Mey Rahola. Sin título [Albert Xirau con un pájaro], 1932-1936. Archivo Mey Rahola

Mey Rahola. Sin título [Albert Xirau con un pájaro], 1932-1936. Archivo Mey Rahola

Arte

Mey Rahola, una fotógrafa rompedora y vanguardista que cayó en el olvido más hiriente

Una exposición en el MNAC reúne una selección de imágenes de una de las primeras mujeres españolas en dedicarse a la fotografía artística.

6 enero, 2023 03:04

No era la mujer habitual de los años 30: vestía pantalones, fumaba, tenía el pelo a la garçonne y sabía navegar los veleros de la familia. Mey Rahola se identificó con el ideal emancipador de la 'mujer moderna' y desafió los roles de género tradicionales al dedicarse a la fotografía cuando la profesión desprendía un marcado carácter masculino. Ella supo hacerse un hueco hasta llegar a convertirse en una de las primeras mujeres en dedicarse a la fotografía artística y, sin embargo, su figura cayó en el olvido más absoluto. Mey Rahola 1897-1956. La nueva fotógrafa reúne en el MNAC una selección de imágenes que durante seis décadas han permanecido dispersas entre sus familiares.

Esta muestra, que se inserta en el recorrido del arte moderno del museo y estará abierta hasta el próximo 29 de mayo, se complementa con una selección de fotografías marinas que se puede ver en el Museo del Ampurdán. En este caso, las instantáneas son especiales porque "en la época se hacían desde el puerto, pero Rahola las hace desde el velero familiar e incluye las cuerdas y los palos en las tomas", recuerda Roser Cambray, comisaria y conservadora de la colección de fotografía del museo.

Serán muchos los que se pregunten quién era Mey Rahola. Pues bien, Rahola nació en 1897 en León en el seno de una familia acomodada. Su padre era ingeniero y para sus vacaciones de verano se desplazaban en un vagón de tren privado hasta llegar a Cadaqués. "Recibió una buena educación, fue a la escuela de música y tocaba el piano", avanza la comisaria. En 1921 se casó con el jurista y político republicano Josep Xirau Palau, con quien vivió en Sevilla y en Roma antes de instalarse en Barcelona en 1932. Fue entonces cuando aunó sus dos grandes pasiones: "los deportes náuticos como la vela y la fotografía, dos mundos muy masculinos en los que se abre camino".

Mey Rahola. Sin título (deportistas) 1932-1936.

Mey Rahola. Sin título (deportistas) 1932-1936.

Mey Rahola. Sin título [Costa del cabo de Creus], 1933-1936

Mey Rahola. Sin título [Costa del cabo de Creus], 1933-1936

En aquellos años 30, cuando recibe la influencia de lo que ocurre en Europa en torno a la idea de la nueva mujer, la de Rahola es una fotografía de disfrute, gusto y placer. En realidad es "amateur, aprende con su cuñado y se apunta con algunas amigas a la Agrupació Fotogràfica de Catalunya (la institución de referencia de la época) y entabla amistad con fotógrafos reconocidos como Antoni Campañà y Joaquim Pla Janini", recuerda Cambray. Durante estos años la fotografía que hace es experimental y tiene mucho que ver con los nuevos lenguajes que llegan de Europa, repletos de picados, contrapicados y geometrías.

Muy rápido, su trabajo se proyecta más allá de una simple afición y comienza a ser reconocido con premios, exposiciones y publicaciones. Pero en este caso la historia se impone y al golpe de Estado de 1936 y al estallido de la Guerra Civil, etapa en la que publica imágenes de niños y adolescentes al aire libre que responden a las necesidades de la propaganda republicana, les sigue un exilio familiar en Lyon. Lo que parecía ser un futuro prometedor se interrumpe prácticamente de golpe. Sin embargo, la carrera de Rahola da un giro y "si antes fotografiaba por placer, ahora lo empieza a hacer para subsistir", recuerda Cambray.

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Laboratorio en la cocina

En Francia, Rahola se profesionaliza y gracias a lo aprendido "tanto su familia como ella pueden vivir durante los primeros años de exilio en los que no tienen nada". En este proceso de profesionalización, Rahola convierte la cocina en laboratorio y el comedor en un estudio de retratos. De día recorre los pueblos de la región tomando las fotografías de identidad requeridas por la burocracia de guerra; por la noche, mientras los demás duermen, "revela en la cocina".

Cuando la familia consigue recuperarse el trabajo de Rahola vuelve a dar un cambio y de una expresión libre, experimental y moderna pasa a trabajar un estilo "mucho más directo que intenta captar el momento". Su corpus se vuelve ahora "más poético y en consonancia con lo que está ocurriendo en Francia con las imágenes de otros compañeros como Cartier-Bresson", indica la comisaria. En este sentido, el trabajo de Rahola es mucho más moderno de lo que se estaba haciendo en España, cuando en las décadas de los 40 y 50 con el reinado del franquismo "se acaba la modernidad y se vuelve al pictorialismo".

Mey Rahola. Vista desde la terraza de Can Xirau, Cadaqués. 1932-1936. Archivo Mey Rahola.

Mey Rahola. Vista desde la terraza de Can Xirau, Cadaqués. 1932-1936. Archivo Mey Rahola.

Si se puede extraer un lado positivo del exilio, este es que Rahola puede acceder a lo que ocurre en Francia a través de revistas y tiendas fotográficas. Sin embargo, aunque se conoce que en Lyon se relaciona con uno de los estudios fotográficos más importantes de la ciudad, se desconoce hasta qué punto se involucra en su escena artística. Finalizada la guerra, la fotógrafa empieza a visitar a su familia en Barcelona mientras crea unas imágenes callejeras que denotan una mirada empática desarrollada al calor de la fotografía humanista.

Si bien Mey Rahola fotografía hasta su muerte en 1959, su trabajo cae en el olvido durante más de seis décadas hasta que en 2017 Carmelo Vega la incluye en su libro Fotografía en España (1839-2015). Durante ese letargo tampoco su familia era consciente de su talento ni sospechaban que aquellas fotografías que en algunos casos colgaban en sus casas pertenecían a una fotógrafa vanguardista de mirada vitalista.

Hasta que un día su bisnieto Lluís Bertran invita a Roser Martínez, ambos comisarios junto a Cambray, a ver algunas imágenes que había descubierto. "Empezaron a girar las fotos y se dieron cuenta de que estaban todas firmadas. Involucraron a toda la familia y comenzaron a darse cuenta de que había un gran archivo detrás". Como es habitual en estos casos, el archivo no está completo: han descubierto 300 negativos y 600 copias originales de "una calidad excelente".

Abierta, vitalista y emprendedora Mey Rahola nos regala una fotografía moderna con la que contribuyó a renovar los modos de ver un mundo en acelerada transformación.