José Luis Borau
"Me he convertido en un clásico sin querer"
17 julio, 2010 02:00José Luis Borau. Foto: Esther Lobato
Recibe este lunes el Premio UIMP de Cinematografía, el segundo que otorga la institución, en un acto que presentará Mario Camus
P.- Enhorabuena por el galardón ¿Le agradan estos reconocimientos?
R.- Me parece bien, en realidad no sé muy bien en qué consiste ni por qué han decidido dármelo. Cuando vaya a Santander me enteraré. Lo que sí he tenido es mucha relación con la universidad de verano, en la que he dado muchos cursos, así que achaco el premio a esa continuidad, una relación que he mantenido también porque el lugar me parece fantástico. Tengo amigos en la ciudad y compañeros cántabros, como Gutiérrez Aragón. Me honra mucho, me gusta. Pero creo que dar un premio a alguien que está en la plenitud tiene más sentido que dárselo a quien ya haya cumplido.
P.- No paran de homenajearle últimamente. La Fundación Borau, los premios, la Real Academia...
R.- En los últimos años se han desbocado los reconocimientos, casi los recibo antes con sorpresa que con gratitud, que también. He dedicado mi vida al cine como presidente de la academia, director, guionista... y durante 35 años di clases y miles de conferencias. Algunos de esos alumnos son los que se están acordando de mí hoy, como Ángeles González Sinde. Con el paso del tiempo te vas haciendo sin quererlo un clásico. Los premios tienen que deberse a que vamos quedando pocos y por eso nuestros nombres cogen más relieve.
P.- Le animan para que ruede otra vez diciéndole que John Houston lo hizo siendo mayor y estando en silla de ruedas.
R.- Yo no podría, primero porque yo no soy John Houston, y segundo porque no veo necesidad de meterme en ese calvario. Desde que me caí estoy más limitado, pero en un sentido moral me encuentro bien, a pesar de que han desaparecido muchos de mis compañeros.
P.- ¿Tiene la sensación de que en su época se hablaba más de cine y menos de papeles?
R.- La época mía fue un tanto heroica. Ahora se quejan de que es muy difícil abrirse camino, pero también lo era entonces, porque hoy un hijo que quiere dedicarse al cine no es algo malo, pero cuando yo ingresé en la Escuela de Cinematografía hace 50 años era una excentricidad. Eso entre otros problemas, como la censura. El caso es que siempre ha sido difícil, porque es una profesión que implica una vocación firme que no debe ser consecuencia de un arrebato momentáneo. Hay muchos que se quedan por el camino. A mí siempre me ha pasado que basta que una cosa no se pueda hacer para querer hacerla. Soy como esos perros que muerden el palo y no saben soltarlo. Es una profesión ardua, porque se juega con las ilusiones de los autores.
P.- Ley del Cine. ¿Bien, mal o regular?
R.- No la he estudiado a fondo, porque me considero despedido de la profesión. Todas las leyes son buenas y malas, pero ninguna nos va a sacar del hoyo.
P.- Y en la misma línea tengo que preguntarle por las descargas. Saura me contó hace poco que mientras la copia fuera de calidad, no le importaba la piratería.
R.- La propiedad intelectual es un derecho fundamental, esencial e inevitable que no se discute en los países desarrollados. Una familia puede disfrutar de la herencia de una casa durante generaciones, pero la propiedad intelectual es mucho más corta por ley, y por lo menos esos años tiene que ser respetada como cualquier otra. Sobre lo de Saura, la cultura será gratis cuando todo sea gratis.
P.- Y qué mala prensa tiene la SGAE...
R.- Eso sólo pasa en España por una especie de milagro negativo. En Inglaterra haces una adaptación y tu trabajo es retribuido. Sólo veo que se discute aquí y no lo entiendo, ni lo entienden los extranjeros. Sobre todo porque los derechos de los autores aquí son más vagos que en otros países. Querría que viniera alguien que me lo explicara. En una boda se paga todo menos los músicos, ¿es que son ciudadanos de tercera? Espero que las cosas vuelvan a su cauce, pero la guerra la tienen perdida.