Image: Un viaje a la escultura de Picasso

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Arte

Un viaje a la escultura de Picasso

8 marzo, 2016 01:00

Busto femenino

El Musèe Picasso de París exhibe 240 esculturas de Picasso en la que se convierte en la mayor exposición organizada desde la que le dedicara el Pompidou en el año 2000. Dos de las plantas del Hotel Salé recorrerán la trayectoria escultórica del artista malagueño de manera cronológica.

"Yo no evoluciono, yo soy. En el arte, no hay ni pasado, ni futuro. El arte que no está en el presente no será jamás". Eso lo dijo Picasso y parece que el pintor malagueño está en todas partes, aquí y ahora. Ya el pasado febrero fue protagonista de una serie de subastas en las prestigiosas casas Sotheby's y Christies. Allí se vendieron cerámicas, pinturas y esculturas. Y es que Picasso hizo de todo y vivió en diferentes lugares. Incluso en París hay un museo con su nombre, Museo Picasso de París, que tras cinco años de reformas reabrió al público en 2014 y desde entonces ha recibido a un millón de visitantes. Entre esas paredes es donde ahora se inaugura una exposición con 240 esculturas, la primera gran retrospectiva desde que el Pompidou le dedicara una a esta disciplina en el año 2000.

Picasso. Sculpture, que viene del MoMA de Nueva York y está conformada por quince secciones en dos plantas del Hotel Salé hasta el próximo 28 de agosto, quiere contemplar la obra escultórica del artista desde diferentes ángulos a través de las múltiples series y variaciones producidas de las obras originales. Ordenada de manera cronológica el público podrá ver desde las tempranas obras de 1900 hasta las versiones en hojas de metal de los 60. Una muestra en la que estarán las series de Vasos de absenta de 1914 que se verán en conjunto y al completo por primera vez.

Picasso esculpió su primera obra en 1902, una pequeña figura de arcilla que se asemeja a las escenas del belén navideño. Le siguieron otras piezas como Cabeza de mujer (Fernande) en 1906, tallada delicadamente con las características clásicas de la cara de Fernande Olivier, la amante del artista. Aquí contrasta con el pelo no acabado que cae sobre sus hombros a modo de guiño al 'non finito' de Rodin. Pero 1909 marcó el punto de inflexión en la trayectoria escultórica de Picasso al alejarse del estilo rodinesque siguiendo la evolución del cubismo analítico.

Figura, una de las propuestas para el monumento a Apollianire y busto femenino, 1935

La tercera sala está dedicada al primitivismo y a las esculturas talladas en madera. Era primavera de 1906 cuando el artista estuvo con Fernande en los Pirineos Orientales. La influencia de la cultura catalana, de hecho, se puede ver en sus pinturas y esculturas realizadas con elementos rudimentarios. Ya en verano de 1907 en París hizo nuevas figuras con toques de rojo y negro que cubren parte de la pieza. Pero fue un verano más tarde cuando esculpió en roble una pieza con dos semejanzas. Por el motivo cariátide que emplea se entiende como un guiño al arte grecorromano mientras que el estilo totémico de formas angulares evoca al carácter chamánico de las esculturas africanas.

La siguiente sala se ha consignado a uno de los elementos más significativos del cubismo: los vasos. En este caso a los de absenta a los que Picasso acompaña de una cuchara real de metal y pintados cada uno de diferente manera. Una técnica, la de pintar el bronce, que maduraría en la década de los 50 con The Crane y Woman Reading en un ejemplo de aportar una dimensión pictórica a la escultura. Y de los vasos al monumento en homenaje a Apollinaire que le encargaron en 1921. Hizo varias propuestas desde un set de escultura biomórfico titulado Metamorfosis hasta una serie de piezas soldadas de hierro. En 1928, junto a Julio González, creó, al menos, cuatro piezas tituladas Figuras de las cuales sobreviven tres. En este conjunto el artista parece hacer un guiño al cuento Le Poète Assassiné pero no agradó al Comité Apollinaire.

Vaso de absenta, 1914 y Petit cheval, 1961

También junto a González, que le ofreció su asistencia técnica, construyó en 1929 Woman in the Garden, una escultura aún más ambiciosa que la de Apollinaire. La primera versión la pintó de blanco y encargó una réplica en bronce al año siguiente, viéndose juntas en 1932 en el estudio de Georges Petit. La pieza en bronce fue enviada al parque de Boisgeloup donde sugiere una reinterpretación de la historia de Dafne transformada en un árbol en un intento de huida de las aventuras románticas del dios Apolo. Pero hacia 1947 Picasso comienza una nueva aventura escultórica y es que se muda a Vallarius donde comienza a configurar unas esculturas enciclopédicas en las que combina materiales y objetos de yeso de segunda mano. Destaca la producción de The Money and her Little Baby en la que la boca del mono está formada por dos coches de juguete y su cuerpo en cerámica. Para Little Girl Jumping Rope emplea una cesta de mimbre para la niña y una caja de tarta como torso y cabeza.

En cuanto a las seis figuras inseparables que conforman la serie The Bathers se muestran junto a las ilustraciones realizadas en septiembre de 1956. Esta serie, creada con hojas de metal dobladas y pintadas posteriormente, caracterizaron un estilo en el que mezcla dibujo, pintura y escultura. Llegaba así a un sueño convertido en realidad: su etapa final en la que la escultura toma proporciones monumentales para ser exhibidas en espacios públicos, como se ve en Woman with Outstretched Arms. El modelo de cartón doblado se transfirió a escala a hojas de metal antes de alcanzar la condición monumental en grabado.

15 salas, dos plantas y 240 esculturas. Una radiografía del Picasso escultor más completo.

@scamarzana