Image: Raúl Guerra Garrido

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El Cultural

Raúl Guerra Garrido

"La literatura cojea si le falta la mentira"

11 marzo, 2010 01:00

Raúl Guerra Garrido. Foto: Justy García Koch

Hoy presenta en Madrid 'Quien sueña novela', ganadora del Premio Unicaja Fernando Quiñones

Alberto Ojeda
Raúl Guerra Garrido abandona el territorio del realismo, que tiene bien trillado a lo largo de su obra. Su último libro, Quien sueña novela, es un periplo onírico hacia una revelación, que aguarda al protagonista en las últimas páginas. Ese protagonista va dando tumbos, de sueño en sueño, hasta el misterioso desenlace. Entretanto, la biografía del propio autor se filtra, pero discretamente. "Siempre me he resistido a escribir unas memorias", dice. Pero quizá se haya resistido sólo a medias: porque su vida ("la más sincera, la soñada") aflora. Eso sí: "contada con una distancia irónica".

Pregunta.- Le dedica el libro a Goethe, al que califica como el padre de la Morfeología.
Respuesta.- Es un guiño, que avanza un poco lo que va a ser la novela. Él, aparte de poeta, fue también científico y acuñó el término de Morfología, como disciplina encargada del estudio de las formas. Yo lo fuerzo un poco y lo llevo a Morfeo que era el Dios de los sueños pero también de las formas, porque fue él quien dio forma al hombre.

P.- Plantea esta novela como un uso narrativo inédito de los sueños...
R.- Es una vuelta de tuerca a como hasta ahora se han utilizado. Es algo que me ha salido inconscientemente. Creo que en las memorias los sueños tienen muy poca importancia. Es algo grave porque ellos constituyen nuestro último reducto de sinceridad e integridad. En mi libro los lanzo como cartas sobre un tapete... Forman parte de una juego.

P.- Afirma que la novela es el género literario de los sueños. ¿Por qué lo tiene tan claro?
R.- Bueno, claro, lo que se dice claro, tengo muy pocas cosas. La verdad es que todos somos protagonistas de sueños, pero ¿quién es el autor? También todos tenemos la tentación de anotarlos alguna vez, pero son escurridizos. Ahora, cuando los atrapas, puedes descubrir cosas maravillosas.

P.- Dice que las memorias son el primer síntoma de impotencia del narrador...
R.- Sí, de hecho yo siempre me he resistido a escribir unas memorias. Quien sueña novela ironiza un poco sobre este género, hay un protagonista al que le ocurren muchas cosas que he vivido yo, pero hay un distanciamiento irónico sobre esas vivencias. Las dos materias primas de la literatura son la memoria y la mentira, y si falta esta última, cojea.

P.- ¿En qué se parece escribir una novela en tirar un penalti?
R.- Tirar un penalti en una final, tomar la decisión de hacerlo, coger el balón y decir 'yo lo tiro' es un acto de coraje. Tomar la decisión de escribir una novela es parecido, también es un acto de coraje, y eso es lo que importa, más que el resultado.

P.- La Gran Vía ha cumplido 100 años. ¿Ha envejecido bien?
R.- Ha perdido un poco el sentido con el que nació, la de ser el centro de la ciudad. Y así ha sido durante muchos años, sin duda. Pero las ciudades han dejado de ser centrípetas, para ser reticulares, también Madrid, y por eso ha perdido protagonismo. Es una pena que sus edificios hayan quedado para albergar instituciones públicas y firmas comerciales, cuando en su día fue la patria de los cinéfilos.

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