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Arte

Anuario AC/E de cultura digital: lo que la pandemia nos enseñó para el futuro

Acción Cultural Española publica un informe sobre la reacción del sector ante el crisis con centenares de ejemplos de buenas prácticas

27 mayo, 2021 09:00

“El miedo es la principal fuente de superstición y una de las principales fuentes de crueldad. Vencer el miedo es el comienzo de la sabiduría”. Así comienza, conjurando el miedo con esta cita de Bertrand Russell, la nueva edición del Anuario de cultura digital de Acción Cultural Española (AC/E) —lectura y descarga aquí—, la del año en que la pandemia de coronavirus cimbreó los cimientos de nuestra cultura (en las cuatro acepciones del término que propone Javier Gomá: el conjunto de nuestras creencias y costumbres compartidas; las personas que crean obras culturales, la industria que las difunde y la política que debe velar por todo lo anterior).

“Si desde 2013, año en el que se publicó la primera edición de este anuario, hemos venido siendo testigos de la creciente importancia de la digitalización en todos los ámbitos de la cultura, en 2020 hemos asistido a un verdadero salto adelante. Un salto cuantitativo y cualitativo”, apunta el presidente ejecutivo de AC/E, José Andrés Torres Mora, en el prólogo de la publicación, y ha subrayado esta misma idea durante la presentación del informe, que ha tenido lugar este miércoles en el Foro Cultura en Digital organizado por Fundación Telefónica y que se ha complementado con dos coloquios (en vídeo sobre estas líneas).

Coordinado por el experto en cultura digital Javier Celaya —que avanzó a El Cultural algunas claves de esta transformación—, el informe de AC/E analiza a fondo, a través de una serie de artículos de profesionales y especialistas, cómo desde diferentes ámbitos de la cultura (artes visuales, cine, música, artes escénicas, libro y patrimonio) se han implementado tecnologías digitales para hacer frente a la “nueva realidad”, e incluyen en sus conclusiones previsiones de cada experto en el corto y medio plazo y una propuesta sobre cuáles de las nuevas herramientas y procesos que hemos aprendido a utilizar a raíz de esta crisis permanecerán. 

“La tecnología ha cobrado un papel aún más relevante no solo en la creación, distribución y consumo de bienes, sino en la manera en la que nuestras mismas identidades están atravesadas por procesos digitales”, afirma en el primero de los ensayos el filósofo de la tecnología Tomás Balcaneda. “Al estar expuestos, ser observados, grabados y objeto de predicciones mediante pantallas y algoritmos, nuestra subjetividad ha comenzado a ser moldeada por las nuevas tecnologías digitales”, añade.

Artes escénicas

Por su parte, Joe Duggan, jefe del área digital y de comunicación del National Youth Theatre de Reino Unido y productor independiente, analiza el auge del teatro digital durante la pandemia, que ha dado lugar no solo a emisiones de teatro en streaming, algunas de ellas con tecnología binaural que ha generado experiencias sonoras inmersivas, sino también a recuperaciones de montajes de archivo, especialmente aquellos grabados en mejores condiciones, lo cual demuestra que el uso de la tecnología puede ser determinante para la pervivencia de obras culturales. “Es probable que el éxito del entretenimiento doméstico continúe prosperando y el crecimiento de las experiencias teatrales de realidad aumentada, realidad virtual y sonido 360º en el hogar se prolongue”. 

Duggan también aborda una cuestión no menos importante, la monetización de los contenidos digitales: “Aquellos preparados para innovar y que son capaces de responder a las condiciones cambiantes del trabajo pudieron monetizar la narración en vivo, incluso cuando los teatros permanecieron cerrados”.

Libros

Por su parte, Manuel Gil, director de la Feria del Libro de Madrid —que tuvo que cancelarse en 2020 y este 2021 ha debido trasladarse de mayo a septiembre—, hace balance de los efectos de la pandemia en el sector del libro, una historia que empezó como una catástrofe y ha acabado “con final feliz”, ya que las primeras estimaciones “pronosticaban caídas de entre 800 y 1.200 millones de euros”, pero cuando a finales de mayo de 2020 comenzaron a reabrir las librerías las ventas se recuperaron rápidamente. “El pronóstico, más que razonable, de que el mercado interior acabe en una caída inferior al 5 % se ha ido consolidando en estos meses, incluso con la posibilidad de acabar con un resultado positivo, según avanzan ya algunas mediciones de cierre”, señala Gil.

Pero no todo son buenas noticias. Como suele ocurrir en todas las grandes crisis, los fuertes salen reforzados y los débiles, debilitados: “Es obvio que el sufrimiento del libro será desigual y asimétrico, pues un fenómeno que estos meses se ha acentuado es el de la concentración, tanto vertical como horizontal”, señala el director de la Feria del Libro de Madrid. “En un contexto tan disruptivo como este, tanto el nivel de comercialización omnicanal como la competencia tecnológica se han convertido en ventajas competitivas fundamentales”.

Museos

El ámbito de los museos lo analiza Conxa Rodà, codirectora del curso de especialización Estrategia Digital para Organizaciones Culturales de la UOC y el Museo Nacional de Arte de Cataluña, donde ha sido directora de Estrategia, Innovación y Transformación Digital. En su opinión, lo digital no puede ser visto nunca más como “un añadido opcional”, y resume las principales actividades con las que los museos reaccionaron al confinamiento, visibilizando contenidos digitales de los que ya disponían, creando otros nuevos, redoblando su presencia en redes sociales y realizando visitas virtuales a sus salas. “En el futuro quizá ya no se conciba que los eventos presenciales no se emitan a la vez online”, señala. Pero en ningún caso la dimensión digital de un museo debe ser mera réplica de la física, ya que “proporcionar maneras innovadoras y dinámicas de ‘consumo’ cultural puede suponer la diferencia entre una visita/actividad normal o una experiencia memorable”.

Rodà señala también la necesidad de “trabajar más en red, desplegar más cooperación entre museos para proyectos digitales compartidos. Juntos haremos más y mejor”. No es la única con esta opinión, ya que precisamente el Museo del Prado liderará una nueva red digital de museos con este objetivo.

Por su parte, Reyes Carrasco, jefa del Área de Colecciones de la Subdirección General de Museos Estatales, señala, como Gil en el caso del libro, que “la crisis sanitaria ha puesto en evidencia la desigualdad entre los museos españoles, diferencia que se mide en términos de recursos económicos y humanos y que se traduce en la falta de equipamientos e infraestructuras”. También incide en el tema de la monetización y el “pay per view (PPV) como fórmula de financiación alternativa para los centros”.

Audiovisual

“El confinamiento paró en seco todos los rodajes. Más de 300 producciones en total”, recuerda Roger Casas-Alatriste, fundador de la productora El Cañonazo Transmedia. En su artículo, recuerda al mismo tiempo cómo la demanda de contenidos audiovisuales se disparó para sobrellevar el confinamiento. El sector se puso las pilas rápidamente para contar la nueva realidad que estábamos viviendo: “El ritmo de la cadena de decisiones que regía antes del COVID, acentuado por la parálisis debida al miedo a cometer errores, se llegó a agilizar lo suficiente para que producciones realizadas en confinamiento llegaran a plataformas y cadenas como HBO, Televisión Española y Amazon Prime Video, entre otras. Los medios de producción, en la mayoría de los casos, eran los propios teléfonos móviles de los actores, que recibían directrices vía Zoom o se dirigían a ellos mismos”. En definitiva, “los profesionales del audiovisual hicieron lo que sabían hacer en condiciones técnicas muy limitadas y también los medios y plataformas rebajaron sus cotas cualitativas, adecuándose al contexto”.

Casas-Alatriste repasa otros hitos del sector audiovisual y de las redes sociales en 2020, como el boom de Tik Tok, de Twitch, del formato podcast y de los directos de Instagram así como el batacazo de Quibi, una nueva plataforma que pretendía competir con Netflix, HBO y Amazon Prime. Y también señala el auge de los youtubers: “No basta con ponerse frente a la cámara y decir cuatro chorradas para triunfar. Los youtubers de abolengo han ganado respeto durante el confinamiento”. ¿Y qué quedará de todo ello? El especialista pronostica que “el consumidor que viene aceptará la omnicanalidad como lo normal, valorará la cercanía física y emocional, lo local, y rechazará los mensajes vacíos”.

Jovanka Adzi, experta en gestión y análisis de datos y perfiles de usuarios, también analiza el futuro de las redes sociales, así como el de la inteligencia artificial y el internet de las cosas. En su artículo pone el foco en cuestiones como la privacidad, la manipulación emocional y la concentración del espacio digital en manos de grandes compañías: “Las plataformas de redes sociales y algunas otras empresas digitales en línea están tratando de controlar nuestro estilo de vida digital, lo que las está poniendo en el punto de mira de la presión de los Gobiernos”. También señala que “existe un movimiento creciente de tecnólogos, inversores y usuarios que se enfocan en construir plataformas de redes sociales descentralizadas”.

Ejemplos de buenas prácticas digitales

Después de este amplio marco teórico, la segunda parte de la publicación, denominada “Focus 2021”, describe las mejores prácticas relacionadas con el uso de las nuevas tecnologías por parte de diversas entidades culturales nacionales e internacionales que, durante la pandemia del COVID-19, han tenido como objetivo que la cultura siga estando presente en nuestras vidas, incluso durante las etapas más duras de confinamiento. Así, destacan más de un centenar de iniciativas de todo el mundo —de Australia a Argentina, pasando por Bangladesh, Kenia o Trinidad y Tobago— del sector de las artes escénicas, el libro, los museos, el cine, el patrimonio y los festivales. Entre estas iniciativas, las hay tan originales como la representación de obras de teatro en autocines, reparto de libros mediante drones o bibliotecarios que recitaban poemas o leían cuentos a los usuarios por teléfono.


En el panorama español, el anuario destaca proyectos gratuitos como la Teatroteca del Centro Dramático Nacional, la campaña Audiolibros contigo del Instituto Cervantes, el Covid Art Museum en Instagram, las visitas virtuales y otros contenidos digitales del Museo Guggenheim de Bilbao, la Sala Virtual de Cine de la distribuidora Acontracorriente Films y las ediciones digitales de la feria internacional del libro Liber, del festival de cine D’A de Barcelona y del festival de música Sonorama Ribera, así como numerosos festivales de música creados especialmente durante la cuarentena, como Yo Me Quedo en Casa, MantitaFest y En Casa Se Baila.