José Padilla
El Nueva York de Louie
30 agosto, 2016 02:00El cómico Louis C. K. en su serie, un concentrado de humor neoyorquino
Son viajes ideales, viajes soñados, pero esta vez desde la ficción. Porque viajar es también un placer cuando se hace desde las páginas de un libro, la imagen sugerente de un cuadro, una fotografía, desde la butaca de un cine. Y así, nos vamos al Nueva York de Paul Auster, al Sáhara de El paciente inglés, al Cape Cod de Edward Hopper...
C. K. le birla a la urbe cosmopolita de Woody Allen un poso de ternura, pero se la guarda en el bolsillo y apenas la muestra; a esta se le ven más los malos humos, que casi siempre salen de las alcantarillas o de los extractores de algún restaurante grasiento y trasnochado cuya comida es probablemente poco saludable pero pinta deliciosa, quiero un trozo de eso. Sirve para empujar el buche un trago de cerveza en The Comedy Cellar, el club de stand up en el que Louie se deja filamentos de amargura tras la risa apoyado indefectiblemente en la pared de ladrillos al fondo de su diminuto escenario. Pero de todos aquellos lugares, en el que más detendría mi visita sería la orilla del río Hudson, donde se da uno de los diálogos mejor escritos de la historia de la televisión: el final de So did the fat lady, o quizá aquel otro en que… bueno, en realidad da igual. Cada escenario de su Nueva York es, como en aquellos viejos relatos de superhéroes que leía de niño, un marco que sirve para narrar que después de la catástrofe uno se levanta por pura fuerza de voluntad.