir 6-7, 7-6 y 6-1 a Philipp Kohlschreiber en mitad de un encuentro de locura monopolizado por ese desempate, que vio a los rivales hacer lo nunca visto: no cambiar de lado con 15-15 y hacerlo luego erróneamente con 16-16, cuando incluso el juez de silla se había olvidado de dar la orden, perdido entre tantas curvas.
Noticias relacionadas
- Nadal descompone a Lorenzi y llega a cuartos en Acapulco
- Verdasco persigue el balance
- A Federer se le funden los plomos
- Nadal vuelve sin óxido en Acapulco, pero con la rodilla vendada
- ¿Una red de prostitutas para tenistas de élite? Hablan los afectados
- El final del viaje de los Nadal, visto por el vestuario
- Roger Federer debuta con victoria en Dubái tras coronarse en Australia
- Rafa Nadal vuelve a la competición en Acapulco