Rafael Nadal entra en la sala de prensa del torneo de París-Bercy con la mirada fija en la pantalla de su teléfono móvil. Teclea a toda velocidad, lee la respuesta que recibe y sonríe. Inmediatamente las cámaras de una nube de fotógrafos se ponen en marcha para buscar la imagen perfecta.
El español acaba de ganar a Hyeon Chung (7-5 y 6-3) en la segunda ronda del último Masters 1000 del calendario y se ha asegurado terminar como número uno el año por cuarta ocasión en su carrera (2008, 2010, 2013 y 2017), igualando a Novak Djokovic y muy cerca de Roger Federer, que lo ha conseguido cinco veces.
El logro es extraordinario, el broche perfecto a un 2017 titánico, y permite que el balear rompa varios récords porque nadie había ganado, perdido y recuperado el número uno a final de año en tres ocasiones (2010, 2013 y 2017) y nunca antes había pasado tanto tiempo entre la primera vez que un jugador cerraba un curso en la cima (2008) y la última (2017).
Tras atar esa posición hasta 2018, el tenista, Toni Nadal y Carlos Moyà, dos de sus entrenadores, reflexionaron en este periódico sobre la extraordinaria conquista.
EL ESPAÑOL. ¿Qué diferencia hay entre ser número uno durante la temporada y serlo a final de año?
Rafael Nadal. La diferencia es simple. Al final, esto es como una liga y cuando terminas un año como número uno quiere decir que has sido el mejor de esa temporada.
Carlos Moyà. Antiguamente, las dos cosas eran igual de importantes. Desde que apreció la Carrera de Campeones se le da mucha más importancia a terminar el año como número uno. Ahora es así. Cuando yo empecé en el circuito se le daba mucha importancia también a lo otro porque era el único ranking que había.
Toni Nadal. No lo digo ahora porque Rafael lo haya conseguido, ya le hice este comentario hace muchos años a Carlos. Desde que se oficializó el hecho de acabar el año como número uno creo que tiene un valor añadido. Significa que has sido el mejor durante ese año.
R.N. Ser número uno durante algún momento del año es genial, eso es algo evidente. Las dos cosas son bonitas e importantes, pero sin ninguna duda hay mucha diferencia si me lo preguntas a mí.
T.N. Yo prefiero mucho más ser el número uno los cuatro últimos días de la temporada que los cuatro últimos del mes de abril. En todos los deportes en los que hay una liga se entiende que el mejor es el que acaba en la primera posición de esa liga.
EL ESPAÑOL. ¿De verdad no era un objetivo?
R.N. Nunca había sido un objetivo, hasta que apareció la oportunidad de serlo. Entonces sí que se transformó en una meta. La gira asiática fue muy importante para mí, sumar muchos puntos me ayudó. Cuando reciba el trofeo en Londres será un momento emocionante para mí porque pensaba que no volvería a ocurrir.
T.N. Pues no, no lo era. No aspirábamos al número uno desde hacia tiempo porque Rafael no conseguía tener un año completo. No podíamos pensar en el número uno por todos los problemas físicos que ha tenido.
EL ESPAÑOL. Nadie había acabo la temporada en lo más alto a esta edad, con más de 31 años. ¿Qué significa?
R.N. Significa muchas cosas. Significa que he tenido una carrera muy larga y exitosa. Significa que he mantenido la ilusión pese a las adversidades. Significa que he mantenido las ganas de jugar pese a las adversidades que se me han ido planteando a nivel de lesiones. Significa mucho después de donde vengo estos últimos años.
C.M. Habla de una carrera impresionante. Lo he dicho varias veces. Batir récords de precocidad y récords de longevidad es algo que no sé si ha dado en la historia del deporte, y hablo de cualquier deporte. Batir récords por los dos extremos… Hay que seguir disfrutando de él, valorar lo que está haciendo. Pero sobre todo no olvidar que nunca se conforma y que querrá ir a por más.
T.N. El tenis está cambiando. En lugar de ser un juego de estrategia y movimientos es más un juego de golpes. No necesitas tener un físico tan bueno. Se puede jugar sin correr demasiado. Al margen de que la preparación física de los jugadores sea mejor, yo me muevo por el sentido común y por lo que pasa. El tenis puede ser muy exigente a nivel de articulaciones, de pegarle muy fuerte a la pelota, pero no lo es a nivel de correr y volver a correr. Esto permite que gente mayor pueda jugar más tiempo. No es una comparación valida, pero en el golf se puede jugar hasta los 50 años sin perder mucha distancia. El golf también es un juego de golpes.
EL ESPAÑOL. Hay otro récord. Han pasado nueve años y tres días entre la primera vez y la última, de 2008 a 2017. Mucha gente hablaba de una carrera corta.
R.N. La brecha entre la primera vez y ahora es muy amplia. Por eso, también significa mucho poder seguir jugando a este nivel después de tanto tiempo.
C.M. Cuando tenían 20 años decían que la carrera de Nadal sería corta, que duraría poco. Y ahí sigue, y como número uno. Entiendo que haya gente que pudiese comentar eso, pero la gente se equivoca también. Y aquí se han equivocado, claro.
T.N. Espero que se equivoquen, eso era lo que siempre respondía yo. En el mundo es muy fácil hablar, más hoy en día donde la opinión de un experto vale lo mismo que la de alguien que no sepa nada. Rafael lleva desde el 2005 llegando a la Copa de Maestros. Son 13 años haciéndolo. No sé cuántos jugadores lo consiguieron antes. Toda esta gente que aventuraba que tendría una carrera corta se han equivocado.
EL ESPAÑOL. ¿Ayuda haber sellado el uno ya para rebajar la presión pensando en París y en la Copa de Maestros de Londres?
R.N. Ayuda. Ahora puedo intentar hacerlo lo mejor posible en este final de temporada sin pensar en eso. Eso está conseguido y te puedes centrar en otras cosas. El hecho de jugar sin esa tensión, sabiendo que está logrado, te libera un poco de eso. Sabes que juega para seguir consiguiendo cosas, sumando puntos y cumpliendo otros objetivos.
T.N. Sabíamos que era un partido especial. Ya que ha estado aquí todo este tiempo… Es una oportunidad de acabar número uno. Al final, son cuatro veces las que ha terminado arriba y eso le da un plus a su carrera. Es normal que Rafael estuviera un poco más tenso.
C.M. Sí, ayuda cerrarlo y asegurarlo. Sinceramente, es una cosa que no habíamos hablado casi nada estos días. Es algo que estaba ahí y que solo servía para meter más presión. Hemos evitado pensar mucho en ello. Con Chung jugó nervioso y tenso.
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