Fernando Marías
"Todos convivimos con fantasmas adosados"
7 abril, 2010 02:00Fernando Marías. Foto: Juan M. Martín
Presenta mañana 'Todo el amor y casi toda la muerte', novela con la que ganó el Premio Primavera
Todo parecía perfecto cuando Fernando Marías, en compañía de su nueva pareja, puso rumbo al Caribe en el verano de 2005. Un hotel "maravilloso" y una suite también "maravillosa" serían el marco idílico para sus desfogues. Pero entonces se cruzaron los fantasmas: otras mujeres de su vida sentimental que se inmiscuyeron, con su presencia espectral, en lo que estaba pensado como un recreo hedonista y acabó como un "delirio alucinatorio". Supo entonces el escritor que debía ordenar algunos flecos sueltos de su pasado amoroso. Y ha cumplido con sus deberes escribiendo Todo el amor y casi toda la muerte, una novela con la que trastoca los géneros policial y romántico y que le ha valido, además, el Premio Primavera.
PREGUNTA.- Todo el amor y casi toda la muerte. El título, desde luego, suena ambicioso.
RESPUESTA.- La verdad es que es una novela desmesurada, como casi todas las mías, con amores tremebundos y marcados por la fatalidad. Aunque la clave del título está en el casi, referido a la muerte, porque es en realidad una historia de fantasmas, pero de fantasmas modernos, que todos llevamos adosados, no de los de sábana y cadenas.
P.- Ha afirmado que es su mejor libro. ¿Por qué lo tiene tan claro?
R.- Bueno, eso hay que explicarlo bien, porque parece que no hago sino repetir un tópico, en el que todos los escritores incurrimos cuando escribimos una novela, un poco también para que los editores no nos riñan. Es de la novela que más satisfecho me siento, porque es la más personal, la que he escrito más olvidado de satisfacer al público o a intereses comerciales. Es un esfuerzo por ordenar una serie de vivencias de esta última década que ha sido muy turbulenta para mí.
P.- La trama la desencadena una experiencia personal: una habitación de un hotel a la que va con una mujer y se encuentra con tres...
R.- Es muy difícil de explicar. Me ocurrió en el verano del 2005, en una maravillosa suite, de un maravilloso hotel, del maravilloso Caribe. Fui allí con una mujer con la que empezaba una relación y de repente me vi acompañado por tres, la real y otras dos espectrales, con las que había tenido relaciones pasadas. Era una situación delirante, terrible, sexual, porque con una fantasma se pueden llegar a tener relaciones sexuales.
P.- ¿Y qué pretendían hacer con usted esos dos fantasmas femeninos?
R.- Todas las relaciones humanas importantes y profundas hay que clausurarlas bien, deben quedar serenadas, y mis relaciones con estas dos mujeres habían acabado a cuchillo. Volvieron a buscar esa serenidad, pero cuando se me aparecieron yo no era consciente y me sumergieron en un delirio. Escribir la novela me ha servido para entenderlas mejor y para recuperar la calma.
P.- Aparte del Premio Primavera, ha recibido otra buena noticia estos días de atrás: que su novela Invasor será llevada al cine por Daniel Calparsoro.
R.- Sí, la producirá Vaca Films, la productora de la exitosa Celda 211. Es una novela que escribí hace 5 años, para denunciar, en clave de terror, la presencia española en Iraq. Creo que la elección de Calparsoro es ideal, porque es un director que conjuga muy bien la visceralidad con la ternura. La verdad es que estoy deseando verla.
P.- Y el Premio Primavera qué espacio ocupa en un currículo laureado como el suyo, en el que aparece el Nadal, el Nacional de Literatura de Juvenil...
R.- El Primavera es uno de los premios más potentes, por su repercusión y por su dotación económica. Ganarlo supone que la prensa se haga eco de él y eso siempre es grato para un escritor, que lo pretende es llegar a la máxima gente posible. Pero como yo veo en todo presagios negros, creo que ganarlo supone mi despedida de los premios. Es que con mis últimos cinco libros he ganado alguno y no creo que pueda mantener más una racha así.