Image: María Jesús Abad dirige el Museo Patio Herreriano

Image: María Jesús Abad dirige el Museo Patio Herreriano

Arte

María Jesús Abad dirige el Museo Patio Herreriano

“Somos la alternativa al barroco”

5 junio, 2002 02:00

María Jesús Abad. Foto: Carlos Arranz

Recién inaugurado por el Rey, el Patio Herreriano, primer Museo de Arte Contemporáneo de Valladolid, abre hoy sus puertas al público con la firme intención de mejorar su colección, llenar ciertas lagunas y crear un dinámico programa de exposiciones que, a partir de enero, completarán la oferta de un centro con firme voluntad de crecimiento. Su directora, María Jesús Abad, habla en estas páginas de los futuros retos del nuevo museo.

Llegó de Madrid hace un año dispuesta a lidiar con la administración (Patronato del museo) y con las empresas privadas propietarias de la Colección de Arte Contemporáneo, depositada en el Patio Herreriano de Valladolid. Vinculada a la colección desde 1988 como coordinadora artística y directora de la misma desde 1995, María Jesús Abad (Zaragoza, 1959) conoce estas 850 obras como nadie y su mayor ilusión es que las vea todo el mundo. Aunque reconoce que "han sido unos años un poco autistas, en los que se ha llevado a cabo una labor en la sombra. Hemos ido comprando poco a poco y sin tener que dar explicaciones. Ahora, con la dimensión pública que alcanza el museo todo será distinto".

-Valladolid es una ciudad que ha estado al margen del arte contemporáneo, ¿cómo afronta su nueva situación en el mapa español?
-Valladolid es capital de una región, por otra parte muy cercana a Madrid, lo que ha hecho que la gente interesada se haya ido a nutrir allí. Ahora tenemos que generar esta oferta en la misma ciudad, cubrir un vacío. Pero en la Comunidad no estamos solos: Segovia ya tiene el Esteban Vicente, Salamanca el reciente Centro de Arte y León inaugurará en dos años su propio museo.

-Y, ¿hay sitio para todos?
-En Alemania o en Holanda, en una misma ciudad o en ciudades muy cercanas hay más de una Kunsthalle o Kunsthaus. No nos estamos inventando nada, al revés, empezamos a normalizarnos. El problema es: ¿hay recursos económicos para todos? No va a ser fácil, pero afortunadamente las instituciones públicas y algunas empresas privadas se dan cuenta de que hay una demanda social y por eso se embarcan en estos proyectos. Por otro lado, los museos tenemos también que buscarnos la vida; la búsqueda de ingresos de diferentes ámbitos da cierta independencia: hay que crear, por ejemplo, una asociación de amigos del museo que pague una pequeña cuota; y para que haya amigos hay que hacerlo bien. Tenemos que hacer un plan de marketing, no me cabe la menor duda. Para obtener recursos hay que aprender a seducir.

Grandes obras sobre papel
-El museo nace con unos fondos de arte español importantísimos, la Colección Arte Contemporáneo. A pesar de todo, el conjunto tiene sus lagunas: se echa en falta a Picasso, Juan Gris o Dalí. ¿Tienen intención (y posibilidad) de cubrir esta falta?
-Con los recursos de que disponíamos teníamos que escoger: hemos preferido no hacer una colección de los grandes artistas españoles sino reunir y contar lo que ha sido el arte español en su totalidad. Si no lo hubiéramos hecho así, ahora tendríamos 25 obras de estos grandes artistas y nada más. Ahora nos planteamos abordar a estos artistas a partir de su obra sobre papel, intentando así cubrir esa laguna. Por otra parte, en ocasiones hoy es más fácil encontrar en el mercado obras de calidad sobre papel que buenas obras sobre lienzo.

-Además, la obra sobre papel, junto con la escultura, ocupa un lugar destacado tanto en la colección como en las líneas de trabajo que se abordarán en el futuro, ¿no es así?
-A partir del período de madurez de la colección, desde 1995, se enriqueció el sentido del conjunto principalmente por la adquisición del legado de ángel Ferrant, con las esculturas y los dibujos del artista. A raíz de esto se piensa en dar cierto énfasis a estos dos soportes. En cuanto a la escultura, también nos resulta interesante precisamente porque está menos atendida en otras colecciones y porque es una de las disciplinas más radicales y que mayor novedad ha aportado al arte del siglo XX, entendiendo la escultura como obra abierta, aquella que pisa el terreno de las instalaciones. Por si fuera poco, no hay que olvidar la relación histórica que une a Valladolid con la escultura; queremos ser otra alternativa, que el público no se quede sólo con el barroco, sino que se enfrente en nuestras salas a Francisco Leiro o a Susana Solano.

-¿Cuál va a ser la línea principal de adquisiciones?
-La vanguardia histórica de antes de la guerra, con ramificaciones hacia después de la guerra, es un momento clave del que cada vez hay menos obras, no se encuentra más de una obra al año. Queremos ampliar lo que hay de este período, además de las obras sobre papel que antes mencionaba. De finales de los 50 a finales de los 60, deberíamos ir a por los grandes del informalismo: reforzar a Saura, incorporar más obra de Tàpies. Ampliar la selección de Chillida es fundamental. En cuanto al arte conceptual de finales de los 60 y 70, tenemos mucho por hacer en todos los grupos, desde Zaj en adelante. Los 90 y la actualidad todavía necesitan mucho trabajo por nuestra parte, sobre todo el vídeo y la fotografía; respecto a esta última, reconozco que hemos hecho poco de momento y que es una de las líneas de trabajo para el futuro.

-Lo cierto es que las buenas obras de las vanguardias españolas escasean en el mercado, ¿dónde encuentra un director de un museo obras interesantes?
-El mercado establecido es una opción, con las galerías, ferias y subastas; por otro lado está el mundo de las pesquisas: familiares de los artistas, seguir la pista de determinadas obras que aparecen en un catálogo... En este sentido se ha perdido un tiempo valioso porque muchos de los colegas, fotógrafos y familiares de los artistas han fallecido. Hay que abundar en París, a veces en subastas locales parisienses aparecen obras de los españoles que vivieron allí. Pero para todo esto, a veces hace falta más tiempo que dinero.

-¿Y el arte joven?
-Nuestra mirada en la colección ha sido bastante histórica, no lo niego, hemos venido apostando por la solidez y la calidad. Pero desde el museo quizá haya que plantearse una labor más vital y más experimental desde las exposiciones temporales. Y, aunque la colección sea exclusivamente de arte español, nuestra labor, a través de estas exposiciones, será la de ponerlo en relación con el arte internacional.

-¿Cuál será a partir de ahora la política de adquisiciones de la colección?
-La colección sigue teniendo su comité de adquisiciones (Antonio Bonet, Valeriano Bozal y Simón Marchán). Pero, además, el museo ha creado su propio comité asesor, presidido por el director, con los tres miembros ya existentes y, probablemente, con dos nuevos asesores más. Será un comité científico, que asesorará en lo que afecta a la programación, a las exposiciones.

Europa, el horizonte final
-Y hablando de exposiciones temporales, se quiere que ocupen un 30 por ciento del espacio expositivo: ¿cuál va a ser la línea? ¿Se van a llegar a acuerdos con otros centros?
-Venimos trabajando en ello, aunque muchos temas aún no estén cerrados. A finales de septiembre se presentará el programa para 2003. En cuanto a los acuerdos con otros centros, no concibo otro modo de traer una gran exposición de fuera. En ese sentido, es impresionante el respaldo que estamos recibiendo de museos como el Reina Sofía, el IVAM o el MACBA. Por supuesto, vamos a trabajar con Artium, un centro nuevo y con características similares al nuestro. Esto es esencial. Aunque nuestro horizonte final debe ser Europa: hay que intentar tender lazos de trabajo con aquellos centros europeos con los que se puedan articular proyectos .

-La fórmula por la cual la colección presta sus fondos al Patio Herreriano es la del comodato durante cinco años: ¿no es poco tiempo?, ¿cómo se van a llevar a cabo las renovaciones?
-Es una fórmula atípica en España pero no fuera. Al plantearse el tema de las fechas se ha sido realista y pragmático. Comodato significa depósito o préstamo sin contraprestación. Con la voluntad de largo plazo por ambos bandos, el acuerdo se renovará tácitamente si no hay denuncias de ninguna de las partes. Yo he apoyado esta decisión. Para que pueda haber un diálogo productivo tiene que existir la posibilidad de desvincularse.

-El Patronato es político en su totalidad, ¿tendrá libertad suficiente teniendo que contentar a ambos bandos, administración y empresas propietarias de la colección?
-La idea es que se incorporen empresas privadas al Patronato, y no necesariamente las de la colección. Pero el hecho es que son las instituciones políticas las que tienen recursos e interés por estas cosas, aunque hay que hacer un esfuerzo por la incorporación de otras empresas. La interlocución con la colección es muy cómoda porque llevo muchos años, sé lo que quieren, y, aunque esta es una nueva etapa, creo que será para mejor. Con el Ayuntamiento, mi principal interlocutor en el Patronato, el diálogo es bueno. Lo cierto es que todos nos estamos esforzando al máximo. Todos somos novatos en esto del museo.