Rafael Nadal celebra un punto de Carlos Alcaraz ante Tallon Griekspoor

Rafael Nadal celebra un punto de Carlos Alcaraz ante Tallon Griekspoor Reuters

Tenis

La locura de Rafa Nadal en la grada viendo a Carlos Alcaraz en la Copa Davis junto al equipo español en el Carpena

David Vicente
Publicada

El ambiente en el Palacio de Deportes José María Martín Carpena de Málaga era eléctrico. España estaba contra las cuerdas en los cuartos de final de la Copa Davis tras la derrota de Rafael Nadal frente a Botic Van de Zandschulp.

Sin embargo, lejos de venirse abajo, el manacorí mostró una vez más su espíritu competitivo, esta vez desde la grada, junto al resto del equipo español de Copa Davis capitaneado por David Ferrer.

Tras cumplir con sus compromisos de prensa, Nadal se dirigió rápidamente al banquillo español para apoyar a Carlos Alcaraz, quien debía protagonizar la remontada en un enfrentamiento crucial contra el neerlandés Tallon Griekspoor.

Nadal llegó al inicio del partido de Alcaraz y, desde el primer momento, no escatimó en energía para alentar al joven murciano. Vestido con los colores de España y acompañado por el resto del equipo nacional, Rafa lideró los gritos de ánimo, celebró cada punto con intensidad y se mostró como un aficionado más, aunque con el peso de una leyenda del deporte a sus espaldas.

El público malagueño, consciente de la importancia del momento, se unió al ímpetu de Nadal, generando un ambiente ensordecedor que impulsó a Alcaraz desde el primer saque.

Con cada golpe ganador del murciano, Nadal se levantaba de su asiento, alzaba los brazos y gritaba con fuerza, transmitiendo una energía contagiosa tanto a sus compañeros como al público.

Entregado a la causa

La jornada no había sido fácil para Nadal. Su derrota ante Van de Zandschulp significó más que un revés personal; puso a España en una situación límite. Pero lejos de lamentarse, Rafa mostró su carácter inquebrantable, volcando todo su apoyo en el siguiente punto. "Lo importante ahora es que Carlos gane. Hay que estar a su lado", dijo antes de sentarse junto al capitán David Ferrer y los otros jugadores del equipo.

Alcaraz, inspirado por la presencia de Nadal y el fervor del público, comenzó con fuerza su duelo contra Griekspoor. El joven tenista, número dos del mundo, desplegó un tenis agresivo y preciso que arrancó vítores de la grada y aprobaciones entusiastas de Nadal. Cada punto ganado por Alcaraz se celebraba como si fuera un match point, con Rafa aplaudiendo con fuerza, gritando "¡Vamos!" y gesticulando con pasión.