Image: El big-bang de Jonathan Meese

Image: El big-bang de Jonathan Meese

Arte

El big-bang de Jonathan Meese

Ufo vuelve a casa

8 mayo, 2008 02:00

Vista del montaje de Meese en el Espai Montcada.

Comisario: David Armengol. Caixaforum. Espai Montcada. Marquès de Comillas, 6-8. Barcelona. Hasta el 8 de junio

La exposición de Jonathan Meese consiste en una gran escenografía compuesta por variados elementos: esculturas, pinturas, textos, vídeos… con una estética descuidada e intencionadamente chapucera. El papel explicativo que se facilita al espectador a la entrada de la muestra alude a unos vagones descarrilados, como si, a causa de un accidente, las mercancías del tren se hubieran dispersado por doquier. De alguna manera, las obras que forman la exposición representan simbólicamente el contenido de ese tren descarrilado que, al volcarse, ha desparramado su contenido. Acaso podamos interpretar esta puesta en escena como una metáfora de la creación, tal y como la concibe Jonathan Meese.

Pero ¿quién es Jonathan Meese? Enfant terrible del arte alemán, es, además, actor. Su propia imagen aparece constantemente en su obra. Así, la instalación que presenta en Barcelona se complementa con un vídeo en el que él es el único protagonista. El Jonathan Meese personaje se manifiesta como una mezcla entre el heavy metal y el Siegfried wagneriano, Ogro-devorador-de-niños y Profeta a la vez. Puro juego, es el artista como actor, que se pone la máscara para fabular una historia.

Y la historia que nos cuenta no es otra que la de un niño que descubre el lenguaje y la posibilidad de crear mundos con él. Según su "mamá" -tan querida por el artista- el niño Jonathan, tímido y cerrado, no se apartaba de sus rodillas… hasta que a los 22 años le pidió un caballete. Luego aconteció un "big-bang": empezó a pintar frenética y compulsivamente, esto es, a crear figuras y universos como un maniático. Figuras y universos que directa o indirectamente remiten al mundo infantil. él mismo dirá: "no sé cómo uno se transforma en creador. Creo que el artista guarda en sí un alma de niño y la intenta mantener". Ciertas o no, estas declaraciones, nos dan la imagen que el artista quiere ofrecer de sí mismo.

En el vídeo Draculas Loly hot like El Dorado-cold el artista deambula por la exposición con una risa histérica. Meese observa sus figuras con una mirada de incredulidad, como si fuera el primer sorprendido ante este mundo que parece surgir como independiente de él. Luego el artista dialoga con su propia creación, juega con sus personajes. En el mismo vídeo se hace referencia al origen de este universo: cientos de iconos que van desde la cultura de masas hasta la alta cultura, pasando por imágenes más íntimas o autorreferenciales. Estas imágenes las transporta en una maleta y son la materia prima de su creación. Luego, como en un sueño, adquieren vida propia y autonomía, nadie sabe cómo.

En relación a la exposición, Jonathan Meese escribió un manifiesto, un texto ditirámbico pero que una lectura contextualizada hace intuir como una declaración de principios sobre el arte: el arte como utopía… Sin duda hay una dimensión humanista: el arte aparece como una especie de salvavidas. Al menos, para Jonathan Meese lo fue. Lo liberó de las rodillas de "mamá" y, como se sabe, es en la infancia donde se inician los traumas. Infantil no significa necesariamente candor.

El artista alemán Jonathan Meese, nacido en Tokio en 1970, estudió en la Escuela de Arte de Hamburgo entre 1995 y 1998 y desde entonces ha expuesto en centros prestigiosos como el Magasin de Grenoble, De Appel en Amsterdam o el Louisiana Museum de Copenhague. Es punta de lanza de un tipo de pintura de raíz expresionista que goza de gran popularidad en el concierto internacional.