Rafael Nadal no jugará el torneo de Brisbane, en el que debería haber inaugurado oficialmente su 2018. El número uno renunció a la cita porque todavía no está recuperado de la carga de estrés que sufrió en el tendón rotuliano de la rodilla derecha en el tramo final del curso pasado, y que condicionó su participación en los últimos torneos del calendario, obligándole a retirarse de París-Bercy (en cuartos de final) y en la Copa de Maestros de Londres tras perder el primer partido ante el belga Goffin.
Así, y unos días después de bajarse de la exhibición de Abu Dhabi por el mismo motivo, el español decidió seguir recuperándose en Mallorca con el objetivo de llegar preparado al Abierto de Australia, que arranca en Melbourne el próximo 15 de enero.
Nadal, en cualquier caso, le ha ganado tiempo al reloj con su renuncia a Brisbane: el campeón de 16 grandes tiene ahora un buen margen para recuperarse y estar competitivo en el primer Grand Slam del curso, donde defiende los 1200 puntos de la final que perdió en 2017 contra Roger Federer.
Noticias relacionadas
- Bellucci, sancionado por dopaje cinco meses
- Serena no llega al Abierto de Australia
- Siete preguntas (con respuesta) a las lesiones de Murray y Djokovic
- Murray no jugará el Abierto de Australia
- Muguruza no se despega de las lesiones
- Murray y el martirio de su cadera: sigue el calvario seis meses después
- Los calambres fulminan a Muguruza
- Muguruza no necesita trucos nuevos
- Murray y Djokovic, de enigma en enigma
- Francia gana la Copa Davis