Image: Blanca Portillo

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El Cultural

Blanca Portillo

“Lavelli es el más grande y siempre me tiraré a sus piscinas sin flotador”

5 mayo, 2005 02:00

Blanca Portillo, por Gusi Bejer

A pesar de llevar más de 20 años en el teatro, Blanca Portillo (Madrid, 1963) se dio a conocer al gran público gracias a la serie de TV Siete vidas. El año pasado abandonó la serie y retornó a los escenarios por la puerta grande: dirigida por Jorge Lavelli en La hija del aire (Calderón), donde interpretaba un complejo personaje al que pocas actrices están en condiciones de enfrentarse. Desde entonces su carrera va sobre ruedas: ha terminado dos películas, Alatriste y Elsa y Fred, y salta de nuevo a las tablas con Hamelín, que se estrena el día 12 en La Abadía de Madrid.

Pregunta: Cambió de sexo en La hija del aire y vuelve a hacerlo en la película Alatriste. ¿Se lo propuso Díaz Yanes después de verla en el teatro o se lo sugirió usted?
Respuesta: No, no, yo nunca me hubiera atrevido a sugerir algo así. Creo que tampoco Agustín [Díaz Yanes] vio La hija del aire. En fin, mejor que investigue usted por qué se decidió a llamarme. Aunque imagino que algo tuvo que ver su director de casting.
P: ¿No teme que esta versatilidad suya acabe animando a los directores a pedirle siempre lo mismo: que cambie de sexo?
R: No, no lo creo. Este es un caso muy particular. Además no querría ganarme la enemistad de mis compañeros actores varones.
P: ¿Cómo ha preparado su personaje del Inquisidor Bocanegra? ¿Es de esas actrices que se documentan mucho y necesitan experimentar sus personajes o se deja llevar por su intuición?
R: Uf, si tuviera que experimentar ser un inquisidor, no sé qué hubiera sido de mí. Confío más en mi intuición y, por supuesto, en la propuesta del director. En cualquier caso, y para mi fortuna, el Siglo de Oro es uno de los capítulos de la historia de España que más me ha interesado siempre. Ha sido como un maravilloso juego de viaje en el tiempo.
P: Elsa y Fred es su siguiente estreno cinematográfico. ¿Es ahora cuando el cine llama a su puerta?
R: Realmente, cine es lo
que menos he hecho y si ahora hago más, pues encantada. Que llame a mi puerta, que llame...
P: ¿Qué aprende una actriz de teatro en un plató de televisión? ¿Piensa en volver?
R: Muchísimas cosas. Es un lenguaje y un medio absolutamente diferente al teatral. Moverte entre tres cámaras, trabajar para un plano corto, la medida de los "tempos", a ponerte "en las marcas"... ¿Volver? Pues no lo sé. Depende siempre de los proyectos.
P: ¿Pero está de acuerdo con que es en el teatro donde se mide un actor?
R: Creo que es el medio más arriesgado. No hay posibilidad de corregir. O al menos no hasta la próxima función. Es un examen inmediato, el aquí y ahora, y eso conlleva un vértigo que no todo el mundo soporta. Creo que es el medio que más te enfrenta a ti mismo y a tus carencias.
P: ¿Por qué los actores españoles famosos no se prodigan en el teatro?
R: No lo sé. Puede ser que no haya propuestas que les seduzcan. En cualquier caso, el teatro es muy sacrificado y exige un enorme esfuerzo.
P: ¿Cómo viven los actores tener que seguir haciendo una obra que ha sido machacada por la crítica?
R: Por mucho que a veces nos duela, una crítica no es más que una opinión. Creo que lo importante es subirte al escenario creyendo en lo que haces. Las malas críticas no pueden hacerte
tirar la toalla.
P: Ensaya Hamelín con Andrés Lima. ¿Qué debe reunir un proyecto teatral para que usted se apunte?
R: Me interesa, por encima de todo, la historia y el punto de vista de quien lo va a contar. En este caso, me interesa Mayorga, como brillantísimo dramaturgo; Animalario, por su trayectoria y su compromiso permanente; Andrés Lima, a quien conozco desde hace muchos años y a quien siempre he considerado una persona de teatro con un enorme talento; los actores que componen el equipo, amigos todos y todos admirados. En fin, muchas cosas como para dejar pasar una oportunidad así. Estoy feliz de estar en este proyecto. Cumple todas mis exigencias.
P: Una actriz que también es productora de teatro.
R: Me fascina el teatro, no sólo la interpretación. Producir es para mí una maravillosa forma de trabajar en equipo, de formar grupos humanos con inquietudes comunes. Y un maravilloso aprendizaje. Si produces, tienes que saber un poco de todos los campos que conforman un espectáculo. Produzco porque creo en el papel del actor dentro de todo ese proceso. Creo que el criterio de un actor a la hora de producir va mucho más allá de un objetivo comercial.
P: Volverá a ser dirigida por Lavelli en el Centro Dramático Nacional. Parece haberse convertido en su musa. ¿Cómo se llega a eso?
R: ¡Qué bonito suena eso de "musa"! ¡Ojalá sea así! Si trabajamos juntos es porque nos entendemos muy bien, tenemos ideas parecidas respecto al trabajo, confío plenamente en sus criterios porque ha demostrado una inteligencia y una creatividad teatral inmensas. Aprendo mucho con él. Creo que en sus manos el teatro es siempre una delicadísima arma de agitación. Eso es lo que le convierte en el más grande y lo que hará que siempre me tire a sus piscinas sin flotador.
P: Y vuelve con Decadencia, de Berkoff, una parodia de las clases altas y las clases trabajadoras. ¿No resultará demasiado británica para el público español?
R: Ja ja ja... No, no. Creo que al espectador también le interesa encontrarse con actores con un cierto criterio político, una cierta conciencia social.