Image: Jacobo Castellano, silencio en seco

Image: Jacobo Castellano, silencio en seco

Arte

Jacobo Castellano, silencio en seco

Ha titulado su próxima exposición Un acto en seco. Un trabajo minucioso de edición que veremos en el renovado espacio de la galería Benveniste el próximo 20 de septiembre.

21 agosto, 2013 02:00

Jacobo Castellano expone Un acto en seco el 20 de septiembre en la galería Benveniste.

Muchos libros cohabitan en el estudio de Jacobo Castellano (Jaén, 1976) casi como esculturas. Casi como una extensión de las suyas. Hay muchos libros de arte y de crítica, "¿demasiados?", dice entre risas. "A veces uno se pregunta si no está tan inmerso en su trabajo que no deja espacio para otras cuestiones menos ligadas a la profesión…". Entre ellos vemos algunos nombres de artistas con los que apenas mantiene distancias: Thierry de Cordier, Zoe Leonard, Mark Manders, Guillaume Leblon, Ian Kiaer, Thea Djordjadze, Pepe Espaliú... Su obra es igual de emotiva que la del conocido artista sevillano. Ambos comparten una similar idea de tiempo suspendido, un interés por lo desconocido, lo oscuro, lo inconsciente y lo maravilloso. También una especial conexión literaria con Samuel Beckett, autor de ese teatro sin acción, de ese juego al borde de la ausencia, la inmovilidad y el silencio. Mucho de eso hay en las obras de Jacobo Castellano. No es vano El innombrable es su libro de cabecera, que en la estantería dialoga en perfecto silencio con la poesía de Alejandra Pizarnik.

También es fundamental en sus próximas obras, que presenta el próximo 20 de septiembre en el renovado espacio de la galería Benveniste de Madrid, situado en la segunda planta del taller Benveniste CP&P. A la calle Nicolás Morales, en el polígono de Opañel, se han trasladado tras dejar el piso que desde el 2007 ocupaban frente al Congreso de los Diputados. Jacobo Castellano colabora con este taller de edición y galería: "Dan me invitó a hacer la carpeta de tres grabados para el The Print Suscribers Club. Desde entonces no hemos dejado de mantener una actividad juntos. Trabajar con Dan supone, entre otras cosas, abrir la puerta a su experiencia y buena labor como editor. Me interesa de esto que las obras, aún siendo mías están impregnadas de sus impresiones y reflexiones. Compartir el trabajo creativo, con todo lo que conlleva eso, es enriquecedor cuando hay simpatía, y en este caso la hay", explica el artista.


(Zapatos), 2013.

El mismo sentimiento tiene Dan Benveniste, para quien el cambio de espacio responde a cómo enfocan este proyecto: "Esta colaboración ha sido un lujo en varios sentidos. El hecho de haber tenido casi dos meses en el taller con el artista, mucho más de lo que es habitual, nos ha permitido probar un gran abanico de posibilidades, nuevas técnicas y una prolongada reflexión. En Benveniste entendimos que para la filosofía de nuestras ediciones valía la pena primar el proyecto expositivo sin cortapisas frente a una localización céntrica en la ciudad. Tras un año la valoración es muy positiva: el hecho de que la producción de la obra se realice sólo una planta por debajo de la sala de exposiciones ayuda mucho al artista para construir el proyecto", explica.

Las dudas de Malone

La exposición se titula Un acto en seco aunque en ella no hay rupturas bruscas. "Cada nuevo proyecto recoge algo del anterior e intenta llevarlo más allá", dice Castellano. Son varios polípticos que reúnen superficies de nuestro entorno (madera, cemento, puertas…) con ciertas decoraciones ostentosas, como imágenes semi-documentales, textos o documentos, que ya otra veces ha incorporado en su obra como elementos perturbadores. Le digo que me hable de estas nuevas obras en términos emocionales y me dice que no le es posible aunque quiera. De repente, El innombrable de Beckett se alza el protagonista. "Es la primera vez que planteo un conjunto de obras a partir de una lectura como ésta. El personaje de esta novela, Malone, es incapaz de reconocerse, padeciendo una especie de asfixia existencialista. Las dudas se suceden ya que no sabe ni quién es, ni qué forma tiene, ni si tiene consciencia del mundo que le rodea. He tratado de construir el entorno arquitectónico donde se encontraría el protagonista, la supuesta habitación donde se suceden las dudas y los acontecimientos que atormentan a Malone".

-¿De ahí la sensación de espacio cerrado?
-Sí, por eso construimos muros en los que incrustamos verjas, abrimos y cerramos puertas o superponemos sobre madera los diferentes elementos necesarios para construir un teatrillo. Si vemos las obras en su conjunto sugieren la idea de encierro o aislamiento.


(Punta seca), 2013.

-Las obras parecen rozar ese estrecho equilibrio que hay entre lo moribundo y lo bello...
-Un amigo me decía que muchos de mis trabajos parecen haber sido rescatados de un almacén de objetos inservibles. No aclaró nada más. La cuestión es difícil de responder ya que en el estudio no me planteo cuestiones relacionadas con la belleza, la fealdad o lo moribundo. Sólo pretendo que aquello que hago me acabe desbordando y deje de entenderlo, si es que alguna vez entendí algo. Es sólo cuando me desborda, cuando la obra está terminada y puede empezar a caminar. Lo importante es la capacidad de transmitir de una obra.

-¿Qué es el arte para Jacobo Castellano?
-Supongo que es el medio a través del cual intento resolver las dudas que tengo sobre todo aquello que me rodea. Entendido así, me gusta pensar que mientras haya dudas habrá trabajo. La pregunta que surge es: ¿Conseguiste alguna vez resolver alguna? Pues creo que no, que esto se va complicando cada vez más, lo que pone en duda que el arte, en mi caso, sea el medio adecuado para resolver esas dudas… quizás sea cuestión de insistir, o eso espero.

Años en segundos

-Su trabajo parte de un contexto muy concreto, un contexto doméstico familiar. ¿Qué le llevó a hacer de él un punto de partida?
-Remite al reencuentro con la casa del pueblo en Villargordo, Jaén, donde pasé varias etapas de mi vida. Tras abandonarla por diferentes motivos regresé a ella años después, encontrando todo lo que dejamos cubierto de polvo, intacto, como si hubiesen pasado años en segundos. Aquello me produjo un cúmulo de sensaciones difíciles de explicar. Aquella experiencia fue el punto de partida y la base de buena parte de mi trabajo. Allí descubrí el poder comunicativo del objeto cotidiano, el cual vengo sometiendo a transformaciones y relecturas. Aprendí a ver el objeto como algo vivo, cargado de historia y poseedor de una biografía propia. También, que la relación y el diálogo entre estos objetos podían generar historias que a veces superan mi propio entendimiento. Pero este contexto doméstico es sólo un punto de partida. Quiero pensar que el significado de mi trabajo es más amplio.

-De hecho la última exposición en la galería Fúcares, Dos de pino, que tuvo lugar en septiembre de 2012, ya fue una salida de esa casa...
-Sí, lo más importante de aquella exposición es que me permitió salir de la casa en la que habité y que tanto juego me ha dado. Lo necesitaba, posiblemente para hacer balanace de los resultados. Con mi salida de la casa he intentado ser menos grave, introducir sarcasmo, ironía y algo más de juego. Dos de pino resume mi pasión por el objeto y su historia, y mi interés por la muerte. Ambas están muy ligadas.


Vista de la exposición Dos de pino. Galería Fúcares, 2012.

Lo cierto es que aquella exposición, la tercera en Fúcares, ha sido una de las más celebradas del artista y de la galería. Tras sus pasos por Madrid, en 2014 le veremos en una colectiva en la galería Mai 36, en Zúrich, que justo prepara este verano. Aunque antes, en noviembre, participará del proyecto Viaje de vuelta a Flandes, comisariado por Sema d'Acosta en el espacio La Naval, en Cartagena. Como Beckett, él también parece ser alguien exigente: "Creo que nuestro trabajo debe generar más preguntas que respuestas y, en ese sentido, los proyectos venideros beben de los anteriores, como una cuerda infinita cuyos tramos vamos descubriendo a medida que caminamos". Como dice El innombrable, justo en las últimas líneas: "…Seré yo, será el silencio, allí donde estoy, no sé, no lo sabré nunca, en el silencio no se sabe, no puedo seguir, seguiré".