Tomatito
Mi guitarra nunca ha dejado de sonar a Camarón
25 enero, 2010 01:00Tomatito
Lleva estos días al Teatro de La Laboral de Gijón 'Aguadulce', su último trabajo.
Pillamos a Tomatito en pleno aeropuerto, esperando el embarque a alguna parte, para hablar con nosotros de Aguadulce, su último trabajo, con el que mira por el retrovisor del flamenco. Convencido de que, después de Camarón, ninguna guitarra flamenca volverá a llenar el Palacio de los Deportes, José Fernández Torres escatima cada palabra que pronuncia, pero se abre el pecho en cada frase.
PREGUNTA.- Estos días se asoma por La Laboral con Aguadulce, una vuelta al flamenco más puro, a los palos más jondos, a las raíces de su arte.
RESPUESTA.- Así es. Porque no hay que olvidar los orígenes y, de vez en cuando, vale la pena una mirada atrás. Al Paseo de los castaños, a Aguadulce y tantos otros temas que han ido marcando mi camino. Pero no es un disco antológico, ni recopilatorio. Es una forma de diversión, para mí y para el público.
P.- ¿Se trata acaso de un homenaje al cante?
R.- Claro que lo es. Siempre digo que llevo el cante por bandera. Allá donde vaya. Con guitarra o sin ella.
P.- ¿Y qué voz adquiere su guitarra en este último trabajo?
R.- Mi guitarra nunca ha dejado de sonar a Camarón. A veces cuesta recuperarlo, rescatarlo de la memoria. Pero es la estrella que me guía. No creo en otro ídolo. Es que no puedo hacerlo.
P.- Después de sus colaboraciones con Camarón o Michel Camilo, ¿cómo se siente proyectando su arte a través una gran orquesta?
R.- Me siento contento y, por qué no decirlo,algo importante. Porque cuando uno escucha su música a la vez, en los instrumentos de ochenta músicos, te recorre algo muy especial por el cuerpo. Es como pensar en alto, a gran escala, diría.
P.- Otro grande con el que se codeó fue George Benson. ¿Cómo se cruzó en su camino?
R.- Benson es un guitarrista al que he admirado desde que era chico. Así que lo escribí para ver si me dejaba tocar con él en una fiesta que iba a dar en Marbella. Allí me presenté como espectador, y él me reconoció. El resto se lo puede imaginar. Más tarde, en Nueva York, hicimos maravillas juntos.
P.- Los tiempos cambian, y la gente también. ¿Le preocupan asuntos tan a pie de calle estos días como los derechos de autor o la piratería?
R.- Claro que me preocupan. Es que internet lo ha cambiado todo. Hasta el punto de que uno no se puede imaginar cómo será la industria dentro de unos años. Lo que nunca se podrá piratear es el artista en directo y en carne y hueso.
P.- ¿Y qué me dice de la Ley de Música que se está fraguando?
R.- No sé muy bien de qué va la cosa. Pero si no lo había antes, seguro que es bueno.
P.- La dichosa crisis ¿la despedimos de una vez o sigue programada en las agendas?
R.- Por mí sí. Y que no vuelva.