El Prado se llena de ensueño con La bella durmiente y la pintura victoriana
La pinacoteca acoge desde este martes una muestra que pretende paliar la escasez de obras de esta época entre sus exposiciones
23 febrero, 2009 01:00Imagen del cuadro "Sol ardiente de junio" de Frederic Leighton, que forma parte de la exposición "La bella durmiente",
EFEHasta ahora nunca se habían visto en España, y desde mañana estarán colgados en el Museo del Prado: El sol ardiente de junio, de Leighton, y El sueño del rey Arturo, de Avalon, dos de los lienzos más simbólicos de la pintura inglesa del XIX.
La muestra, que lleva por lema La bella durmiente. Pintura victoriana de Arte de Ponce, "contribuye a paliar temporalmente la escasez de pintura británica en el Prado" y reúne una selección de diecisiete obras (diez pinturas y siete estudios sobre papel) de la pintura inglesa del siglo XIX procedente del Museo de Arte de Ponce de Puerto Rico, patrocinada por BBVA.
Además de los lienzos citados, la muestra incluye obra de John E. Millais (1829-1896), Dante Gabriel Rossetti (1828-1882), Thomas Seddon (1821-1856) y William Holman Hunt (1827-1910).
Todos ellos proceden de la Hermandad Prerrafaelita, una corriente que surgió en 1848 con la intención de reformar o ir en contra de la pintura inglesa de ese momento, que se regía por unas líneas muy conservadoras y grises establecidas por la Royal Academy.
Los prerrafaelitas toman su nombre de su admiración por los primitivos italianos anteriores a Rafael, una corriente estética cuya aspiración era cambiar el arte religioso y renovarse con el simbolismo romántico o la inspiración libre de la naturaleza, a la que miraban atentamente para saber expresar sus ideas.
El mundo onírico y simbólico de William Blake fue uno de los más reivindicados por estos artistas, quienes se sentían fascinados por la obra de Fra Angélico o Botticelli, y un deseo de inocencia y pureza, como recordó hoy el director del Museo de Arte de Ponce, Agustín Artiaga.
Así, la ensoñación, el sueño, la evocación, las hadas, la luz y la belleza simbólica llenarán las salas del Prado, donde estos días también cohabitarán con la crudeza existencial y la soledad del hombre del siglo XX representada por Bacon.
Sol ardiente de Juno es la obra más célebre del Museo de Ponce de Puerto Rico, que representa a una joven con un vestido de seda naranja sentada en unas escaleras y acariciada por un sol mediterráneo.
Dormida y evadida de todo, se mira la cara con La bella durmiente, de Edward Coley; El sueño del rey Arturo, de Avalon; La señorita Gladys, de Holman Hunt; La viuda romana, de Dante Gabriel Rossetti, o La huida de un hereje, de John Everett Millais.
La muestra fue presentada hoy por el director del Museo del Prado, Miguel Zugaza; Agustín Artiaga, director del Museo de Arte Ponce; María Luisa Ferré, presidenta de la junta de síndicos de la Fundación Ferré y nieta del creador del museo, y Javier Auyo, de la Fundación BBVA, que la pasada semana fue galardonada con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes por el Consejo de Ministros.
Las obras han podido viajar al Museo del Prado en un momento en que se están llevando a cabo obras de ampliación de este museo situado en el sur de San Juan de Puerto Rico.
El Museo de Arte Ponce fue fundado por 1959 por Luis A. Ferré (1904-2003), un amante del arte y de la belleza y destacado economista y político de ese país, que murió con cien años, como recordó hoy su nieta, quien dijo que compró estas obras cuando nadie apostaba por ellas.