'Todo y nada': a vueltas con el melodrama cotidiano
En esto de la novela gráfica, podemos encontrar obras contundentes y solemnes, capaces de llevar al lector a experiencias comparables con la literatura. Otras, sin embargo, se arman con retales extraídos de la vida cotidiana, con los matices necesarios para explicar las relaciones humanas... o al menos intentarlo. Todo y nada del autor americano Sammy Harkhman pertenece a este segundo grupo y que en este caso se despacha con su colección de historias cortas. Un magnífico ejemplo de hacia donde avanza el lenguaje secuencial de la mano de uno de los creadores con más proyección.
El estilo gráfico se pone al servicio de las emociones con elegancia y trazo fino. A simple vista, sus dibujos podrían aparentar simpleza. No se engañen: la capacidad para comunicar del señor Harkhman es poderosa y sofisticada. Aquí hay un poco de todo. En blanco y negro, y en color. Es fácil comprobar la versatilidad y maestría de sus pinceles a través relatos breves y alternativos que componen un mosaico de géneros variopinto y complejo. Los temas varían desde el romance de verano hasta el terror gótico pasando por el exabrupto cotidiano o la tira diaria. Un cómic para los interesados por los trastornos del amor que quieran saber “qué está pasando ahí fuera”. Por si acaso, ha sido considerado como Mejor Cómic del Año por Los Angeles Times. Para lectores a la última y curiosos.