El Cultural

Qué sola la mañana...

17 enero, 2002 01:00

Retrato de Cela por Álvaro Delgado

En la muerte Camilo José Cela

De forma un poco sorprendente, pese a lo prestigioso y prolongado de su obra, mucha de ella narrativa, Camilo José Cela fue adaptado al cine pocas veces y de forma tardía, pero con una voluntad de hacer algo importante que revela el respeto de productores y directores a los originales.

"Qué sola la mañana sin memoria", llora Umbral en verso inédito. Qué solas nuestras letras. Qué solo el siglo que empieza y el pasado, ése que Camilo José Cela colmó "a manos llenas". Qué solos, también, todos nosotros. Un silencio agrio y desolado, abrumador, sobrecoge aún al mundo de la cultura ahora que "La bonhomía del árbol derribado/extiende sus liturgias por el tiempo". Cela ha muerto. Cela ha muerto. Cela ha muerto. Cientos de artículos recuerdan estos días su figura, la importancia excelsa del Pascual Duarte, La Colmena, San Camilo. Cela ha muerto. También su carácter insobornable y libre, provocador y pendenciero y tierno. Cela ha muerto. Por eso, porque Cela ha muerto, y con él todos nosotros, y un pocoi también nuestra lengua, ELCULTURAL celebra su palabra y genio, de la mano de especialistas y amigos. Así, Darío Villanueva, secretario de la Fundación Cela, descubre el perfil más real del personaje; Alonso Zamora Vicente, amigo de primera hora, evoca lo vivido en los años 40; José Manuel Caballero Bonald, en los 50; Jorge Cela Trulock, su hermano, y Antonio Fernández Molina, su amigo y secretario también, en los 60; Antonio Colinas, en los 70, es decir, su última etapa mallorquina; Alfredo Conde en los 80, que fueron los años del Nobel y de la Fundación, y Carlos Casares, testigo diario de la última década. Además, Ricardo Senabre desvela las claves estilísticas de Cela; Jaime Siles ahonda en el poeta que también y siempre fue; Pere Gimferrer hila sus recuerdos y descubre el gran pasmo y el pequeño desdén de Cela entre los jóvenes; Blanca Riestra desnuda sus personajes femeninos; Javier Villán, su teatro, y Mario Camus hacedores con él de La Colmena, la mirada que el cine derramó sobre su obra. EL CULTURAL también recorre sus paisajes: Galicia (Suso del Toro); Mallorca (José Carlos Llop), la Alcarria (Manuel Leguineche). Y el más querido, su casa natal de Iria Flavia, sede de su Fundación, paseada el mismo día de la muerte. Luego, la despedida mejor: el poema inédito de Umbral, llanto al maestro y al amigo. Sí, "qué sola la mañana sin memoria". Qué sola, y para siempre.

Leer otros capítulos

1. Qué sola la mañana...
2. El latido del aire
3. Aquellos años cuarenta
4. Papeles de un erudito
5. La voz tras la mordaza
6. El testigo de Arrabal
7. De muchos y de buenos amigos
8. El Nobel, para uno de Padrón
9. El escritor y su personaje
10. El narrador: cómo se hace una novela
11. También era un poeta
12. El escritor oficial, el poeta auténtico
13. En el corazón de la novedad
14. Tres obras y dos versiones
15. Un canto a la supervivencia
16. Al cine desde el respeto
17. Galicia de ida y vuelta
18. Cautivos en la isla
19. Vuelta a La Alcarria
20. Dama oscura
21. La casa de la Vida
22. Profesor de energía

Es ya mi sueño un sueño de ceniceros agrios;

Castrados calendarios o relojes sin cuerda;

Ojos desorbitados hacia amadores perros;

Siluetas en negro; señoritas amargas

Con las medias caídas y corsé de ballenas;

Libros sucios de huellas dactilares de enfermos;

Misivas azuladas y un timbre que nos parta...

Es muy triste mi sueño que ni siquiera es sueño.

Que es un cactus tragado con la tierra alevosa

Como tragan los niños pequeños de los pueblos

Los escabrosos golpes que les pegan sus madres.

Que es un cactus tragado con odio y con desprecio

En el atardecer que ardieron gargantas y abedules

Que alumbraron tan fuerte como si ardieran versos.

...