Josep Pons
Es mentira que vaya a excederme en mis competencias con el Liceo
1 noviembre, 2010 01:00Josep Pons. Foto: Sergio González.
El martes vuelve al foso del Teatro Real con una ópera de Britten.
PREGUNTA.- ¿Considera que está bien adaptada en el libreto de Myfanwy Piper la obra de James?
RESPUESTA.- Sin duda. Se me ocurre que tal vez la institutriz que se encarga de los niños es un poco diferente, hasta enigmática, si me apura. Porque en el libro el personaje es el encargado de administrar la familia, un funcionario sin más. Sin embargo en la ópera de Britten da la impresión de que la Gobernanta se hubiera enamorada, como si hubiera habido algo antes del arranque de la historia, como si supiera más de lo que dice el libreto. Uno piensa que si hablara desvelaría muchos misterios.
P.- ¿Puede ser la Gobernanta un símbolo de la represión y que en ella esté representada una sociedad bienpensante?
R.- No lo veo así. Estamos en la Inglaterra victoriana, y en un pueblo. La Gobernanta no reprime a nadie. De hecho intenta ayudar a los niños, tiene sus ideales e que intenta llevarlos a cabo. Desde luego que no es tan moderna como la Mary Poppins de The sound of music, pero sí que está muy pendiente de su gente.
P.- ¿Está bien reflejada en la partitura la atmósfera malsana del libreto?
R.- Más que malsana, yo diría intoxicada. Y, sí, creo que está muy bien reflejada, a través de interesantes recursos que van apareciendo en la partitura, y que contribuyen a esa atmósfera cerrada. Al mismo tiempo, los personajes tienen leitmotivs bien definidos, y también hay tiempo para una música más luminosa, parecida a las sonatas de Mozart.
P.- ¿Podría decirse que Britten aplica, por la configuración del tema base, una técnica serial?
R.- No creo tanto. Si bien es cierto que el tema da doce notas seguidas, sin repetir ninguna, la música serial requiere de muchas más condiciones. Como que la armonía obedezca luego a la serie. Cosa que aquí no sucede.
P.- ¿Se podría hablar de una influencia directa de Berg?
R.- No sé si directa, pero, ahora que lo dice, casualmente Berg estrenó su famoso Concierto para violín en Barcelona en el año 36, dentro del festival de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea. Gran coincidencia, pues en ese mismo sitio y ese mismo año Britten estrenó, con Lennox Berkeley, su Mont Juic. Puede que oyera el concierto de Berg y que se dejara influir en algunos aspectos. Ahora que Berg es muy Berg, y Britten es muy Britten.
P.- ¿Se considera un director más operístico que sinfónico?
R.- Creo que dirección hay una, y circunstancias, muchas. Tiempo hay para todo. No saquemos conclusiones antes de tiempo.
P.- Será director musical del Liceo a partir de 2012. ¿Qué planes tiene?
R.- Queda mucho, demasiado tiempo hasta que llegue ese día. Por prudencia y por falta de información, no puedo decir nada. Sí me gustaría aclarar que, al contrario de lo que se ha llegado a publicar en algunos medios, no me excederé en mis competencias, ni pienso invadir el espacio de Joan Matabosch.
P.- ¿Está el Liceo está en deuda con algún compositor?
R.- Ésta es una pregunta con mala baba. Si digo algo, luego me regañan. Cada teatro tiene su propia estrategia programática, que depende de muchos factores, y que a mí se me escapan en la mayoría de los casos. Pelléas et Mélisande de Debussy, Carmen de Bizet o Tristán e Isolda de Wagner son obras que me gustan, pero que se han hecho recientemente. ¿Qué significa esto? No lo sé.
P.- ¿Qué relación tiene con Matabosch?
R.- Le diré que cuando hago castings sinfónicos lo llamo para que me recomiende gente. Joan derrocha inteligencia, y está en todo. Gracias a la labor de él y de su equipo el Liceo está donde está.