Echar el resto
Lo mejor de 2015: Arte | Análisis
24 diciembre, 2015 01:00Not dressed for conquering de Inés Doujak, la obra de la polémica en el MACBA
Se ha comprobado en la última campaña electoral y se ve en la poca prisa de los gobiernos de nuevo corte para implementar políticas artísticas: la cultura, las artes, no son prioridad. Difícil entorno para la Mesa sectorial de arte contemporáneo que constituyeron, por fin, las ocho principales asociaciones. No hay estrategias y los recortes pesan pero las instituciones más grandes intentan que no se noten demasiado, echando los restos en proyectos ambiciosos como los más votados en El Cultural: el Museo del Prado sacó músculo con dos exposiciones muy importantes, la de Van der Weyden y la de Ingres; el Thyssen apostó por el más popular expresionista, Munch, mientras la Fundación Juan March lucía el formalismo moderno de Max Bill; conocimos mejor a tres referentes para la creación actual Louise Bourgeois (Museo Picasso Málaga), Sol LeWitt (Fundación Botín) y las Guerrilla Girls (Matadero), y valoramos las aportaciones a ella de Ignasi Aballí (Museo Reina Sofía), Jeremy Deller (CA2M) y Gillian Wearing (IVAM).No ha habido grandes eventos en 2015. El centenario de Teresa de Jesús se llevó la mayor inversión, en el ámbito del arte, con la exposición de Rosa Martínez para el Museo de Escultura de Valladolid. El comisariado de Martí Manen para el pabellón español de la Bienal de Venecia, sobre el que hubo división de opiniones, fue por lo menos novedoso. Colombia fue el país invitado a ARCO y las galerías españolas siguen aguantando el tirón de la crisis "haciendo las Américas".
La gran polémica del año la protagonizó Bartomeu Marí al clausurar La bestia y el soberano para evitar no se sabe muy bien qué y su acción aún arrastra consecuencias: se le reveló la directiva del CIMAM, del que es presidente, y tuvo que dar explicaciones ante la comunidad artística de Corea del Sur, donde ha recalado como director del NMCA de Seúl. Su salida del MACBA desencadenó un baile de sillas: le sustituyó Ferran Barenblit, que dio paso en el CA2M a Manuel Segade. Éste había sido finalista en el concurso para dirigir el CGAC, que ganó, no sin controversia, Santiago Olmo. Además, Carles Guerra aterrizó en la Fundaciò Tàpies y Yolanda Romero en el Banco de España. Todos por concurso. Pero sigue habiendo museos y centros en España sin director. Y cada vez son más.No ha habido grandes eventos en 2015 y se ha comprobado en la última campaña electoral: las artes no son prioridad
El nombramiento a última hora de un nuevo ministro de Educación, Cultura y Deportes, Íñigo Méndez de Vigo, tuvo un impacto nulo en la política artística; quien lleva las riendas ministeriales es Miguel Ángel Recio, director general de Bellas Artes, que sumó competencias al ser nombrado presidente de AC/E. Al ministerio no le devolvieron este año ningún premio: el de Artes Plásticas para Concha Jerez, el Velázquez para Isidoro Valcárcel Medina y el de Fotografía para Juan Manuel Castro Prieto.
Se zanjó por fin la disputa entre el Museo del Prado y Patrimonio Nacional con la sustitución, como presidente de esta institución, de José Rodríguez-Spiteri por Alfredo Pérez de Armiñán, al que le acaban de entregar el edificio del Museo de las Colecciones Reales, el más caro construido nunca en España (coste global de 171,5 millones de euros). Los cuadros de El Bosco, Van der Weyden y Tintoretto que se le reclamaban al Prado se quedarán donde están. En 2015 se abrieron el Museo de la Universidad de Navarra, las franquicias del Museo Pompidou y del Museo Ruso, en Málaga, la Tabakalera de San Sebastián, la ampliación del Museo de Bellas Artes de Asturias y la sede de la Fundación Mapfre en Barcelona, donde cerró la Fundación Francisco Godia. Y no se abrieron el Centro Botín en Santander y el Centro de Creación Contemporánea en Córdoba, que se disputan el título de "nueva obra de El Escorial".
@ElenaVozmediano