¿Qué hay que hacer para jugar 66 grandes de forma consecutiva? ¿Cuál es el secreto para mantenerse sano físicamente y fresco mentalmente durante más de 15 años y no faltar a ninguno de los torneos del Grand Slam? ¿Dónde está el truco? Feliciano López, que este jueves se enfrenta a Juan Martín del Potro por una plaza en la tercera ronda de Wimbledon, tiene todas las respuestas.
El martes, el español se convirtió en el jugador con más participaciones seguidas en los grandes (66), superando las 65 de Roger Federer y quedándose en exclusiva un récord que tiene una lectura evidente: a los 36 años, que serán 37 el próximo mes de septiembre, la longevidad de López ha demostrado estar a prueba de bombas.
“Primero hay que hacer las cosas bien, y luego tener un poco de suerte”, explicó el español, que ha encontrado el respeto de su cuerpo pese a contar con una percha estupenda. “Muchas veces las lesiones son incontrolables y llegan de repente, pero es cierto que mi manera de jugar y el hecho de haberme cuidado un poco más los últimos años me ha ayudado”, continuó el jugador, número 70 del mundo. “Mentalmente he aguantado la exigencia, he tenido las ganas de seguir jugando y cada año es un poco más difícil tras tanto tiempo arriba”, recordó. “Por supuesto, el récord significa mucho para mí, pero es solo un número. No se trata del número de grandes jugados, se tata de cuántos años he estado compitiendo al máximo nivel”.
“Su factor genético es muy importante porque tiene un físico espectacular y eso es algo que nos ayuda mucho”, apuntó Marc Boada, fisioterapeuta del tenista. “También es cierto que su estilo de juego, de saque y volea, hace que se desgaste mucho menos y que haya podido tener una carrera más larga”, añadió el preparador, el encargado de manejar la puesta a punto de Feliciano. “Él es una persona a la que le gusta sentirse bien. No hacemos fases del año muy duras, intentamos mantener durante toda la temporada una base física buena porque volver a tener dinámicas de trabajo y ganancias es complicado, sobre todo a esta edad”.
López se estrenó en un grande en Roland Garros 2001, cayendo con Carlos Moyà en la primera ronda, y desde entonces ha ido encadenando uno tras otro hasta celebrar la victoria en su estreno en Wimbledon esta temporada ante el argentino Delbonis. Por el camino, el toledano ha resistido el paso del tiempo con un tenis contracultura, de saque y volea, y haciendo el pequeño esfuerzo de cuidarse más para mantenerse alejado de las lesiones importantes.
“A partir de los 30 años, empezó a darse cuenta de que para mejorar no solo cuentan los entrenamientos”, apuntó Boada. “Comenzó a descansar mejor, durmiendo más horas, y a cuidar la comida, controlando las cantidades y lo que tomaba en cada momento”, prosiguió el preparador, uno de los que apoyó a López en la decisión de abandonar la leche, el pan y los refrescos. “Lo de la leche o el gluten es más cuestión de modas, pero en Feliciano supuso un cambio”, reconoció. “Lo de la leche lo tomó como una referencia, pero el cambio fue empezar a cuidar lo que comía. Lo importante es tener una buena base, tampoco es positivo privarse constantemente de todo. Él come siempre bien, pero si estamos en Roma y se toma un tiramisú no pasa nada. El día a día es bueno, aunque luego haga pequeños saltos”.
Así ha llegado Feliciano a los 66 grandes seguidos, así le ha birlado la marca a Federer, así jugará con del Potro por seguir soñando en el torneo de sus amores.
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