De charla con Einstein
Estatua de Albert Einstein en Washington DC, Estados Unidos
Me saluda con todo el peso de la inteligencia en los ojos. Es la estatua de un hombre de paz, se ve a las leguas. Ha sido raspada por el cincel de un partidario suyo. No hay duda. Se trata del cincel de la relatividad, la teoría que le hizo famoso y que nadie sabe explicar.
Le pregunto por ella, por la teoría, y pincho para que me la explique. Pero él me contesta con otra pregunta.
-¿Sabrías tú explicarme cómo haces los pitillos que fumas?
-Pues sí, -contesto- hago la mezcla en la palma de la mano y luego agarro el papel por el lado contrario de la pega. Lo planto sobre la mezcla y doy la vuelta con mucho pulso. En un extremo coloco la boquilla y luego me ayudo de los dedos para hacer la lía. Paso la punta de la lengua por la pega. Una vez hecho el cigarrillo me lo encajo en los labios y listo para prender fuego.
-Pues lo de mi teoría de la relatividad es igual que si tú explicas lo que antes has explicado pero además explicando lo que es el papel de fumar, la boquilla, el pulso y la mezcla.
-¿También fumas mezcla? -pregunto al científico loco.
-Sí, pero en pipa.
-Me lo sospechaba -le digo. Luego voy y le entro con el asunto de que lo del espacio elástico, me suena a calzoncillo, y que las ecuaciones que lo expresan son algo así como la etiqueta del mismo.
-Que el espacio es elástico, eso vas y se lo dices a los inmigrantes que llegan a mi país, España. Por cientos y en barquitas que parecen latas de sardinas -apunto.
Pero no dice nada, me mira con la misma curiosidad con la que hubiera podido mirar a un burro. Para que deje ya de mirarme así le pregunto por otra cosa:
-¿Es verdad eso que dicen de la Marilyn Monroe, que te pidió relaciones?
-Sí, se cruzó conmigo en una fiesta y ella me lo sugirió.
-Puedes contarme cómo sucedió.
A Einstein le sonríe el bigote y me cuenta que la rubia le dijo algo así como: "Profesor deberíamos casarnos y tener un hijo juntos. ¿Se imagina un bebe con mi belleza y su inteligencia?"
-Y tú ¿qué le dijiste a la Marilyn?
-Le dije que el experimento saldría a la inversa y que terminaríamos con un hijo con mi belleza y su inteligencia. Pero no lo cogió.
-Pues qué quieres que te diga. Yo hubiese aprovechado y le hubiese cogido otra cosa, ya puestos -le digo yo muy gallito.
-No, si puesto estaba -apunta- si no hubiera ido fumado hubiera respondido correctamente. El amor multiplica y alarga la vida. El amor, amigo, es elástico; las oportunidades no.