Image: Francisco Mora

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El Cultural

Francisco Mora

“Comer menos, hacer ejercicio y memorizar todos los días retrasa el envejecimiento del cerebro”

24 julio, 2008 00:00

Francisco Mora. Por Gusi Bejer.

Catedrático de Fisiología de la Complutense y en Iowa, formado en las universidades de Granada y Oxford, a Francisco Mora le “muerde el alma” que la ciencia no sea vista aún como cultura en España. Ahora que acaba de publicar El científico curioso (Temas de Hoy), niega la mayor: no es sólo un divulgador, “aunque también”, pero “yo pienso la Ciencia”.

Pregunta: ¿El científico curioso es una declaración de principios, un autorretrato, una confesión...?
Respuesta: Un deseo, que como español, me muerde el alma. Y es que llegue a nuestra sociedad la Ciencia como Cultura. Somos un pueblo muy culto en Humanidades y muy inculto en Ciencia.

P: ¿La Ciencia produce tanta emoción como el arte?
R: Pienso que sí. La Ciencia en la sociedad debiera ser aquello que contesta los porqués de lo que se conoce y hace cotidianamente.

P: Si es así, ¿qué descubrimiento compararía, por ejemplo, con Las Meninas?
R: El que hace cada ser humano en su interior cuando las contempla. A ese descubrimiento se llama belleza.

P: ¿Qué invento con el Quijote?
R: La bombilla y su luz.

P: ¿Y qué científico con Shakespeare o Tolstoi?
R: Watson y Crick con la descripción de la estructura funcional del ADN.

P: ¿Por qué España tiene tan poca cultura científica?
R: No lo sé. Pero sí sé por qué se mantiene esa poca cultura. La culpa la tienen los gobernantes, los de antes y los de ahora. Y también las autoridades académicas, universitarias. Y la televisión.

P: ¿Con qué consecuencias?
R: La pobreza intelectual y también pragmática, es decir, el pago del “que inventen ellos”. Y sobre todo la falta de una cantera de la que salgan científicos con ilusión. De seguir así a España la contemplarán otros 100 años antes de que aparezca otro Nobel.

P: ¿Esta situación de desprecio a lo que se ignora está cambiando?
R: Sin duda hay grupos de investigación magníficos. Y hay una perspectiva muy prometedora. Pero como la Ciencia no llegue a la calle, como lo hacen las humanidades, seguirá siendo algo alejado, frío, curioso, pero nada más. Y no saldrán cientificos como sale un Nadal, un Alonso, un Iker Casillas y un largo etc.

P: ¿No mejora al menos la situación de la ciencia en la universidad?
R: Sin duda. Pero no cala en las estructuras académicas. Se sigue valorando más la docencia que la investigación. Crasa miopía que desgraciadamente siguen teniendo los dirigentes de las Universidades españolas. Muchos, si no la mayoría, porque sólo conocen “de lejos” lo que es una universidad de excelencia.

P: Tampoco las encuestas europeas sobre educación nos dejan en buen lugar: ¿razones para el optimismo?
R: Somos muy poco exigentes con la educación de excelencia en nuestro país. Aquí no se educa para el mejor. Y no me refiero a que haya que enseñar con un rigor que llegue al castigo, sino enseñar con la emoción de la curiosidad.

P: Volvamos a la neurociencia: ¿conocer mejor el cerebro nos ayuda a vivir?
R: Sin duda. Porque todo lo que nos rodea es creado con sus códigos de funcionamiento.

P: ¿Cómo puede ejercitarse el cerebro para evitar su degeneración?
R: Comiendo menos. Haciendo ejercicio físico aeróbico todos los días. No viviendo solo. Y haciendo ejercicio cerebral cuya base es aprender y memorizar también todos los días.

P: ¿Sirven para algo los vídeojuegos que pretenden entrenarlo?
R: Sí, sirve todo aquello que signifique aprender y memorizar. Y cuando más exigente sea ese proceso tanto mejor. Pero yo recomiendo, a cualquier edad, aprender un idioma porque puede ser motivador, requiere aprender y memorizar y permite sentirte útil y capaz y potenciar tu autoestima.

P: ¿Cuándo tendremos buenas noticias sobre el alzheimer?
R: El futuro es impredecible. Andamos muy lejos todavía de la curación. Pero hoy sí podemos ya predecir con 5-6 años de antelación que la enfermedad puede aparecer y con ello instaurar con tiempo medidas paliativas que demoren la enfermedad.

P: ¿Podría responder a algunos de los retos que ha planteado en El Cultural? Por ejemplo, ¿llevamos la siesta en los genes?
R: Sí, metafóricamente. Al friso del mediodía hay, en todos los mamíferos, y el hombre lo es, un descenso de la temperatura corporal que se acompaña de adormilamiento. Viene programado genéticamente.

P: ¿Influyen las rebajas en la mente?
R: Sí, sin duda. Como todo fenómeno social. Y en función de la educación recibida la gente prefiere unas rebajas, ya que activan las áreas de su cerebro que tienen que ver con el placer inmediato, como puede ser la comida o la sexualidad.

P: ¿Amenaza la Neurociencia los valores humanos?
R: En cierto modo sí, al menos los valores humanos, sociales, establecidos por tradición y basados en presupuestos religiosos. Entramos en una Neurocultura. Una cultura de referencias nuevas basadas en el funcionamiento del cerebro y que alcanzará, a no mucho, a todos los ámbitos del saber.