Image: Ética y transparencia: las necesidades de los coleccionistas de arte

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Arte

Ética y transparencia: las necesidades de los coleccionistas de arte

El simposio de arte de Tefaf giró en torno a la transparencia, la ética y la conservación de las obras del arte más actual

16 marzo, 2018 01:00

Stand de la galería Landau en Tefaf con una obra de Magritte al fondo

En el marco de Tefaf, una de las ferias de arte más importantes del mundo, son muchos los coleccionistas, galeristas, directores de museo y expertos en arte los que se trasladan a Maastritch durante unos días. También muchos periodistas acuden a esta cita que recorre 7.000 años de arte para hablar con los galeristas y para escuchar a algunos de los expertos charlar sobre coleccionismo. En esta edición han sido tres las conferencias que se han realizado en el auditorio del edificio MECC: La transparencia y el mercado del arte: retos y oportunidades, Cambio de actitudes y la ética del coleccionismo y El reto de los materiales modernos.

En la primera de ellas la analista Giorgina Adam lanzó varias preguntas en torno a la transparencia en el mundo del arte a Nanne Dekking, presidente del patronato de Tefaf. "Se trata de la emancipación del arte. La transparencia no significa que todos comuniquen lo que venden sino que aporten determinada información, que se sepa que han hecho todo lo posible para certificar que los datos son correctos", opina. Sin embargo, si el dueño así lo precisa se debe "preservar su anonimato". Se trata del vendedor quien "tiene que saber quién lo vende y quien tiene que saber que todo está bajo la legalidad".

La compra-venta de arte digital pondría en jaque a galerías y marchantes porque no se sabría quién está detrás". Nanne Dekking

Sin embargo cuando Adam le pide explicar la diferencia entre regulación y transparencia Dekking defiende que las compañías "pueden autorregularse hasta el punto de no necesitar ninguna otra regulación externa". Es cierto, por otro lado, que la necesidad de transparencia se ha acentuado "debido a la crisis". En definitiva se aboga por unos datos tan escrupulosos como el sistema de vetting de la propia Tefaf. El presidente del evento está también al frente de Artory, compañía que está creando un registro independiente para almacenar información inalterable sobre obras de arte.

Dekking Sostiene que el mercado del arte es como cualquier otro negocio: "hay que detectar qué es lo que no funciona y cambiarlo". Aunque, por supuesto, siempre queda un espacio para el fallo. No obstante, para evitar falsificaciones en las piezas se ha creado una máquina que aporta toda la información necesaria. Hace seis meses esta costaba más de 250.000 euros pero el precio está descendiendo lo que propiciará, según el experto, "que en unos años todas las casas de subastas tengan más de una". Tampoco es ajeno al deseo de crear un mundo digital de compra-venta de arte "pero esto pondría en jaque a las casas de subastas, marchantes y galerías" porque no se sabría quién está detrás de las transacciones.

Por otro lado, Dekking opina que si hay más presión en torno a la transparencia es debido a un mayor miedo al riesgo, "sobre todo entre los compradores más jóvenes". Son ellos, además, en quienes el presidente de la feria quiere poner el foco. Más allá de cuidar a los coleccionistas existentes tiene que atraer a compradores jóvenes.

La ética en el mundo del arte

The Lion God, en la galería Merrin en Tefaf

La segunda mesa de la jornada giró en torno a la ética en el coleccionismo en una conversación entre Marcel Mareé, conservador del departamento de Antiguo Egipto y Sudán del British Museum, Christian Levett, coleccionista y filántropo, que fue moderada por Thomas Marks, director de la revista Apollo. A través de una serie de imágenes ambos entraron en materia explicando qué procesos lleva al museo británico a valorar una pieza y cuáles son los mecanismos de compra del coleccionista. Ambos coinciden en que la sabiduría hay que compartirla entre las partes.

Levett comenzó a coleccionar antigüedades en el año 2003 y considera que "los marchantes deben hacer todos los trámites posibles antes de vender una pieza". En el caso de las ferias un comprador deposita "su confianza en la galerías y en los abogados de las casas de subastas". Además de la experiencia que se adquiere con el tiempo la confianza respecto a la información que se aporta es una cualidad esencial. Sus primeras adquisiciones fueron monedas antiguas y sus preocupaciones principales eran si la procedencia de las mismas era real, no tanto las posibles falsificaciones.

Habría que reunir a los expertos para que contribuyan con sus conocimientos". Marcel Mareé

En el caso del British Museum, Mareé es consciente de que hoy "la ética es mucho más rigurosa que años atrás, cuando había otras leyes y las excavaciones se hacían de otra manera". Actualmente países como Sudán, que ya no están bajo el Reino Unido, "se están dando cuenta de la importancia de la herencia y el pasado", y por eso, es importante "custodiar los artefactos que son la propiedad de la humanidad", especifica. No obstante, la pinacoteca británica no se plantea la repatriación de las piezas alegando que "las reglas del siglo XIX no se pueden cambiar pero sí las regulaciones actuales".

De todos modos, admite, los museos "no compran obras de dudosa procedencia", aunque a Levett le ha ocurrido lo siguiente: compró una pieza con un origen no demasiado fuerte y ahora la casa de subastas donde la adquirió no la revende porque todos los datos "no están comprobados". Quizá, continúa, sea una pieza original pero mientras la información no sea verificada "no vale nada".

Evitar estas situaciones, admiten, sería posible con la colaboración entre instituciones y compartiendo los conocimientos de los expertos. "Tenemos que ofrecer las piezas y su información. Habría que reunir a diferentes expertos para comprobarlo y que contribuyan con sus conocimientos. Hay mucha gente trabajando en ello sin comunicarse entre sí", asegura el conservador del British Museum. Para ello, la pinacoteca está preparando un banco de datos compartido para que el comprador sienta la seguridad que quiere ante una compra. "Hemos investigado mucho para saber si nos ayudarían, porque esto no lo podemos hacer solos. Llevo muchos años compartiendo mis conocimientos, ¿por qué no lo harían los expertos?", se plantea. En ese sentido el coleccionista Levett opina que "sería mejor vender menos obras pero con todos los datos certificados, lo cual elevaría el precio de los objetos".

Incertidumbre ante los materiales modernos

Una, de las muchas, esculturas de Miró en Tefaf

Del antiguo Egipto a la modernidad en una misma sala y con tan solo 20 minutos de diferencia. Los artistas contemporáneos siguen experimentando con diversidad de materiales que aún se desconoce cómo envejecerán. Lo primero parte de conocer "qué tenemos, el material del que está hecho y cómo van a cambiar en el futuro para poder ofrecer esa información al público", determina Jennifer Mass, catedrática de Ciencia del Patrimonio Cultural en el Bard Graduate Center. Mass, junto a Robert van Langh, responsable de conservación del Rijksmuseum y Kai Kuklinski, director general de Axa Art, reflexionaron acerca del reto que estos nuevos materiales suponen para los expertos.

Cómo está hecho, cómo se degradará y cuánto resistirá son las preguntas que nos tenemos que hacer frente a los nuevos materiales". Van Langh

Los acrílicos, plásticos y químicos pueden afectar al resto de elementos que tienen alrededor por lo que lo principal pasa por determinar cómo se van a poder preservar esas obras. "Algunos artistas se han preocupado por los materiales usados, otros no, Cuando llegó el Avant Garde se descuidó, quizá porque no les importaba tanto la preservación de su legado", lanza Thomas Marks, moderador también de esta conversación. "La última cena también fue un experimento de materiales que funcionó, por eso no podemos culpar al arte contemporáneo de investigar. Sabemos lo que salió bien hace muchos años pero lo reciente aún está por ver", interviene Mass.

"Cómo está hecho, cómo se degradará y cuánto resistirá son las preguntas que ahora nos tenemos que hacer", opina Van Langh. Aunque primero se debe conocer lo que quiere el artista para luego hablar con los expertos. De modo que, ante tanta incertidumbre todos coinciden en que quieren ver las experimentaciones de los artistas. Ya habrá tiempo para determinar si ha sido exitoso o no.

@scamarzana