Fantin-Latour, el impresionista no militante
El Thyssen inaugura la primera gran muestra monográfica en España dedicada a uno de los pintores más inclasificables de las vanguardias
28 septiembre, 2009 02:00
ELCULTURAL.es
El Thyssen abre hasta enero Fantin-Latour (1836-1904), la primera gran exposición monográfica que se dedica en España al pintor francés, organizada en colaboración con la Fundaçao Calouste Gulbenkian de Lisboa, donde ha podido verse durante el verano. La muestra ofrece una amplia selección de su obra formada por 70 piezas, entre pinturas, dibujos y grabados, procedentes de museos e instituciones de todo el mundo. Siguiendo la cronología de su producción a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, la exposición muestra algunas de sus obras más destacadas, que van desde retratos colectivos, de familiares o amigos, a interiores con figuras y naturalezas muertas de vocación realista, pasando por alegorías y fantasías musicales.
Discípulo de Courbet durante una breve temporada, compañero de Whistler y amigo de Monet y Degas, Henri Fantin-Latour (Grenoble, 1836 - Buré 1904) ocupa un lugar difícil de encajar en la historia de la pintura francesa de la segunda mitad del siglo XIX. Sus retratos de grupo, concebidos casi como manifiestos, harían pensar en un ferviente defensor de la renovación pictórica; sus bodegones, en un realista; y sus escenas mitológicas y alegóricas, en un hombre cercano al simbolismo academicista. Su producción pictórica coincidió con el nacimiento y desarrollo del impresionismo, pero se negó a exponer en la primera muestra del grupo y no llegó nunca a participar en este movimiento como miembro activo, aún compartiendo con ellos muchas de sus aspiraciones estéticas.
Quizás por todo ello, la obra de Fantin-Latour ha sido menos estudiada y celebrada que la de sus colegas impresionistas y apenas se le han dedicado grandes exposiciones en las últimas décadas. Esta retrospectiva, la primera que se exhibe en la Península Ibérica, busca reivindicar y difundir la figura y la obra de este autor francés, cuya producción artística ha podido quedar injustamente eclipsada y no ha logrado pasar a la historia del arte como uno de los grandes pioneros de la modernidad. Su ilustre contemporáneo, el escritor émile Zola, dijo que sus lienzos "no provocan una atracción inmediata; es necesario observarlos detenidamente, introducirse en ellos para que su conciencia y la sencillez de su verdad nos atraigan completamente y nos atrapen".
El Thyssen abre hasta enero Fantin-Latour (1836-1904), la primera gran exposición monográfica que se dedica en España al pintor francés, organizada en colaboración con la Fundaçao Calouste Gulbenkian de Lisboa, donde ha podido verse durante el verano. La muestra ofrece una amplia selección de su obra formada por 70 piezas, entre pinturas, dibujos y grabados, procedentes de museos e instituciones de todo el mundo. Siguiendo la cronología de su producción a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, la exposición muestra algunas de sus obras más destacadas, que van desde retratos colectivos, de familiares o amigos, a interiores con figuras y naturalezas muertas de vocación realista, pasando por alegorías y fantasías musicales.
Discípulo de Courbet durante una breve temporada, compañero de Whistler y amigo de Monet y Degas, Henri Fantin-Latour (Grenoble, 1836 - Buré 1904) ocupa un lugar difícil de encajar en la historia de la pintura francesa de la segunda mitad del siglo XIX. Sus retratos de grupo, concebidos casi como manifiestos, harían pensar en un ferviente defensor de la renovación pictórica; sus bodegones, en un realista; y sus escenas mitológicas y alegóricas, en un hombre cercano al simbolismo academicista. Su producción pictórica coincidió con el nacimiento y desarrollo del impresionismo, pero se negó a exponer en la primera muestra del grupo y no llegó nunca a participar en este movimiento como miembro activo, aún compartiendo con ellos muchas de sus aspiraciones estéticas.
Quizás por todo ello, la obra de Fantin-Latour ha sido menos estudiada y celebrada que la de sus colegas impresionistas y apenas se le han dedicado grandes exposiciones en las últimas décadas. Esta retrospectiva, la primera que se exhibe en la Península Ibérica, busca reivindicar y difundir la figura y la obra de este autor francés, cuya producción artística ha podido quedar injustamente eclipsada y no ha logrado pasar a la historia del arte como uno de los grandes pioneros de la modernidad. Su ilustre contemporáneo, el escritor émile Zola, dijo que sus lienzos "no provocan una atracción inmediata; es necesario observarlos detenidamente, introducirse en ellos para que su conciencia y la sencillez de su verdad nos atraigan completamente y nos atrapen".