Image: Pablo Agüero

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El Cultural

Pablo Agüero

"El cine que revive a los muertos tiene mucha potencia"

12 febrero, 2016 01:00

Pablo Agüero

El director argentino estrena Eva no duerme, un acercamientro peculiar al mito de Evita Perón a través de su cadáver, desaparecido durante 25 años.

Cineasta con una mirada propia que busca siempre el camino menos evidente, el argentino Pablo Agüero (Menzoza, 1977) regresa a las pantallas tras aquel experimento de ciencia ficción 77 Doronship (2009) con Eva no duerme, muy peculiar reflexión sobre el mito de Evita Perón a partir de las numerosas aventuras que vivió su cadáver, desaparecido durante 25 años hasta que por fin pudo regresar a Argentina (estuvo una época en Madrid cuando su marido vivía en la capital). Figura en la que se confunden la leyenda con la realidad, Evita sigue siendo objeto de adhesiones y odios inquebrantables en un país que Agüero dice que "está tan loco como todos aunque quizá un poco más". Narrada de forma episódica, a través de las distintas fases de un periplo inverosímil asistimos no sólo a la evolución de un cadáver, también de un país entero.

Pregunta.- Esta Evita después de Evita es todo lo contrario a la versión cinematográfica que conocemos. ¿Quería romper radicalmente con ese modelo?
Respuesta.- La versión de Alan Parker es puro kitsch y puro glamour, forma parte del género del teatro de varietés. Mi visión no tiene nada que ver en ningún sentido. Yo no hablo de la Evita real sino de la mujer como mito, como símbolo. Está más relacionada con el mito de La bella durmiente, esa mujer que muere joven y bella, en la cumbre de su existencia, y es embalsamada con una técnica secreta para que se mantenga siempre intacta.

P.- Siendo un cuento de hadas, pertenece al bando siniestro.
R.- Disney después desvirtuó el sentido de los cuentos de hadas pero en su sentido original son bastante perversos. Los cuentos tradicionales plantean una línea difusa entre la vida y la muerte. Hay quien ha dicho que parece una película de terror y algo hay de eso. Es una película de historia y de política pero hay una indiscutible dimensión fantástica. Cuando el cine hace vivir a los muertos tiene mucha potencia.

P.- ¿Por qué Evita muerta y no viva?
R.- Lo primero que tuve que decidir es lo que no quería hacer. No quería hacer el típico biopic televisivo porque el que quiera informarse sobre los hechos históricos puede hacerlo perfectamente. Lo que yo pretendo es que el espectador se sumerja en un universo, solo el cine puede mostrarnos a un embalsamador y detenerse en esos momentos de la vida tan íntimos. Quizá algunos salgan defraudados pero queríamos transmitir una experiencia muy radical. Me molestan mucho esas películas que viendo el trailer ya te puedes imaginar por dónde va.

P.- Se generan dos dimensiones, la exaltación en las calles frente a la humana mortandad de un cadáver sórdido.
R.- Me gusta mucho el contraste entre ese hombre cuerpo a cuerpo con Evita encerrado en una habitación con ella, algo muy terrenal y muy tangible, frente la excitación de las masas. Hay algo muy intrigante en ello. Cómo se vive un hecho histórico en la calle y en el nivel más íntimo y personal.

Una imagen del filme Eva no duerme

P.- En el filme vemos a una Argentina lúgubre y más bien terrible. ¿Es su visión de su país?
R.- Todos los países son muy problemáticos y muy locos. Argentina quizá es particularmente loco, como un sueño o una pesadilla, porque es un rompecabezas formado por exiliados de todas partes. En ese puzzle surgen todo tipo de complots y como narrador es un semillero de historias.

P.- ¿Sigue siendo Evita una figura esencial en la Argentina de hoy?
R.- Sí, totalmente. Cuando presenté la película la presidenta Kirchner me pidió que la pasarán en su residencia. Eva sigue siendo un símbolo de la justicia social, de la necesidad de que haya menos desequilibrios en el mundo. El Che simboliza lo mismo aunque Evita es más ambigua porque ella sí que estuvo en el poder aunque sigue teniendo la ventaja respecto a Fidel Castro de que murió joven.

P.- ¿Y la derecha la sigue odiando tanto como la odiaba?
R.- Sí, desde luego. Evita despertó una furia demencial y una represión brutal que dejó miles de desaparecidos. Es una historia muy parecida a la de la república española, hay un gobierno de izquierdas y se desata el infierno por parte de los otros. A Eva sus enemigos la llamaban "la yegua" y eso se lo han seguido diciendo a Cristina Kirchner. Hay también un elemento muy machista en la sociedad argentina, parte de lo que fastidia es que sea una mujer.

@juansarda