Emilio Gutiérrez Caba: "No me gustaría que las prisas del cine llegaran al teatro"
Es el don de la ubicuidad una de las virtudes de este actor todoterreno. Gutiérrez Caba va dejando su rastro en cine y televisión pero es ahora en el Lliure donde disfruta interpretando a García Márquez
2 diciembre, 2016 01:00¿Qué libro tiene entre manos?
El mundo de ayer de Stefan Zweig.
¿Ha abandonado algún libro por imposible?
Sí, más de uno.
¿Con qué personaje le gustaría tomarse un café mañana?
Con Madame Bovary. “Emma, cuéntame cosas...”
¿Recuerda el primer libro que leyó?
Pues sería alguna aventura de Guillermo, aunque de niño también leía muchos libros de la enciclopedia Pulga.
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura: es de ipad, de papel, le gusta leer por la mañana, por la noche...?
En papel, por supuesto, y de noche, pero eso también depende de la pasión que me produzca el libro, puedo devorarlo en cualquier momento. Y por esa misma razón puede que decida dosificarlo, para que dure más...
Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.
Conocer la obra de Camus cuando era muy joven; su teatro, sus novelas... Llegué a hacer una tesina
sobre él y recuerdo que cuando murió tuve un gran disgusto.
Últimamente lleva una carrera vertiginosa: Palmeras en la nieve (cine), César y Cleopatra (teatro), Seis hermanas (tv) son algunas de sus apariciones más recientes ¿Dónde se siente más a gusto en el cine, en el teatro o en la TV?
El cine y el teatro aún conservan cierta ceremonia que me gusta. La tele menos. Pero también depende del producto que estés haciendo.
¿Qué le dice el Relato de un náufrago al público actual?
Creo que la idea de la doble autoría: las historias pertenecen, a partes iguales, tanto a quien las vive como a quien las escribe.
¿Ha comprendido mejor a García Márquez interpretándolo?
García Marquez siempre me ha gustado, tuve la ocasión de conocerle en Barcelona y coincidir después con él en Madrid. Y sí, claro, cuando profundizas en su obra entiendes otros aspectos de su narración.
¿Qué echa en falta en el teatro en estos momentos un veterano de las tablas como usted?
Nos dejamos contagiar por la velocidad y no me gustaría que las prisas, propias del cine, llegaran al teatro.
¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
Según qué actitudes, sí. La pintura últimamente no me produce una gran emoción. La obtengo en otros terrenos, como la poesía o el ensayo.
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
De Goya, alguno de sus grabados. Es uno de los pintores más imperfectos y que más me gusta.
Ejerza de crítico de la última exposición que ha visitado.
Eso queda fuera de mis posibilidades. Me dejo llevar por lo que veo pero criticar es otra cosa.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Sí, me hace reflexionar. Aunque a veces, si el crítico no puntualiza, no me sirve.
¿Qué música escucha en casa?
Clásica, jazz... Beethoven me sirve para cuando estoy desanimado, Mozart , en cambio, lo dejo para tardes delicadas.
¿Recuerda la película que ha visto más veces?
Scaramouche y El prisionero de Zenda, de niño.
¿Qué libro debe leer el presidente del Gobierno?
No me interesa lo que lea o deje de leer ese señor.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
En general sí. Es un país variado, con distintas culturas y maneras de ver la vida, gastronomías... Esa enorme diversidad es lo que más me gusta.
Regálenos una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país.
Habría que cambia la educación, los niños deberían formarse ante todo como personas y no como entes productivos.