Image: En tu trastero o en el mío

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Arte

En tu trastero o en el mío

El trastero, el salón, la cocina, la habitación de invitados, el recibidor... Los espacios domésticos siguen invocando a artistas y exposiciones. Repasamos los proyectos más recientes

11 agosto, 2016 02:00

Vista de la exposición de Alicia Kopf en Trastero 109, Palma de Mallorca

El prolífico mundo de los espacios independientes se ha convertido en uno de los escenarios más fructíferos y dinámicos del pulso del arte contemporáneo. Si hace un par de años la muletilla en el campo del arte era el bulle bulle, ahora los pasos son menos experimentales pero más firmes. Frente a una programación institucional lenta, aportan celeridad y movimiento y dotan de buena salud al contexto artístico. ¿La clave? Fórmulas de autogestión, trabajo en red, talento contagioso y ganas de hacer las cosas de otra manera. Tienen menos dinero pero más libertad. ¿El reto futuro? Un sistema de financiación estable con el que poder programar con estabilidad. Un reto común: si queremos que en nuestras ciudades haya proyectos de este tipo hay que tenderles una mano.

Barcelona sigue siendo uno de los focos más importantes de este tipo de proyectos. De la última década, Halfhouse fue el pionero cuando en 2009, con las dinámicas de galerías y museos entrando en ralentí, los artistas Alberto Peral y Sinéad Spelman convirtieron su modesto piso en Poblenou en un espacio de encuentro, de residencias para otros artistas y de exposiciones. Un gran proyecto con poco presupuesto que dio un giro en 2012, al mudarse a una casa en Vallvidriera, un espacio amplio y diáfano al pie de la montaña, con un bonito jardín y envuelto en una especial energía. Los últimos artistas en pasar por allí han sido David Bestué y Julia Spínola con el proyecto Roca.Tras estos años, explican, se conforman con poder seguir adelante y tener algo de efecto fuera, "que los artistas sientan que están haciendo algo que tiene repercusión. Queremos hacer exposiciones de calidad, poder invitar a artistas de fuera y de aquí que admiramos. El gran reto es ir haciendo exposiciones de calidad y que eso haga que Halfhouse sea un espacio de referencia en la ciudad", explican.

Espai Colona, Barcelona

No tardaron en llegar a Barcelona otros espacios independientes: Homesession, El Palomar, The Green Parrot, Fireplace, Passatge Studio, Ñam Ñam, los estudios de Salamina y Espai Colona. También este último está dirigido a dúo de artistas, Rosario Ateaga y Andrés Vial, que definen Espai Colona como un proyecto que se centra en la colonización de espacios domésticos. "Nuesto eje fundamental son las relaciones del arte con los asuntos cotidianos y las relaciones humanas. Para nosotros se hace imposible separar arte y vida, generando una indeterminación a la hora de establecer límites respecto a los distintos quehaceres de un hogar, sugiriendo la siguiente pregunta: ¿qué es trabajo? Y a su vez, ¿qué no lo es? Uno de los proyectos más notables de esta temporada ha sido Estampida. Espai Colona se trasladó momentáneamente a un espacio en pleno distrito centro de Madrid para trabajar con nueve artistas. Fermín Díez de Ulzurrun, por ejemplo, recogió, durante varios días, los restos de papel de aluminio del almuerzo de los trabajadores de una fábrica para realizar una serie de esculturas presando el papel de plata. Y Gris García rizó el rizo al convocar a otro artista, una vez al mes, en un piso turístico.

Frente a una programación institucional lenta, los espacios alternativos aportan celeridad y buena salud al contexto artístico

No es el único espacio que apuesta por lo doméstico. El último en sumarse a esta lista, en Barcelona, es Anfitriona, también en una casa particular. Es la del artista Jordi Colomer y la gestora Carolina Olivares, y trata de hacer "cosas raras una vez al mes", dicen. Los debutantes fueron los artistas Fèliz de Nuit y Raquel Friera. "Queremos romper con el estereotipo del público que asiste a ver exposiciones en instituciones y servir de puente para que todo aquel a quien le interese el arte lo viva como algo festivo. Anfitriona no pretende ser un lugar de exposiciones, una galería o una sala de museo desplazada al salón de nuestra casa. El objetivo es convertirse en un albergue del espectador activo. La programación es efímera, dura sólo un par de horas y está relacionado con la performance", añade.

We had the night, de Abdul Vas en La Casa de Invitados, Madrid

Con el proyecto Doméstico de fondo, en Madrid también se suceden los proyectos independientes en escenarios privados. Está, por ejemplo, Salón, comedor de los artistas Ángela Cuadra y Daisuke Kato, que se ha posicionado como uno de las mejores propuestas alternativas en la ciudad. En sus 10m2 acogen exposiciones breves, de dos días de duración, aunque muy singulares. Las últimas fueron de David Ferrando Giraut y Andrea Zucchini, en mayo, Some astronomers kept a distance. En el contexto de Salón, la instalación se desplegaba como un ecosistema en el que se plateaban posibles universos, reales o ficticios, así como el impacto que tendrían en la condición humana.

Invitados a cenar

Con un perfil diferente pero escenario similar, se suma El Cuarto de Invitados, un espacio autogestionado en Lavapiés que pone en manos de diversos comisarios el curso artístico de su salón. "Con El Cuarto de Invitados pretendemos enriquecer, refrescar y crear nuevas articulaciones formulando alternativas a las lógicas del mercado artístico y de la gestión cultural. Para ello, nuestro proyecto principal consiste en invitar a un comisario para que elija a un/unos artista/s y trabajar en torno a un proyecto que se exponga durante dos meses. De la misma manera se animará a otros agentes a impartir talleres, mesas redondas o cualquier tipo de actividad relacionada con la cultura", explican. Hablan de manera coral, ya que son nueve artistas e investigadores licenciados en Bellas Artes por el CES Felipe II de Aranjuez.

En Palma de Mallorca encontramos otro espacio expositivo, si cabe, aún más personal. Es Trastero 109, un espacio non profit expositivo situado inicialmente en un trastero de un parking subterráneo y ahora mismo situado en el trastero de un patio interior comunitario. Se trata de una iniciativa de los artistas José Fiol y Tomás Pizà, que en una visita de la también artista Paula Rubio Infante a Mallorca, pensaron en lo positivo sería inventarse algo en la isla. Pronto pensaron en ocupar el trastero de uno de ellos. Se abrió en julio de 2015 con Bar Humo. La segunda exposición fue de Pepo Salazar y comisariada por Tolo Cañellas, Extensión a la ciudadanía; la tercera de André Ricardo con Ángel Calvo Ulloa como comisario; más tarde llegó Ana Genovés con Cristina Ramos y Alicia Kopf de la mano de David Armengol... El último en llegar, este verano, es Diego Delas bajo el comisariado de Joao Laia. "Las exposiciones duran únicamente el día de la inauguración, aunque según el proyecto que sea damos la posibilidad de visitarlo posteriormente con cita previa. Nuestra idea siempre ha sido destinar una parte de nuestros recursos a invitar a comisarios y darles total libertad para que seleccionen a un artista sin condicionantes plásticos o conceptuales". Trastero 109 será uno de los espacios incluidos en la feria Swab, dentro de la sección Seed. Búsquenlo.

@bea_espejo