Image: Pedro María Sánchez

Image: Pedro María Sánchez

El Cultural

Pedro María Sánchez

“No es preciso un helicóptero para fijar la atención del público”

5 julio, 2007 02:00

Pedro María Sánchez, por Gusi Bejer

El director y actor Pedro María Sánchez ha retrocedido hasta el Barroco para recuperar del auto sacramental Amar y ser amado o La divina Filotea que Calderón dejó inconcluso al morir en 1681. La versión rescatada para representar mañana y el sábado en el Patio de la Antigua Universidad de Almagro es la de la procesión del Corpus de 1745 que concluyó Melchor de León y para la que José de Nebra creó la música.

Pregunta: Va a pasar el verano con un auto sacramental de Calderón, ¿no es demasiado para usted y el resto del equipo?
Respuesta: Somos un grupo de actores y músicos con coraje y temple.

P: ¿Por qué ha escogido "sermones/ puestos en verso", como decía de los autos Calderón, para volver a los escenarios?
R: Porque conforman una de las estructuras dramáticas más apasionantes de la historia del teatro.

P: ¿Por qué cree que no se representan más autos sacramentales, de Calderón u otro autor? ¿Es algo ‘antiguo’?
R: Los autos están en el teatro de Heinrich von Kleist... y en el de Brecht. Son contemporáneos cada vez que se les revisita. Son difíciles de hacer. Hay que librarse de prejuicios. Ha-ce-falta valor, ha-ce falta valor...

P: Calderón murió cuando escribía la obra, Melchor de León la acabó y José Nebra compuso la música, ¿qué añade usted?
R: El silencio. Con humildad, con trabajo y sin miedo.

P: Y el dinero, ¿no es una locura digna de un natural de La Mancha embarcarse en este proyecto?
R: Cuando el alumno está preparado encuentra al maestro.

P: Conserva todos los ingredientes de la representación del siglo XVIII como la loa, el epílogo...?
R: Sí; mantiene la loa y el fin de fiesta o gitanada, aunque la loa se presenta sólo en versión musical, cantada, sin texto escenificado.

P: Calderón puso en la obra un juego de espejos para que se viera la sociedad de entonces y fuera por el recto camino, ¿qué vería reflejada la sociedad actual si tuviera ganas y tiempo para mirarse en un espejo?
R: Que cosas como los plazos se le están merendando algo más que el dinero.

P: ¿Y Pedro Mari Sánchez?
R: Que el guerrero, ante la travesía del desierto, sólo ha de ser impecable.

P: En la obra aparece el problema de los celos y la violencia, como ocurre ahora, ¿tan poco hemos cambiado desde 1681?
R: Es bastante evidente que el desarrollo tecnológico y el desarrollo espiritual no van muy parejos. No hablo del desarrollo espiritual desde una perspectiva religiosa solamente. Es necesario mucho valor para amarse-amar y no mezclar la posesión, la culpa, etc.

P: ¿Qué alegorías usa Calderón en la obra?
R: Calderón plantea una ‘historia caballeresca’. El asalto a un castillo en el que está Filotea (el alma), la pretendida de dos caballeros, a la sazón El Príncipe de la Luz y El Príncipe de las Tinieblas... bastante claro, ¿no? pero El Príncipe de las Tinieblas fue, otrora, Príncipe de Luz .

P: Los autos debían ser unos auténticos espectáculos, ¿cómo hacen ustedes para recuperarlos y fijar la atención de un público, el actual, que conoce o tiene acceso a casi todo?
R: Yo he partido de la geografía sonora del texto para la puesta en escena y en cuanto a fijar la atención del público le diré que en cierta manera se trata de hipnosis. No es necesario sacar un helicóptero al escenario. Hay que estar centrado, fundamentado.

P: ¿Cree que los presentes en el Antiguo Patio de la Universidad de Almagro presenciarán un espectáculo o vivirán un acontecimiento?
R: Si le digo que no aspiro a que vivan un acontecimiento que les conmueva, le mentiría.

P: Levanta una auténtica estructura sobre el escenario, con los actores y músicos en ‘pisos’ de un edificio, ¿es así?
R: Hay una estructura metálica en la que los personajes de la Luz están dispuestos como en el retablo de una iglesia. Los personajes de la Oscuridad están en un plano horizontal (un triángulo invertido). Los músicos ocupan un espacio aparte, haciendo referencia a que la creación de la música es posterior.

P: ¿Por qué han elegido esta puesta y no una más habitual a lo que se ve ahora?
R: Esa estructura es útil para contar la historia. Aparece y desaparece por la acción de la iluminación y no impide ver, oír y comprender lo que los actores viven y dicen en el escenario.

P: ¿Cómo está siendo la colaboración con Luis Antonio González Marín y el resto de músicos?
R: Interesante, compleja, fructífera.

P: ¿Ha ‘limpiado’ mucho el texto Esther Borrego?
R: Sólo le pedí que pasara por alto, en lo posible, los pasajes bélicos de transición entre las ‘batallas dialécticas’, que son las auténticas batallas de esta obra. Todo es mental.

P: ¿Han tenido algo que ver, Shakespeare y el teatro inglés con el auto?
R: Pues sí. Fue hace un año en Almagro, viendo a la Royal Shakespeare Company, cuando Pilar Tomás, directora del Departamento de Música de la Fundación Caja Madrid, me habló de su proyecto sobre Filotea. Para mí ha sido un privilegio aceptar su propuesta y le estoy muy agradecido.