Image: Pío Caro Baroja

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El Cultural

Pío Caro Baroja

"Julio y yo quisimos conservar unos modos de vida que ya no existen"

27 mayo, 2014 02:00

Pío Caro Baroja en 2004. Foto: Pablo Quiza.

Esta tarde presentará la proyección de su película Navarra, cuatro estaciones, que realizó junto a su hermano Julio, cuyo centenario se celebra este año.

Este año se celebra el centenario del nacimiento del etnógrafo, historiador, lingüista y ensayista Julio Caro Baroja (Madrid, 1914-Vera del Bidasoa, Navarra, 1995). Su interés por los usos y tradiciones de la gente corriente, en especial de los pueblos del norte de España, supuso un nuevo enfoque para la historiografía. Hoy se inaugura en el Teatro Fernán Gómez-Centro Cultural de la Villa Madrid la exposición Navarra intensa, organizada por la Asociación Cultural de Navarra, que rinde homenaje a la estrecha relación de la obra de Caro Baroja, sobrino del escritor Pío Baroja, con la región. En el marco de la muestra se celebrará una mesa redonda en torno a los estudios que el autor dedicó a la brujería como elemento importante del folclore de la región. Además, esta tarde se proyectará la película Navarra, cuatro estaciones, realizada por él junto a su hermano, el cineasta Pío Caro Baroja (Madrid, 1928), que repasa la figura del etnógrafo para El Cultural.

Pregunta.- ¿Qué aportó la obra de su hermano a la antropología, a la historiografía y al estudio del folclore?
Respuesta.- Aportó un nuevo enfoque y, sobre todo, la intensidad de su trabajo. Escribió muchas obras que han dejado un poso importante.

P.- Julio se definía como un "historiador social". No estudiaba los grandes hitos o la biografía de personajes importantes, sino la historia a través de los usos de la gente corriente.
R.- En efecto, y eso vino a completar las ideas que teníamos, casi esquemáticas, de las costumbres y la creatividad de los pueblos.

P.- ¿Qué importancia tuvo Navarra en la obra de su hermano y en la de usted?
R.- Julio escribió dos libros muy importantes sobre Navarra: Quince estudios etnográficos navarros y La casa en Navarra, así como una serie de artículos en distintas revistas especializadas. Yo he hecho varias películas también sobre la región, como la que se proyecta hoy y que hice en colaboración con mi hermano.

P.- Julio y usted formaban una buena pareja de estudiosos, de conservadores del folclore. ¿Cómo recuerda sus colaboraciones juntos?
R.- Julio era el sabio, el que sabía de todo. Yo no era más que el realizador. Eso sí, muy apegado al pueblo navarro.

P.- ¿Cómo era Julio en el ejercicio de su profesión?
R.- En mi familia todos los que han trabajado escribiendo o estudiando han sido muy reglamentados, con horarios casi fijos, con formas de trabajar parecidas y, sobre todo, intensamente cultos.

P.- ¿Y cómo era en la intimidad?
R.- Mi hermano Julio fue como mi padre. Aparte de que me llevara 14 años, nos quedamos huérfanos de padre y madre cuando yo tenía 13 años.

P.- ¿De qué manera influyó en usted para dedicarse al estudio del folclore?
R.- Influyó mucho, naturalmente. Aunque yo venía del cine y había sido crítico de cine en México, cuando volví a España empezamos a hablar de proyectos y se nos ocurrió fundar una productora para rodar documentales. España estaba viviendo un cambio total en la vida popular, en la agricultura, en las fiestas, y pensamos que teníamos que conservarlos con estas películas. Hicimos tres documentales con este proyecto, que llamamos Para conocer España. El ministro Fraga pensó que se podía hacer lo mismo en televisión, así que nos contrataron en La 2, le cambiaron el título por Conozca usted España y grabamos más de 50 programas de una hora de duración.

P.- Ustedes han tratado de conservar en esas películas unos modos de vida en peligro de extinción. ¿Cree que acabarán perdiéndose por completo?
R.- Sí. Se perderán porque ha cambiado la estructura social, la filosofía de la Historia, toda la vida ha cambiado, lo tradicional basado en las costumbres y en la agricultura se ha terminado. Muchas cosas que aparecen en Navarra. Cuatro estaciones ya era falso. Por ejemplo, el descenso de las almadías [balsas de troncos concebidas para el transporte de los mismos río abajo]. Nosotros tuvimos que comprarlas y pagar a los que la manejaron. Es algo que ya no se hace más que de forma ocasional en las fiestas.

P.- ¿De qué manera marcó a ambos su tío Pío Baroja?
R.- La figura de nuestro tío está muy marcada en nosotros. Julio vivió desde niño con él y heredó de él el gusto por la etnografía y por la historia y sus conocimientos literarios. Yo me incorporé a ese mundo mucho después porque Julio me llevaba 14 años. Tengo un recuerdo agradable del tío Pío, vivimos mucho tiempo los tres juntos hasta que murió.

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