A. Lazkov: Altura, 2008

Uno de los rasgos más significativos del trabajo de Abigail Lazkoz (Bilbao, 1972) es el dibujo interviniendo el espacio. En todas sus exposiciones, Lazkoz dibuja y narra historias sobre el muro. Es como aquel niño que hace suyo el espacio y prolonga su imaginario pintando las paredes de su habitación. Claro que en el caso de esta artista el dibujo en blanco y negro, entre el cómic y la ilustración, describe un mundo inquietante y misterioso. Pero dibujar en la pared significa transgredir el espacio del papel y buscar nuevas configuraciones más allá de las reglas que imponen los formatos habituales. Sin embargo, en la presente exposición ha enmarcado bocetos, trabajos desestimados, y los ha dispuesto en una secuencia lineal por las paredes perimetrales del Espai 13. Como si de un gabinete de dibujos se tratara. Ella misma explica que la idea surgió del contacto con los carnets de dibujos de Joan Miró, cuando observó que éste también trabajaba con series y recreaba una y otra vez sus obsesiones. Esto es, el dibujo como una forma de reflexión, de articular ideas.Y, efectivamente, esta muestra es diferente a las que conocemos de ella, porque Lazkoz busca repensar su trabajo. Shuffle significa reorganizar, barajar… Disponer los dibujos preparatorios en una secuencia hace pensar en un mecanismo relacional -piénsese en Aby Warburg o David Hockney- para contemplar las imágenes y entablar conexiones entre ellas, para explorar sus significados latentes. En definitiva, para hacer hablar al dibujo, incluso con independencia de la artista.