Juan Pastor
"En teatro se está perdiendo el rigor y la profundidad"
El veterano director, fundador de la compañía La Guindalera, estrena en los Teatros del Canal Tres hermanas, de Chejov, "una exploración constante entre la esperanza y la desolación".
La compañía La Guindalera lleva más de una década montando espectáculos de autores como Juan Mayorga, Pinter, Ibsen, Cervantes, Chejov o Shakespeare. Obras que van más allá del puro entretenimiento, textos sólidos que hablan de la condición humana y plantean nuevos interrogantes sobre el lugar del hombre en el universo. Una manera de entender el teatro de la que es culpable directo su fundador y director Juan Pastor (Alicante, 1943), que defiende a capa y espada la creación de un "gusto teatral". Acuciada por la quiebra económica estuvo a punto de echar el cierre en 2014, pero finalmente logró salvarse gracias al apoyo incondicional de los aficionados que colaboran con programas de micromezenago e incluso "apadrinan" butacas del teatro. Hoy estrenan Tres hermanas de Chejov en los Teatros del Canal debido a la envergadura de la producción y a que la esperada afluencia de público, rebasará el aforo de su sala, de sólo 70 butacas.
Pregunta.- Ha pasado una época dura, ¿cuál es la situación de la compañía a día de hoy?
Respuesta.- Con La Guindalera siempre hemos tenido el problema de si vamos a poder seguir o no. Cada vez la situación es mas dura economicamnte, y nosotros no tenemos subvenciones y dependemos únicamente de la taquilla y de la ayuda de nuestros seguidores. A pesar de no ser tan extrema como hace un año, la situación es básicamente la misma, a pesar de lo cual hemos cometido la locura de montar esta obra, que ya veremos como sale porque es un gran proyecto.
P.- Habéis sido de los pioneros de trasladar el crowfounding al teatro, ¿está funcionando, se implica la gente con los proyectos?
R.- Ya llevamos varios espectáculos con este sistema, pero lo que es el crowfounding típico ya no funciona. La gente sí se implica, pero no tiene medios, así que hemos tenido que buscar formas alternativas de financiación para poder producir obras. Hemos organizado conciertos de jazz, catas de vino, cursos sobre el proceso artístico... Con estos proyectos hemos ido sacando un pequeño capital que no cubre ni la centésima parte, pero que nos pone en marcha.
P.- Teniendo una sala propia, ¿por qué esta colaboración con los Teatros del Canal?
R.- Esta es una producción bastante costosa, con once actores, con varios escenarios... y el esfuerzo ha sido inmenso. En nuestra sala, que es de dimensiones muy reducidas, era imposible montar una obra así, por eso hemos tenido que recurrir a teatros grandes, aquí en Madrid y después también en la gira. Además, así el beneficio de taquilla y la cantidad de público es mayor, lo que siempre se agradece.
P.- Todas las obras que hace son muy personales, ¿cuál es la filosofía de La Guindalera?
R.- Pienso que el teatro tiene que nacer de un proceso más o menos largo y necesita de equipos estables para ir buscando una línea y un estilo, para hacer un estudio mas profundo sobre los textos. Habitualmente las obras que dirijo son clásicos o de gran profundidad, no hay nada ligero. Eso exige continuidad y trabajo diario. En el teatro lo mas importante es el tiempo, los equipos estables. Actualmente en España es muy difícil encontrarse compañías estables, aquellas que había antiguamente, los montajes se hacen puntualmente y ya está. Lo importante es mantaner un bloque lo más estable posible e ir cociendo la obra a fuego lento.
P.- Justo lo contrario a lo que sucede habitualmente en la escena teatral.
R.- En la escena teatral están pasando muchas cosas, cierto. Nuestros políticos incluso dicen: "No se de que se quejan, con toda la actividad que hay en Madrid, la cantidad de salas que se abren". En mi opinión eso es fruto de la desepreracion. Las salas se abren pero en pocos años se cierran, los actores trabajan pero gratis... Creo que en nuestra profesión se esta perdiendo el rigor, el hacer las cosas con profundidad. No puedes tener en una sala tres espectáculos sin medios y sin pagarle a los actores. Estoy en contra del tópico de que el artista nace en momentos de necesidad o escasez, pasando hambre y frío. Eso es falso.
R.- Siempre digo que hay inmensa minorías, en el teatro y en la vida en general. Indudablemente si quieres analizar lo que es el público español no tienes más que ver los programas de televisión. Nosotros nos dirigimos a un público muy específico, sensible, inteligente, que se preocupa por encontrar la esencia de lo que está viendo, que sale transformado tras la magia del espectáculo. El resto va al fútbol y ve los progrmas de la cinco.
P.- De nuevo vuelve a montar una obra de Chejov, ¿por qué este autor y por qué esta obra?
R.- Chéjov es uno de mis preferidos. Llevo trabajando sobre él muchos años y soy un enamorado. En esta ocasión me he ido a las tres hermanas porque es una obra tremendamente actual. Los valores de la obra están muy relacionados con lo que está pasando ahora mismo, y no solamente en España, sino en todo el mundo. La obra habla de la necesidad de un cambio, algo que en este momento es acuciante. La obra está protagonizada por unos personajes incapaces de leer lo que está sucediendo en su realidad, de ver que todos sus valores se van a perder por su inadaptación al cambio.
P.- ¿Entonces el cambio se produce a pesar de que no lo lleguemos a aceptar o incluso a prevenir?
R.- Exacto. Pienso que en la obra, además creo que era la intención de Chejov, hay un cambio doloroso, pero ineludible. Ése es el mensaje, que el cambio se produce a pesar de todo y de todos. Como ocurrirá hoy en día. Al final de la obra los personajes han cambiado, y no tienen más remedio que emprender un camino diferente mirando al futuro con esperanza. La obsesión de Chejov era la felicidad del ser humano, y decía que si en su época no se podía ser feliz, había que trabajar para que los que vengan detrás puedan ser felices. Entonces nuestra felicidad consiste en trabajar para los que vengan después.
P.- ¿Qué será lo próximo de la compañía? ¿Hay ya algún montaje en el horizonte?
R.- Nosotros nunca sabemos que va a pasar dentro de tres meses, porque en este país, por lo menos en nuestra profesión, no se puede pensar a largo plazo. Después de este estreno, el espctáculo se va a vender, porque nosotros fundamentalmente queremos mantener La Guindalera. Quiero asegurar la dignidad de nuestra profesión, el dia que no les pueda pagar a los actores cierro. Habrá que buscar financiación para poder acometer otro montaje, pero ni siquiera he pensado cuál. Si no obtenemos dinero, lo mismo ni siquiera acabamos el año. Y en esa situación estamos constantemente.
El veterano director, fundador de la compañía La Guindalera, estrena en los Teatros del Canal Tres hermanas, de Chejov, "una exploración constante entre la esperanza y la desolación".
La compañía La Guindalera lleva más de una década montando espectáculos de autores como Juan Mayorga, Pinter, Ibsen, Cervantes, Chejov o Shakespeare. Obras que van más allá del puro entretenimiento, textos sólidos que hablan de la condición humana y plantean nuevos interrogantes sobre el lugar del hombre en el universo. Una manera de entender el teatro de la que es culpable directo su fundador y director Juan Pastor (Alicante, 1943), que defiende a capa y espada la creación de un "gusto teatral". Acuciada por la quiebra económica estuvo a punto de echar el cierre en 2014, pero finalmente logró salvarse gracias al apoyo incondicional de los aficionados que colaboran con programas de micromezenago e incluso "apadrinan" butacas del teatro. Hoy estrenan Tres hermanas de Chejov en los Teatros del Canal debido a la envergadura de la producción y a que la esperada afluencia de público, rebasará el aforo de su sala, de sólo 70 butacas.
Pregunta.- Ha pasado una época dura, ¿cuál es la situación de la compañía a día de hoy?
Respuesta.- Con La Guindalera siempre hemos tenido el problema de si vamos a poder seguir o no. Cada vez la situación es mas dura economicamnte, y nosotros no tenemos subvenciones y dependemos únicamente de la taquilla y de la ayuda de nuestros seguidores. A pesar de no ser tan extrema como hace un año, la situación es básicamente la misma, a pesar de lo cual hemos cometido la locura de montar esta obra, que ya veremos como sale porque es un gran proyecto.
P.- Habéis sido de los pioneros de trasladar el crowfounding al teatro, ¿está funcionando, se implica la gente con los proyectos?
R.- Ya llevamos varios espectáculos con este sistema, pero lo que es el crowfounding típico ya no funciona. La gente sí se implica, pero no tiene medios, así que hemos tenido que buscar formas alternativas de financiación para poder producir obras. Hemos organizado conciertos de jazz, catas de vino, cursos sobre el proceso artístico... Con estos proyectos hemos ido sacando un pequeño capital que no cubre ni la centésima parte, pero que nos pone en marcha.
P.- Teniendo una sala propia, ¿por qué esta colaboración con los Teatros del Canal?
R.- Esta es una producción bastante costosa, con once actores, con varios escenarios... y el esfuerzo ha sido inmenso. En nuestra sala, que es de dimensiones muy reducidas, era imposible montar una obra así, por eso hemos tenido que recurrir a teatros grandes, aquí en Madrid y después también en la gira. Además, así el beneficio de taquilla y la cantidad de público es mayor, lo que siempre se agradece.
P.- Todas las obras que hace son muy personales, ¿cuál es la filosofía de La Guindalera?
R.- Pienso que el teatro tiene que nacer de un proceso más o menos largo y necesita de equipos estables para ir buscando una línea y un estilo, para hacer un estudio mas profundo sobre los textos. Habitualmente las obras que dirijo son clásicos o de gran profundidad, no hay nada ligero. Eso exige continuidad y trabajo diario. En el teatro lo mas importante es el tiempo, los equipos estables. Actualmente en España es muy difícil encontrarse compañías estables, aquellas que había antiguamente, los montajes se hacen puntualmente y ya está. Lo importante es mantaner un bloque lo más estable posible e ir cociendo la obra a fuego lento.
P.- Justo lo contrario a lo que sucede habitualmente en la escena teatral.
R.- En la escena teatral están pasando muchas cosas, cierto. Nuestros políticos incluso dicen: "No se de que se quejan, con toda la actividad que hay en Madrid, la cantidad de salas que se abren". En mi opinión eso es fruto de la desepreracion. Las salas se abren pero en pocos años se cierran, los actores trabajan pero gratis... Creo que en nuestra profesión se esta perdiendo el rigor, el hacer las cosas con profundidad. No puedes tener en una sala tres espectáculos sin medios y sin pagarle a los actores. Estoy en contra del tópico de que el artista nace en momentos de necesidad o escasez, pasando hambre y frío. Eso es falso.
Las tres protagonistas de Tres hermanas en una de las escenas finales de la obra
P.- ¿Esa falta de profundidad puede deberse a la demanda de la mayoría del público?R.- Siempre digo que hay inmensa minorías, en el teatro y en la vida en general. Indudablemente si quieres analizar lo que es el público español no tienes más que ver los programas de televisión. Nosotros nos dirigimos a un público muy específico, sensible, inteligente, que se preocupa por encontrar la esencia de lo que está viendo, que sale transformado tras la magia del espectáculo. El resto va al fútbol y ve los progrmas de la cinco.
P.- De nuevo vuelve a montar una obra de Chejov, ¿por qué este autor y por qué esta obra?
R.- Chéjov es uno de mis preferidos. Llevo trabajando sobre él muchos años y soy un enamorado. En esta ocasión me he ido a las tres hermanas porque es una obra tremendamente actual. Los valores de la obra están muy relacionados con lo que está pasando ahora mismo, y no solamente en España, sino en todo el mundo. La obra habla de la necesidad de un cambio, algo que en este momento es acuciante. La obra está protagonizada por unos personajes incapaces de leer lo que está sucediendo en su realidad, de ver que todos sus valores se van a perder por su inadaptación al cambio.
P.- ¿Entonces el cambio se produce a pesar de que no lo lleguemos a aceptar o incluso a prevenir?
R.- Exacto. Pienso que en la obra, además creo que era la intención de Chejov, hay un cambio doloroso, pero ineludible. Ése es el mensaje, que el cambio se produce a pesar de todo y de todos. Como ocurrirá hoy en día. Al final de la obra los personajes han cambiado, y no tienen más remedio que emprender un camino diferente mirando al futuro con esperanza. La obsesión de Chejov era la felicidad del ser humano, y decía que si en su época no se podía ser feliz, había que trabajar para que los que vengan detrás puedan ser felices. Entonces nuestra felicidad consiste en trabajar para los que vengan después.
P.- ¿Qué será lo próximo de la compañía? ¿Hay ya algún montaje en el horizonte?
R.- Nosotros nunca sabemos que va a pasar dentro de tres meses, porque en este país, por lo menos en nuestra profesión, no se puede pensar a largo plazo. Después de este estreno, el espctáculo se va a vender, porque nosotros fundamentalmente queremos mantener La Guindalera. Quiero asegurar la dignidad de nuestra profesión, el dia que no les pueda pagar a los actores cierro. Habrá que buscar financiación para poder acometer otro montaje, pero ni siquiera he pensado cuál. Si no obtenemos dinero, lo mismo ni siquiera acabamos el año. Y en esa situación estamos constantemente.