Carlos Zanón
"El arte es lo único que sobrevive a la muerte"
16 octubre, 2015 02:00Ilustración: Luis Parejo
Carlos Zanón (Barcelona, 1966), flamante premio Hammett, retrata una Barcelona sombría en Marley estaba muerto (RBA), libro de relatos en los que la Navidad, sus sueños y soledades, son protagonistas.
Tengo a medias varios: El bar de las grandes esperanzas, de J.R. Moehringer, Amor invertido, de Sacomano y Fernanda García Lao, Fruta podrida, de Lina Meruane, El reino, de Carrère, Distancia de rescate, de Samantha Schweblin y el último de Murakami. ¿Disperso? Un poco.
¿Y qué libro abandonó por imposible?
Moby Dick.
¿Con qué personaje le gustaría tomarse un café mañana?
Con Julianne Moore, John Updike y las Supremes.
¿Cuántas veces va al teatro al año?
Pocas: tres, cuatro veces.
Cuéntenos alguna experiencia cultural que le cambió su manera de ver la vida.
Cuando tenía siete años, mi tío se mató a los 23 años en un accidente de tráfico. Le recuerdo leyendo a todas horas. Se dejó a medio leer Chacal. Al morir pasé temporadas en casa de mis abuelos para hacerles compañía y heredé su biblioteca. Tenía una colección de cien obras de la literatura de la editorial Libra. Leerlas era una manera de seguir en contacto con él, recoger su legado, hacer que no estuviera muerto del todo.
¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
Soy autodidacta. Entiendo la creación como algo emocional, en el sentido de que hasta el engranaje más intelectual ha de cruzar la línea que te pellizque por dentro. Nunca me machaco: aprendo cuando algo me interesa y si me aburre, lo dejo estar.
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
Una fotografía de Doisneau que nadie hubiese visto aún.
¿Qué ha prestado de sí mismo a los personajes de Marley estaba muerto?
Como siempre: casi todo menos la parafernalia. El corazón, los errores, la búsqueda de redención, el desamor y las ganas de seguir luchando.
No parece que sus Navidades sean precisamente blancas, pero ¿por qué tan negras?
No creo que sean tan negras. He ido probando cosas, incluso el humor. La Navidad es la infancia. La mejor época cuando tienes familia y la peor cuando estás solo. Es una caja de resonancia. Adoro la navidad y con todo el pack: regalos, comidas sin mañana, Qué bello es vivir y los cedés navideños del FNAC.
¿Qué tiene Barcelona de Gotham?
Barcelona es una metrópoli tapada por un decorado. Bajo la Sagrada Familia, está escondida la baticueva.
¿Cuándo sintió por última vez que llegaba tarde y todo estaba fuera de control?
Mi vida siempre ha sido así. No renuncio a nada, no puedo con todo. Abrazas a todos pero sin fuerza. Me gustaría cambiar. Escribo para controlarme. Fracaso en cada libro. Cada vez ando más desquiciado.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
La crítica bien hecha, con rigor, es un género literario. Si es así sirve y mucho. Yo he descubierto a muchos autores y libros por críticos. A mí siempre me han tratado muy bien y eso me ha servido para ganar seguridad.
Imagine el crimen perfecto con un crítico como víctima.
Lo mataría por agotamiento: pasar a mano en letra gótica todos los Culturales vuestros.
¿Y si fuese un lector?
Lo asesinaría pasando a pasiva La saga fuga de JB.
¿Es usted de los que recelan del cine español?
El cine español es igual de bueno que la literatura española.
¿Qué libro debería leer el presidente del Gobierno?
"Tarde, mal y nunca".
¿Se le ocurre una fórmula para compensar los recortes?
Le daría soluciones populistas y robespierranas y no es plan.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Solo sé que a veces añoro, y mucho, a José Bonaparte.
Regálenos una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país.
El arte es lo único que sobrevive a la muerte. En veinte años nadie sabrá quién es Bárcenas pero seguirán leyendo a Chirbes. El turismo acude a las ciudades que los artistas inventaron recreándolas. Es un activo. Que pongan el respeto y el dinero en el ganador y no en el ladrón.