Razones para querer a Wittgenstein: CAMBIAR DE TERCIO
Especial Wittgenstein
25 abril, 2001 02:00Hace algún tiempo, un estudio sobre las capacidades de los ejecutivos excelentes mostró que los mejores son, no los que no se equivocan, sino los que toman conciencia de su equivocación y rectifican. De esta pasta fue Wittgenstein. Tras aquella primera época miope del Tractatus, en que lenguajes como el de la moral, la religión y la estética quedaban en el terreno de lo muy importante, pero irracional, tuvo la gallardía de cambiar de tercio y reconocer en las Investigaciones Filosóficas que las cuestiones del significado dependen de juegos del lenguaje, enraizados en las experiencias vitales de los jugadores hasta tal punto que quienes no se implican en ellos no comprenden nada. Sólo que no implicarse en ellos -hay que añadir a renglón seguido- supone renunciar a la humanidad.