Image: Ramón García

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El Cultural

Ramón García

"El olfato del galerista se agota con el tiempo"

31 enero, 2013 01:00

Ramón García, director de la galería My Name's Lolita Art

Hoy inaugura en su galería, My Name's Lolita Art de Madrid, 'Aire de familia', la exposición con la que celebra sus 25 años

Ramón García es My Name's Lolita Art. Galerista desde hace 25 años en Valencia primero y en Madrid después. Celebra este aniversario con sus artistas de siempre, con una exposición que ha sido también un regalo de Paco de la Torre, uno de los históricos del espacio: "Él ha sido el responsable y el que ha seleccionado a los artistas". Ángel Mateo Charris, Juan Cuéllar, Dis Berlin, Damián Flores, Guillermo Pérez Villalta, Antonio Rojas… y así hasta 14, todos conocidos pintores de la llamada nueva figuración o figuración postconceptual. Es la primera parte de una muestra que tendrá su continuación en la galería Estampa de la mano de Almudena Baeza. Y es que la pintura ha sido, como dice Ramón García, el alma de la galería durante estos años. De todo esto y más hablamos con él: "Aunque no soy valenciano y tuve que cerrar la galería allí, sigo reuniendo todos los domingo a mis amigos en torno a una paella", nos dice.

Pregunta.- 25 años de galerista son muchos años expuesto al mercado del arte, ¿qué ha cambiado en estos años?
Respuesta.- Muchas cosas. A veces pienso si estoy en la misma profesión que hace dos décadas. Sin duda casi todos los cambios han sido para mejor. Hace veinticinco años la situación del arte contemporáneo en nuestro país era muy incipiente; los galeristas y los artistas no teníamos referencias… fuimos autodidactas, improvisábamos sin referente alguno. Sobre todo los que estábamos alejados de Madrid o de Barcelona.

P.- ¿Qué es lo peor y lo mejor de ser galerista hoy?
R.- Lo mejor de un galerista es el contacto directo con la producción artística. Coexistir como eslabón imprescindible entre el artista y la sociedad. Emocionarte cuando entras en un estudio y ser testigo de excepción de lo que allí acontece. Tener la oportunidad de ser cómplice y aliado de personas con una gran calidad humana e intelectual y, sobre todo, atinar en tu apuesta al contemplar las obras de tus artistas, que entraron en la galería con 20 años, expuestas en los museos y fundaciones más importantes. Esa sensación es como la del anuncio…"no tiene precio". Y lo peor… todo lo demás.

P.- Celebra los 25 años con una exposición de 14 artistas que forman, de algún modo, el corpus de la galería: ¿Qué le llevó en su día a apostar por una figuración tan marcada, en parte radical, y novedosa?
R.- Esta exposición ha sido un regalo sorpresa de Paco de la Torre, uno de los artistas históricos de la galería, él ha sido el responsable de la elección de los pintores. Yo sólo puedo decir que están todos los que son, pero no son todos los que están. A finales de los ochenta había un exceso de abstracción y de expresionismo en nuestro panorama artístico. Era necesario un cambio de tuerca. En el joven verano del 89 coincidí con Juan Manuel Bonet en Siracusa en una inolvidable cena en casa de un senador democristiano. Allí nos conocimos y charlamos sobre la necesidad de una nueva figuración en el panorama artístico de nuestro país. En Siracusa se habló de Dis Berlin y de la galería Caballo de Troya, de My Name's Lolita Art y de los nuevos artistas levantinos que comenzaban a sentirse incómodos con las enseñanzas académicas orientadas hacia el buen gusto internacional. En Siracusa se habló de mucho, ante la silenciosa mirada de los maestros metafísicos italianos, que adornaban las paredes de la casa de nuestro anfitrión.

P.- La pintura siempre en la base de sus trabajos y también de la galería: ¿cómo ha conseguido la pintura adaptarse a los tiempos y superar su propia muerte?
R.- La pintura es un elemento físico y dúctil, combinaciones químicas más o menos naturales que se han ofrecido como meretrices al talento de los que la han utilizado e, incluso, manoseado. La pintura es el único acto creativo en el que el artista participa directamente. Es un enfrentamiento directo, de sufrimiento, desencanto y de resultado final sin fisuras. Desde Altamira ha sido el vehículo de expresión más atávico, el que permite los cambios más radicales, de adaptación a los nuevos tiempos y a las tecnologías más avanzadas. Es muy de agradecer, afortunadamente, que Marcel Duchamp fuese un pintor mediocre de su tiempo.

P.- ¿Sigue vendiendo la figuración?
R.- Afortunadamente sí, pero en estos tiempos que corren se considera un verdadero milagro. Pero, en realidad no me preocupa mucho, ya que My Name's Lolita Art está protegida por esos efectos sobrenaturales desde su fundación.

P.- ¿Tiene ganas de savia nueva, de nuevos fichajes? ¿Veremos novedades en su programación de este año?
R.- My Name's Lolita Art siempre está buscando nuevos "lolitas". Es la marca de la galería… lo que pasa es que el olfato del galerista se agota con el tiempo y tiene que dejar paso a los jóvenes colegas que están más atentos a las nuevas necesidades y gustos sociales. Sin embargo, estoy orgulloso de haber fichado, hace pocos años, al pintor granadino Paco Pomet que tantas satisfacciones nos está dando en los mercados internacionales. La novedad de este año se llama Nando Esteva. Lo presentaré en PhotoEspaña Off, si el comité de selección lo tiene a bien. Con este fotógrafo mallorquín la galería regresa a sus posiciones estéticas más radicales y divertidas.

P.- Vuelve este año a JustMad, ¿cómo le va en las ferias?
R.- Sí, estaré en JustMad. Me parece que las ferias de arte organizadas con capital privado son mucho más transparentes, ágiles y cómodas para los galeristas. Las mejores ferias internacionales funcionan así, si bien en España la protegida por el sistema gubernamental omnipotente tiene una mayor cobertura mediática que facilita su difusión, aunque, por su propia esencia, se barajan otros intereses que muchas veces no son los estrictamente profesionales.

P.- Para terminar, ¿qué le pediría al ministro de Cultura?
R.- Al ministro Wert le pediría lo que todo galerista desea: ¿para cuándo la rebaja del IVA y la Ley de Mecenazgo? Y la respuesta ya la sabemos, es la clásica cantinela a la que nos tienen acostumbrados los ministros de Cultura de este país: eso se lo preguntas al ministro de Hacienda.

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