Razones para querer a Wittgenstein: SER UN HOMBRE MEJOR
Especial Wittgenstein
25 abril, 2001 02:00Lo imagino en una fría noche del invierno de 1917. En las trincheras del Frente Oriental, un soldado austriaco trata de apartar de su cabeza el frío insoportable que recorre sus huesos desde hace horas. Agotado y hambriento intenta no pensar en el infecto hedor que desprende. Escribe. De cuando en cuando levanta la cabeza de sus notas y mira a sus compañeros de barracón. Vuelve a sus pensamientos tratando de esquivar el rostro desencajado del soldado que hoy ha matado por primera vez. Anota sus ideas con un lápiz de punta roma. Despacio. Él aún no lo sabe, pero de esas notas saldrán las apenas 20.000 palabras que lograrán romper en dos el curso de la filosofía del siglo XX. Se detiene. Guarda cuidadosamente sus notas en la mochila que mañana lo acompañará en el frente. Sólo entonces se permite un instante de descanso antes de dormir y anota en su diario íntimo un pensamiento: «Desearía ser un hombre mejor y tener una mente mejor. En realidad estas cosas son una y la misma». Hace cincuenta años que murió Wittgenstein. De cáncer.