La ciudad pugnará por la capitalidad profundizando en las otras dimensiones de sus fiestas y destacando el poso que dejan en el imaginario europeo.

Pese a haberse sumado tarde a la candidatura, Pamplona 2016 presenta ya unas líneas de trabajo firmes que profundizan en su carácter de ciudad abierta mostrando los otros valores de sus fiestas. Su carrera por la capitalidad arrancó con un traspié, pues al tibio apoyo popular se sumó el hecho de aparecer la última en el ranking de aspirantes según el portal candidatecities.com, una página de cuya oficialidad duda la organización, que tilda de "injusta" la calificación de Pamplona en esa web. Pedro Lacunza, especialista en relaciones internacionales y director del proyecto, explica que el peso residirá en la celebración de actividades interdisciplinares que giran alrededor de la idea de fiesta, entendida aquí como el acerbo que la capital navarra ha aportado al imaginario europeo. No es, de esta manera, esa fiesta de salir y beber que se asocia a sus San Fermines, sino la que compete a "otra serie de dimensiones que hasta ahora no se habían puesto de relieve", expone Lacunza, quien también insiste en otra tercera línea que se centrará en el espacio público como escenario.

Potencia audiovisual
La presentación oficial del programa el próximo 19 de junio consistirá en un acto en la Plaza del Castillo, centro simbólico de la ciudad. "Será un espectáculo multidisciplinar, con mucha potencia audiovisual, en el que se darán cita la danza, la performance, la música popular...", enumera el director de Pamplona 2016, plataforma que ha invertido en torno a 40.000 euros en estos fastos de presentación. "Queremos dejar mucho espacio a la sorpresa, por ello hay muchos elementos del espectáculo que no aparecerán en el programa", anuncia, y añade: "Parte de la filosofía es que el proyecto no es viable sin la participación voluntaria del sector cultural de la ciudad, hemos ajustado los precios porque ya estamos contando con esta colaboración, los mejores grupos locales estarán presentes".

A pesar del favor de la cultura, uno de los obstáculos con los que se encontrará la capital será el de implicar a la población: "Pamplona no es una ciudad joven, no es fácil movilizarla. Sin embargo, más adelante iniciaremos una campaña para volcar los pamploneses", comenta el director, que enmarca en este apartado de vicisitudes al tópico recurrente en el que suele ubicarse la palabra fiesta, una de las bazas de la propuesta. "Es una ventaja y una desventaja, es por esto que queremos poner de relieve otros matices como su carácter creativo y su pertenencia a la memoria y el patrimonio de una ciudad en cuyas fiestas está la actitud de conocer y de entrar en contacto con el mundo", señala. La ciudad tiene otras bazas, por ejemplo, ser una de las capitales españolas con mayor inversión ciudadana en cultura, lo que aseguraría "una entrega notable por parte de los habitantes", augura Lacunza.

Tarde de toros
Bajo la misma idea de atender a las otras dimensiones del concepto de fiesta, la ciudad, vinculada históricamente al toro, aportará diversas visiones de una tradición a la que sucumbieron allí personajes como Hemingway: "Hay muchas maneras de entender el toro, no tenemos que avergonzarnos de lo que tenemos. Lo despojaremos del folclore y le daremos la seriedad que merece", asegura Pedro Lacunza. Con todo, y a pesar de los obstáculos con los que ha arrancado la candidatura, su organización presume de tener "los pies en la tierra pero la cabeza mirando a las estrellas". Y concluye su director: "Hemos empezado mal, pero desde luego no jugamos a perder".