La mortalidad: finalistas
Concurso de microrrelatos conducido por Juan Aparicio Belmonte
18 febrero, 2021 17:35Hola, amigos:
La semana que viene termina esta temporada narrativa de Cuenta 140 y llega la poesía con el escritor Joaquín Pérez Azaústre. Se me ha ocurrido, como colofón, complicaros un poco la vida. Escribiremos sobre el palíndromo. Como sabéis, los palíndromos son palabras o frases dispuestas de tal forma que resultan idénticas leídas de izquierda a derecha que viceversa. Lo cual no quiere decir que vuestros relatos tengan que formar palíndromos, pero sí tratar sobre ellos. Así que ya sabéis, a partir del lunes: ¡Arriba la birra!
Veamos, entre tanto, quiénes son los finalistas de la semana dedicada a la mortalidad:
Edizagoy
Él sabía que iba a resucitar, pero la fe de los suyos se tradujo en un hermoso y pesado bloque de mármol sobre su tumba.
Ten
Cuando el forense cerraba la bolsa, el ruido de la cremallera le despertó de la siesta.
Torivino
Murió con la esperanza de encontrarse allí con su esposa, pero solo le esperaban los seis perros que había tenido a lo largo de la vida.
Rosario
El suicida, en la azotea, dudó por las palabras del psicólogo sobre familia, amor y esperanza. Cuando le habló de futuro, se lanzó.
Lluís Oti
A punto de disparar sobre la dama de gris, el francotirador cayó fulminado de un infarto. Ella siguió su camino y se perdió entre la gente.
Catta.
Abrió los ojos sin ver, no podía gritar ni siguiera respirar, “¿será esto la muerte?” se preguntó el recién nacido.
Segismundo
Mientras el avión caía en picado, pidió a su amiga que le volviera a leer la mano, con esa línea de la vida tan larga.
Sayula
Fumar le quitaría ocho años; una dieta rica en hidratos de carbono, seis o siete; la vida sedentaria, diez. El suicida hizo sus cuentas.
Agustín
«Ojalá me esté esperando desnuda», aventuró el amante. Cuando vio la capa negra y la guadaña en el paragüero se le heló el corazón.
NIña la Puebla
Lo había visionado tantas veces y con tanta angustia, que cuando el camión se le echó encima, ni se inmutó.
Sary
“Llévame contigo” oraba a su creador, pero el humano que lo había diseñado para trabajar sin descanso había muerto doscientos años atrás.
Vórtice
“Esta vez no me pillarán desprevenido”, dijo el esquizofrénico antes de quitarse la vida.
Abisinia
Después de la pérdida de su pequeño, el resto de su vida se le antojó una eternidad.
MAM
Cada noche le hablaba al nieto, lo arropaba y le daba un beso. El niño se hacía el dormido; le apenaba decirle al abuelo que estaba muerto.
La Marca Amarilla
Llegó un momento en que cuando el suicida despertaba en el hospital, se moría de risa.
El covacho
Probó con pastillas, el gas, una soga... sin lograr acabar con su vida. El día que comprendió que debía seguir viviendo murió de un infarto.
gpm
Se acercó a la cama de su hijo para darle un beso de buenas noches. Luego, lo tapó hasta el cuello; un enfermero incluyó la cara.
Muntaner
Se reencontraron en el cielo, pero él la rechazó con el argumento de que el compromiso era solo hasta que la muerte los separara.
Peña Cid
—No pude elegir cómo vivir, así que elijo cómo morir—dijo mi abuela. Me dio un beso y se dejó caer por el acantilado.
Vestana
“¿Quién me cortará el pelo cuando ellos se mueran?”, me preguntaba mi anciano abuelo cada vez que volvía de su barbería de confianza.
Y uno, de regalo:
Catta.
El día que le dijeron que era inmortal encendió su primer cigarrillo.
Saludos cordiales