Segovia ha apostado lo mejor de su tradición histórica en su candidatura a la capitalidad cultural europea en 2016. La originalidad del proyecto se escenifica en su presentación como laboratorio cultural para la innovación social del futuro próximo.

Dispuestos a demostrar que Segovia es "mucho más que una ciudad monumental donde se come bien", los promotores de Segovia 2016 fueron en 2005 los pioneros en lanzar su propuesta de capitalidad con el objetivo de convertirse en referencia obligada del mapa cultural del continente. En la decisión confluyeron la ebullición cultural en la que vivía la ciudad, aupada por el éxito de festivales internacionales y locales como el Muces, el Hay o Titirimundi, la aprobación de su Plan Estratégico, que se imponía la voluntad ejecutiva de ser una villa de eventos y, no menos importante, la llegada del AVE, que acercaba Madrid a sólo 20 minutos". ¿Cuáles son las cartas ganadoras con las que Segovia aspira a llevarse la capitalidad cultural europea dentro de seis años?

La ciudad patrimonial. Nuria Preciado, directora gerente de la iniciativa, cree que el modelo que defienden es el de "una ciudad pequeña, interior, patrimonial, cercana a una gran metrópoli que, precisamente por eso, necesita indagar y experimentar maneras de conectar con el exterior y servir como modelo para otras ciudades europeas semejantes con las que poder enlazarse en red". Es precisamente la idea de "laboratorio cultural" el motor del proyecto segoviano, el espíritu con el que quieren impregnar toda su programación. "De lo que se trata es de hacer de la ciudad un laboratorio de innovación social que pueda generar cambios y que invite a todos los agentes ciudadanos, sociales y económicos a experimentar y crear cultura", explica Preciado.

Segovia es una de las localidades más pequeñas que se postulan para la cita de 2016 y ha querido que el programa de actividades e intalaciones haga de su pequeño tamaño un punto fuerte. Y es que la ciudad del acueducto ha preparado un programa bajo las banderas de la versatilidad, el equilibrio y la sostenibilidad. La antigua prisión, se ha tranformado, por ejemplo, en un ambicioso Centro de Creación Contemporánea que, lejos de quedar reducido a un templo de cultura más, busca ser un espacio abierto que genere todo tipo de dinámicas creativas, abierto a la contaminación constante de los vecinos y a la autogestión de algunos de sus espacios. En ese sentido hay que citar también la conversión de otros espacios como la vieja estación de ferrocarril y la puesta en marcha del Círculo de Arte y Tecnología y del Espacio Congresual.

Un proceso participativo. Toda ciudad candidata a acoger un evento de estas proporciones debe dar por descontada la aprobación mayoritaria de sus vecinos. En el caso de Segovia, y según Nuria Preciado, "las vibraciones no pueden ser mejores". "Juegan a nuestro favor lo temprano que postulamos nuestra candidatura y el hecho de que seamos una ciudad pequeña, lo que ha posibilitado un proceso muy participativo que ha destado las ganas de colaborar. Incluso han brotado acciones de apoyo ciudadano espontáneas no dirigidas desde las instituciones, como las de las marchas de mujeres".

La actividad cultural segoviana, con el inestimable madrinaje creativo y artístico de la fotógrafa Ouka Lele, será este año frenética. Festivales de cine, música, teatro o danza, exposiciones, conferencias, gastronomía y festejos populares beben de un presupuesto que ha ido in crescendo desde los 200.000 euros de 2005 a los 470.000 euros proyectados para 2010. La iniciativa empresarial y privada contribuye en un 25 por ciento a esa cifra y el Ayuntamiento se encarga del resto. La aventura de Segovia 2016 es pues la de una apuesta sólida, ilusionante ymuy organizada que habrá de tenerse muy en cuenta en los próximos cortes.