Jorge Galindo: "El mercado del arte español es muy periférico"
Jorge Galindo
Acaba de trasladarse a vivir a Londres (“necesitaba un cambio de aires”) y ha sido allí donde ha ideado la pieza estrella de esta exposición que promete ser, como todas las que realiza el pintor, espectacular. 50 capos de coches, chatarra de desguace, sirven de original soporte para esta nueva instalación pictórica que dialoga con obras de tres series anteriores (tres desnudos, varios papeles arrancados, un payaso). Hace tres años el director del Museo de Bellas Artes de Santander, Salvador Carretero, adquirió uno de sus enormes clowns para la colección del centro y ahí comenzó a fraguarse una relación que culmina hoy con este Choque.
PREGUNTA.- ¿A qué alude el título?
RESPUESTA.- Por un lado a la pieza principal de la exposición, El choque, la más reciente. Es un montaje de 50 capos de coche, de desguace, algunos retorcidos, abollados, otros llevan colores planos muy neoplasticistas, muchos los he pintado aquí estos días... Por otro lado, es un choque de cuadros de diferentes series y alude a esa bifurcación de mi obra de los últimos años. En vez de hacer una selección de varias series me he centrado en tres y a ellas hemos enfrentado la gran pieza, que es mucho más abstracta que las otras.
P.- ¿Cómo se le ocurrió buscar inspiración en la chatarra?
R.- Cuando hice la última exposición de los papeles arrancados en Soledad Lorenzo ya la tenía en mente, ambas se relacionan por esa referencia a materiales cotidianos, ¡qué hay más cotidiano que un coche! Además, ya había trabajado con estos dos materiales a mediados de los 80, aunque nunca los había desarrollado de manera amplia. Desde que empecé con los papeles tenía en la cabeza el capo como soporte. Para mí la pintura es la libertad de poder experimentar con cualquier cosa. Es un reflejo de tu personalidad y por lo tanto una culminación de tus experiencias.
P.- ¿Es una pieza cercana a la escultura?
R.- En cuanto a la objetualidad sí, pero no busco una escultura. Es una instalación de pintura. Es darle objetualidad al cuadro pero desde la pared, aunque hay capos en el suelo, son sólo la prolongación del cuadro. La serie de las flores ya tenía esa intención de exceder el cuadro y ahora eso está mucho más acentuado.
P.- Se ha trasladado a vivir a Londres hace poco: ¿echaba de menos desde su refugio de Borox, en Toledo, el bullicio y la vitalidad de una gran ciudad?
R.- Viviendo en Borox en realidad vivía en Madrid, trabaja en mi estudio tranquilo pero iba muchísimo a Madrid, no se tardaba ni una hora. En realidad necesitaba un cambio de aires, salir fuera.
P.- ¿Tiene que ver con su proyección internacional?
R.- No, tiene que ver con un proceso de cambio. Y con salir del aburrimiento que es en este momento el panorama de arte actual en España.
P.- Creo que eso les pasa a muchos, ¿es que en España hay un momento en el que los artistas dice “hasta aquí” y no pueden avanzar más?
R.- Sí, porque por un lado está el panorama, parado, aburrido, y por otro lado, en un contexto más amplio, internacional, España es el culo del mundo del arte. No es que haya que irse para tener más reconocimiento fuera. Hay muchos artistas internacionales que no han salido de su pueblo. Pero lo cierto es que aquí está todo muy parado. No hay más que recordar lo que pasó en ARCO, entonces quedó en evidencia el estado del mercado español con relación al arte internacional: nuestro mercado es nacional y periférico.
P.- Está en la mitad de su carrera, ha tenido su gran exposición en el MUSAC de León, ¿es la hora del gran cambio?
R.- Sin duda, es un momento de cambio absoluto y por eso también Londres, es lo que necesitaba. En realidad el cambio ya ha empezado con esta exposición. El discurso de esta pieza de los capos ya es nuevo: es un punto de partida hacia otras bifurcacione